Fuente: http://elpais.com/elpais/2012/11/03/opinion/1351961852_597475.html
Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo, proclamaron Marx y
Engels, en 1848, en su Manifiesto. Contra él se levantaron todas las
fuerzas en el poder, desde el Papa al zar, junto con los polizontes
ingleses, franceses y alemanes. Siglo y medio después, desbancado
finalmente el comunismo, hoy recorre el mundo otro fantasma, tal vez más
peligroso, que se llama cabreo, un estado anímico de las clases
subalternas imbuidas por el espíritu de Espartaco. Se trata en el fondo
de una nueva rebelión de los esclavos. Esta cólera de las masas es
realmente un fantasma magmático, incontrolable; se encuentra suspendido
en la atmósfera, se cuela por todas las rendijas donde se halla
instalado el poder y desde el teclado de todos los ordenadores mueve los
dedos airados para ocupar por completo el espacio de la red. Su fuerza
estriba precisamente en que carece de organización y de cabeza visible,
de modo que su carga estática puede estallar de forma inesperada en
cualquier parte, en cualquier momento sin que nadie la dirija. La
insumisión se ha convertido a la vez en una conciencia y una terapia
social, hasta el punto que el motín ya es una actitud espiritual de
estar en este mundo. El comunismo fracasó a la hora de trascender a los
nacionalismos. En las guerras europeas los obreros lucharon entre sí
para defender a sus respectivas patrias por encima de los intereses de
clase. En cambio, este movimiento antiesclavista supera las fronteras:
no hay nadie que se parezca más a un español cabreado que un francés, un
inglés, un alemán, un argentino, un colombiano, un italiano cabreado.
Ese fantasma entre nosotros ha tomado el nombre de 15-M. El huevo de esa
serpiente se ha incubado en la Puerta del Sol de Madrid, pero más allá
de los derechos históricos de vascos y catalanes el elemento que
cohesiona por la base a todos los españoles es ese estado difuso de
rebelión ante una próxima y unánime pobreza que se deriva de una misma
injusticia. Espartaco fue crucificado por haberse enfrentado
abiertamente a Roma; el comunismo fue controlado desde el momento en que
comenzó de organizarse, pero el fantasma del cabreo es inaprensible. Se
alimenta de vigas maestras como las termitas. Cualquier día te
levantarás de la cama y se habrá desplomado el mundo.
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