Neumarkt 5 es una dirección emblemática del centro histórico de Zúrich. Esta casa, que goza del estatus de patrimonio nacional, está llena de historia Allí nacieron las primeras cofradías profesionales de la Edad Media y siglos más tarde, el venerable edificio fue testigo de innumerables luchas obreras. Sus paredes albergaron a huéspedes ilustres como Lenin y Trotsky, entre otros.Pero desde este fin de semana, la casona tiene un interés particular para España. Sus muros se han convertido en un homenaje a los 800 voluntarios suizos que participaron en la Guerra Civil entre 1936 y 1939. En un acto al que asistieron numerosas personalidades de la vida política y social zuriquesa, se desveló una placa en memoria de estos 800 hombres y mujeres, de los cuales 200 perdieron sus vidas luchando por la democracia en tierras españolas.
Cuando en 1936 las tropas franquistas, apoyadas por las dictaduras fascistas de Hitler y Mussolini, se alzaron contra el legítimo Gobierno de la República, los suizos no se quedaron indiferentes. Muchos partieron a integrarse en el Batallón Chapayev, en el que lucharon integrados en una tropa que incluía hasta 21 nacionalidades. Al mismo tiempo, en la retaguardia, desde Suiza se tejían mantas y se recolectaba ropa para ayudar a la lejana España.
Nació entonces el
movimiento de voluntarios que hoy son celebrados por esta “cultura de la
solidaridad internacional”, explica a swissinfo.ch el diseñador y
grafista suizo Bruno Kammerer.
Este viejo amigo de España es el autor de la placa de 42 x 42 centímetros que honra la memoria de sus compatriotas que lucharon hace más de 70 años por la libertad en España.
Realizada en aluminio e implantaciones cerámicas con los colores de la bandera republicana (rojo, amarillo, morado), el texto recuerda (ver anexo) a los 800 suizos de las Brigadas Internacionales.
“Esos hombres y mujeres nos dejaron una herencia de solidaridad a las generaciones que vinimos después”, matiza el viejo militante de izquierdas.
“Aquí no se trata de un homenaje nostálgico mirando hacia el pasado, sino hacia el futuro. Un recordatorio de la necesidad de luchar ante la presente subida del neofascismo económico”.
Entre otras personalidades, se acercaron hasta la calle Neumarkt 5 los políticos del Partido Radical Democrático, Martin Vollenwyder y Markus Hutter, empresario y diputado nacional, hijo de uno de los voluntarios suizos en la Guerra Civil. Se leyeron textos escritos para la ocasión por los ex ministros socialistas suizos, Otto Stich y Ruth Dreifuss. La antigua titular del Interior advirtió que “las luchas obreras no son cosa del pasado, sino que siguen presentes en nuestro tiempo de crisis global”.
A lo largo del fin de semana se sucedieron igualmente encuentros y debates públicos sobre los combatientes suizos, en presencia de personalidades como el editor del diario Tages Anzeiger” Res Strehle, del socialista Paul Rechsteiner o el historiador Ralph Hug, de la Asociación de Voluntarios.
Este viejo amigo de España es el autor de la placa de 42 x 42 centímetros que honra la memoria de sus compatriotas que lucharon hace más de 70 años por la libertad en España.
Realizada en aluminio e implantaciones cerámicas con los colores de la bandera republicana (rojo, amarillo, morado), el texto recuerda (ver anexo) a los 800 suizos de las Brigadas Internacionales.
“Esos hombres y mujeres nos dejaron una herencia de solidaridad a las generaciones que vinimos después”, matiza el viejo militante de izquierdas.
“Aquí no se trata de un homenaje nostálgico mirando hacia el pasado, sino hacia el futuro. Un recordatorio de la necesidad de luchar ante la presente subida del neofascismo económico”.
Entre otras personalidades, se acercaron hasta la calle Neumarkt 5 los políticos del Partido Radical Democrático, Martin Vollenwyder y Markus Hutter, empresario y diputado nacional, hijo de uno de los voluntarios suizos en la Guerra Civil. Se leyeron textos escritos para la ocasión por los ex ministros socialistas suizos, Otto Stich y Ruth Dreifuss. La antigua titular del Interior advirtió que “las luchas obreras no son cosa del pasado, sino que siguen presentes en nuestro tiempo de crisis global”.
A lo largo del fin de semana se sucedieron igualmente encuentros y debates públicos sobre los combatientes suizos, en presencia de personalidades como el editor del diario Tages Anzeiger” Res Strehle, del socialista Paul Rechsteiner o el historiador Ralph Hug, de la Asociación de Voluntarios.
¿Qué llevó a Bruno Kammerer a crear la placa conmemorativa del evento?
“Pues porque yo me he criado entre las piernas de esos voluntarios en
la casona de Neumarkt 5”, responde.
De hecho, el grafista explica que desde niño pasó mucho tiempo con los veteranos, a los que llegó a conocer muy bien y a llamar “mis tíos”. Un raro privilegio que le llevó a acompañar hasta sus últimos momentos a muchos de ellos. “Personalmente, he estado presente en el entierro de 8 de ellos”.
En cuanto a su obra, Kammerer explica que el diseño “está profundamente entroncado en las tradiciones españolas”, y tiene “ecos de la obra de Gaudí”. El artista suizo mantiene fuertes lazos con España, en general, y Galicia, en particular, y se expresa en un castellano impecable.
Sobre su compromiso con la causa de los voluntarios dice: “Para mí, en toda la historia de la humanidad hubo un solo momento en el que realmente se puso en práctica la solidaridad internacional. El pueblo español y los voluntarios llegados de medio mundo demostraron que la cultura de la solidaridad es posible. Pero luego nunca más se repitió algo igual. Creo que de esta época debemos aprender a aplicar la lucha solidaria en nuestro tiempo”.
¿Cree Kammerer que hay parecidos entre la de 1936 y la España de hoy? “Sin duda, pues lo que ocurrió en los años 30 comenzó con síntomas muy similares a lo que vemos hoy. Y si no me cree, basta con mirar lo que ocurre hoy en Grecia o Hungría. Europa vuelve atrás”.
De hecho, el grafista explica que desde niño pasó mucho tiempo con los veteranos, a los que llegó a conocer muy bien y a llamar “mis tíos”. Un raro privilegio que le llevó a acompañar hasta sus últimos momentos a muchos de ellos. “Personalmente, he estado presente en el entierro de 8 de ellos”.
En cuanto a su obra, Kammerer explica que el diseño “está profundamente entroncado en las tradiciones españolas”, y tiene “ecos de la obra de Gaudí”. El artista suizo mantiene fuertes lazos con España, en general, y Galicia, en particular, y se expresa en un castellano impecable.
Sobre su compromiso con la causa de los voluntarios dice: “Para mí, en toda la historia de la humanidad hubo un solo momento en el que realmente se puso en práctica la solidaridad internacional. El pueblo español y los voluntarios llegados de medio mundo demostraron que la cultura de la solidaridad es posible. Pero luego nunca más se repitió algo igual. Creo que de esta época debemos aprender a aplicar la lucha solidaria en nuestro tiempo”.
¿Cree Kammerer que hay parecidos entre la de 1936 y la España de hoy? “Sin duda, pues lo que ocurrió en los años 30 comenzó con síntomas muy similares a lo que vemos hoy. Y si no me cree, basta con mirar lo que ocurre hoy en Grecia o Hungría. Europa vuelve atrás”.
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