El presidente argentino Mauricio Macri en una visita reciente a Brasilia. REUTERS / Adriano Machado |
Primero fue un poderoso empresario. Gracias a sus contactos y su dinero, consiguió hacerse un hueco en el mundo de la política… hasta convertirse en presidente de Argentina. Este martes, Mauricio Macri aterrizará en Madrid para visitar a sus admiradísimos Mariano Rajoy y José María Aznar, dos de sus principales referentes políticos. Mientras tanto, en las desangeladas baldas de un viejo edificio público de Buenos Aires siguen olvidadas –y bien guardadas- seis cajas con una gran cantidad de documentos que describen las relaciones entre la dictadura militar (1976-1983) y la España de la Transición. A pesar del tiempo transcurrido, esos archivos continúan catalogados como materia reservada.
“Va a ser difícil, pero le recomiendo que lo intente”, decía hace algo más de tres años una funcionaria argentina a un investigador madrileño que se había desplazado a ese país para tratar de aclarar los vínculos entre España y la Argentina de Videla. Sin embargo, en el Archivo Histórico de la Cancillería se topó con algo más que una traba administrativa: varios cientos de documentos se encontraban aún sin desclasificar. En otras palabras, seguían bajo llave. Por entonces, el gobierno de Cristina Kirchner estaba levantando alfombras y abriendo ventanas en distintos ámbitos de la administración pública, lo que hacía aventurar que su decidida apuesta por la memoria histórica también llegaría a las estanterías del ministerio de Exteriores.
Sin embargo, la victoria de Mauricio Macri en
las elecciones de noviembre de 2015 supuso un duro golpe para quienes
–como el investigador proveniente de Madrid- querían seguir avanzando en
el camino de la verdad. De hecho, organismos de derechos humanos de ese
país han denunciado que desde la llegada del político conservador al
gobierno, alrededor de 50 militares que estaban en la cárcel por delitos
de lesa humanidad pasaron a cumplir sus condenas desde la comodidad de sus hogares. Además,
el empresario convertido en presidente llegó a infravalorar el número
de personas desaparecidas por el régimen militar, asegurando que fueron
6.348 y no 30.000, tal como históricamente han denunciado los colectivos
de víctimas del terrorismo de estado.
Las cajas olvidadas
En ese contexto, el gobierno argentino sigue
manteniendo bajo llave una gran cantidad de documentos que podrían
aportar algo de luz sobre uno de los periodos más oscuros en la historia
de ese país. A pesar de las solicitudes formuladas por investigadores y
abogados de víctimas del régimen militar, el archivo histórico de la
Cancillería argentina –situado en un edificio próximo al puerto de
Buenos Aires- sigue guardando un gran número de documentos producidos por la Embajada de Argentina en Madrid entre 1976 y 1983. Según ha podido confirmar Público,
las seis cajas “reservadas” contienen documentos que acreditan las
fluidas relaciones entre el régimen militar y los gobiernos de Adolfo
Suárez y Felipe González.
Entre esos archivos figuran varias actas de
reuniones entre diplomáticos argentinos e integrantes de los gobiernos
de turno en Madrid, en las que se abordaban distintos asuntos sobre las relaciones entre ambos países.
También hay memorándums sobre el seguimiento que los funcionarios
desplegados en España realizaban contra los refugiados argentinos. Por
ejemplo, existe una nota del embajador argentino Jorge Ferreira al
Departamento de Europa Occidental del régimen militar en relación “a la
permanencia de los ciudadanos argentinos en territorio español y las
posibles negociaciones que pueden hacerse al respecto”.
Del mismo modo, algunos de los documentos
aún clasificados ofrecen detalles sobre las relaciones bilaterales entre
España y Argentina en materia de acuerdos económicos. Tal como informó Público en octubre de 2014, el gobierno de Adolfo Suárez –amparado por los principales bancos de entonces- otorgó créditos millonarios a Videla, convirtiéndose así en uno de sus principales sostenes financieros a nivel internacional.
Por otro lado, los archivos guardados también permitirían conocer el funcionamiento de las redes de espionaje que
había montado el régimen militar en España, principalmente a través de
sus delegaciones diplomáticas. De hecho, en los papeles aparecerían
nombres de los encargados de realizar esas tareas, así como de sus
contactos en Buenos Aires. No se trata de un aspecto menor: en julio de
1980, agentes de la dictadura asesinaron en un apartotel de Madrid a
Noemí Gianotti de Molfino, una madre de desaparecidos. A pesar de las
huellas encontradas en la habitación, los responsables de este crimen
jamás fueron identificados.
Precisamente, las actividades de los
represores en España también forman parte de los documentos secretos. De
acuerdo a los datos recogidos por Público, entre esos archivos existe
un informe del embajador Enrique Lupiz al Director General de
Informaciones del ministerio de Exteriores, a quien le notificaba que
“para la introducción de armas de fuego y blanca en España, debe
solicitarse la correspondiente franquicia diplomática” y que la misma
debía “ser autorizada por el Ministerio de Asuntos exteriores español”.
La nota en cuestión fue elaborada el 18 de septiembre de 1981. Hoy sigue
bajo secreto.
Política y negocios
Estos temas quedarán fuera de la agenda de Macri, quien este martes comienza su visita oficial a Madrid. Durante el primer día de actividades mantendrá un encuentro con el Rey Felipe VI, así como con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Está previsto que el jueves se reúna con el presidente Mariano Rajoy, mientras que el sábado será recibido por el ex mandatario José María Aznar. En el medio tendrá tiempo para recibir distinciones oficiales y participar en distintos eventos. Además, Macri aprovechará su estancia en la capital española para firmar acuerdos destinados a promover el comercio y las inversiones. De derechos humanos, ni una palabra.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/gobierno-macri-niega-abrir-archivos.html
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