martes, 10 de enero de 2012

Jakob von Gunten


   Aquí se aprende muy poco, falta personal docente y nosotros, los muchachos del Instituto Benjamenta, jamás llegaremos a nada, es decir que el día de mañana seremos todos gente muy modesta y subordinada. La enseñanza que nos imparten consiste básicamente en inculcarnos paciencia y obediencia, dos cualidades que prometen escaso o nigún éxito. Éxitos interiores, eso sí. Pero ¿qué ventaja se obtiene de ellos? ¿A quién dan de comer las conquistas interiores?
...Nos educan  obligándonos a conocer punto por punto la naturaleza de nuestra propia alma y de nuestro propio cuerpo. Nos dan a entender claramente que la coacción y las privaciones ya son formativas por sí solas, y que en un ejercicio simplísimo y en cierto modo necio hay más beneficios y conocimientos verdaderos que en el aprendizaje de una larga serie de conceptos y acepciones....Nos inculcan que adaptarnos a unos cuantos valores firmes y seguros tiene un efecto benéfico, es decir, acostumbrarse y amoldarse a las leyes y mandamientos impuestos por una estricta autoridad exterior. Tal vez quieran estupidizarnos; en cualquier caso pretenden apocarnos. Mas no por ello se nos intimida. Los alumnos sabemos todos, sin excepción, que la timidez es condenable. .......Todos, sin excepción , somos un poco enégicos, pues la mediocridad y la miseria en que vivimos nos llevan a creer firmemente en las pocas conquistas que hayamos podido hacer. ...Si no creyéramos en nada, no sabríamos cuán poquita cosa somos...........

Jakob von Gunten
Robert Walser

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