A pesar de la explotación y abusos escondidos en el coltán
procedente del Congo, el mercado mundial de los componentes para móviles
apenas se está empezando a regular y sin consistencia
Europa consume un 25% mundial de los llamados 'minerales de sangre' y 880.00 empresas europeas los usan para sus bienes de consumo
La falta de regulación provoca que, como consumidor, no hay manera de estar seguros de que nuestros teléfonos no lleven 'minerales de sangre'
En Bruselas es un taxista ruandés –guiños de la vida– el
que me recoge en el aeropuerto y me lleva hasta el Parlamento Europeo.
Es junio de 2015, la europarlamentaria Marie Arena, que ha luchado junto
a otros diputados para que la ley sobre minerales de sangre en Europa tire adelante, ha convocado a una sesión para contar cuál es la situación en Congo.
Sin información
El único intento: Fairphone
Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/evitar-comprar-moviles-minerales-sangre_0_580242122.html?utm_content=buffer2678e&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
Europa consume un 25% mundial de los llamados 'minerales de sangre' y 880.00 empresas europeas los usan para sus bienes de consumo
La falta de regulación provoca que, como consumidor, no hay manera de estar seguros de que nuestros teléfonos no lleven 'minerales de sangre'
Entre las modelos, las luces y una montaña rusa virtual,
saco las piedras de coltán que nos regalaron el año pasado en una mina
congoleña (una más). Entre los stands del Congreso Mundial del Móvil
(WMC) están todas las grandes marcas. Es la gran cita anual de la
telefonía móvil. Estamos a finales de febrero, en la entrada chilla el
eslogan “el móvil lo es todo” y Europa aún no ha regulado el mercado de
los minerales de sangre que alimentan este “todo”.
Las fuentes de Montjuïc deleitan con colores a los acreditados
internacionales en una “Barcelona, capital del móvil”, mientras la
ausencia de los dos grandes protagonistas, el coltán y Congo, dibuja la
paradójica desconexión de la sociedad hiperconectada.
Tras diez años cubriendo la guerra más mortífera del
planeta, en República Democrática del Congo y siguiendo el comercio de
minerales sacados de miles de minas artesanales, me encuentro en mi
ciudad natal investigando el otro lado de la cadena: los compradores.
En la zona donde se libra el conflicto, en Congo, es donde se concentran
las reservas más grandes del mundo de coltán (tántalo).
“El tántalo (que se extrae del coltán) tiene unas propiedades únicas”.
Eva Vidal, ingeniera de la UPC, abre cuidadosamente un teléfono y
levanta con las pinzas una pequeña pieza dorada. “Sin él, los smartphones no funcionarían y actualmente no hay alternativa para reemplazarlo”.
Trabajo de los mineros que extraen coltan del la mina de Senator Edouard Mwangachuchu en North Kivu (RDC). / Foto: Lucas Oleniuk (Efe) |
Sin control
Es el metal más valioso de nuestra
era, insustituible por ahora, y, a pesar de que el boom del coltán
estalla en los años 2000, el mercado mundial de los componentes para
móviles apenas se está empezando a regular, y sin consistencia.
El pionero fue Estados Unidos, que aprobó la primera ley en 2010. Se
insta a las empresas a presentar un informe anual a la Comisión de Bolsa
y Valores explicando de dónde salen sus componentes. Pero los
resultados del primer examen reflejan el fracaso.
Amnistía Internacional concluye que, en la primera entrega de resultados, en 2014, el 80% de las empresas no controla o no revela la procedencia de sus componentes, a pesar de la regulación. Entre las empresas estudiadas están Apple, Honda, Google, Boeing, Tiffany, Microsoft o Walt Disney.
Imagen de archivo: Asistentes a la presentación de Samsung portan gafas VR en Barcelona EFE |
Hablo de los empresarios congoleños, los que, lejos de Europa, se
dedican a la compra-venta de coltán. La desinformación sobre Congo es
sorprendente y, desde las elegantes instalaciones del Parlamento,
superpobladas de cámaras y periodistas, me acuerdo de Sadok, el
presidente de los comerciantes de Kivu Norte (la provincia congoleña más
rica en coltán): “Tenemos que bailar al ritmo del mercado
internacional. Nuestras voces no cuentan”. A pesar de ser los
principales suministradores de este mercado, la decisión se toma en otra
parte.
