Berta Zúñiga Cáceres, hija de la líder lenca asesinada, pide justicia ante la embajada de Honduras en Bruselas. FRIENDS OF EARTH EUROPE |
Después de mes y medio del asesinato de su madre, el caso sigue bajo secreto de sumario y sin avances. Ustedes desconfían de la investigación oficial ¿Por qué?
Que se haya decretado en secreto ya va en contra de la propia ley procesal penal de Honduras, que dice que las víctimas tenemos derecho a participar activamente en el proceso de investigación. Es algo que a nosotros se nos ha denegado. La institucionalidad hondureña participó y ha sido cómplice y ha avalado a la empresa que nosotros hemos señalado como la fuente principal de las amenazas. La institucionalidad hondureña se confabuló abiertamente con la empresa en varios procesos.
Hay que saber que la impunidad en nuestro país llega al 80%. Las autoridades hondureñas han hecho montajes en asesinatos anteriormente. En nuestro caso, el proceso ya ha sufrido una serie de irregularidades como la contaminación de la escena del crimen y que no se ha dado copia de los testimonios a los testigos protegidos ni al testigo principal, Gustavo Castro. