Peter Lippmann |
De confeti de nieve a avalancha, de limosna a cofre,
de grano a mosto, de peldaño a precipicio,
de célula a organismo, de vela a hoguera
de lo ínfimo sucede lo gigantesco, así también yo
que uilizo el verbo amar.
En la boca tengo una habitación de besos encerrados
que hacen el ruido de una colmena.
Después el cuerpo se precipita a los labios
como a la puerta de la ciudad para aplaudir.
Erri De Luca
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