Arena fue optimista. Se acababa de llegar a
un acuerdo y Europa iba a empezar a regular. Pero la ley europea es aún
más laxa que la norteamericana. Solo exige certificar a las empresas
que importan el mineral en bruto, lo que exime a la mayoría, que
importan los componentes con el mineral ya transformado.
“Queremos regulación y certificación en toda la cadena. Que cualquier
pieza que entre a Europa esté certificada. Desde el agujero donde sale
el coltán, hasta el lugar donde, transformado, llega a Europa”, afirma
el europarlamentario Javier Nart (Ciudadanos): “Si no circulamos a 120
por las calles de Madrid es porque hay sanción. Las cosas si no se
regulan, no funcionan. Y a los grandes empresarios con las manos
exquisitamente limpias, yo les llevaría a ver lo que está pasando en
Congo”.
Sin información
“Congo es un
conflicto conocido, pero su vínculo con la producción de nueva
tecnología se desconocía por la mayoría de parlamentarios europeos”,
señala Ernest Urtasun, europarlamentario de ICV. Lleva de nuevo la gran
paradoja. En la Unión Europea hay 880.00 empresas que usan el tántalo,
el estaño, el tungsteno y el oro en la producción de bienes de consumo.
“En Europa vamos muy atrasados en regular esto. No éramos conscientes
de cuál era el coste humano de este tipo de metales y qué efectos tenían
en un conflicto. Es fruto de la movilización de la sociedad civil y
con el desarrollo de las nuevas tecnologías la cuestión se pone encima
de la mesa”, explica Urtasun.
Urtasun reconoce así
la fuerza de la ciudadanía, de un centenar de entidades, ONG, activistas
y periodistas que llevan años trabajando para que Europa asuma
responsabilidades. En España es el caso de Alboan, Redes o Justicia i
Pau, o de las campañas informativas de #ConflictMinerals o
#ConnectCongo.
El trabajo infantil que esconden las baterías de coches eléctricos y smartphones |
Pero es esta misma red la que
critica y rechaza el primer paso tomado por Europa, no solo por ser
demasiado débil. También por no contar con las voces locales.
“Quienes lo bloquean son los gobiernos”, asegura Urtasun. “El argumento
(que usan) es que pedir evaluaciones demasiado exhaustivas puede tener
un efecto negativo sobre la actividad de las pequeñas y mediana
empresas, tener un coste económico muy elevado, y dejaría de hacerlas
competitivas”. Y concluye: “La industria está jugando un papel de
presión fuerte”.
Un negocio millonario, en muy pocas
manos y mala información. Con el condensador de tántalo en la mano, Eva
Vidal, ingeniera, dice que ellos tampoco tienen forma de saber de dónde
procede el mineral. El mercado es opaco y la poca información que
trasciende sobre el conflicto es sobre el sufrimiento de las víctimas,
no sobre sus vínculos con Europa, importador del 25% de los llamados minerales de sangre.
El único intento: Fairphone
Como consumidores, actualmente, no hay manera de estar seguros que
nuestros teléfonos no llevan minerales de sangre. En un espacio
alternativo al Congreso Mundial del Móvil, se habla de cómo cambair la
industria. La representante de Fairphone, Daria Koreniushkina, cuenta
esta alternativa: “Estamos construyendo un smartphone
con el objetivo de resolver los problemas sociales y ambientales que
genera la cadena de suministro que hay detrás la fabricación de los
teléfonos. Desde las minas, pasando por el diseño o la producción en las
fábricas y hasta al final, en el momento del reciclaje, para evitar los
residuos electrónicos”.
“El aspecto más urgente son los cuatro minerales de sangre.
Hemos logrado acceder a estaño y tántalo libres de conflicto
procedentes de Congo y en el Fairphone II hemos introducido oro
certificado. Es la primera vez que se lanza un proyecto así en la
industria de la electrónica de consumo.”
El de
Fairphone es un objetivo que se topa con la gigantesca industria.
“Sabemos que en algún momento un mineral limpio de conflicto se puede
fundir con otras fuentes”. Así que mantener el móvil limpio “es casi
imposible”.
Aún así, Koreniushkina es
optimista. “Hay 90.000 persones en Europa que han optado por comprar un
Fairphone, y eso resulta inspirador. Porque es gente que ha demostrado
que quiere marcar una diferencia, que quiere productos más éticos. Y
creemos que eso puede motivar a toda la industria a actuar de forma más
responsable".
Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/evitar-comprar-moviles-minerales-sangre_0_580242122.html?utm_content=buffer2678e&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
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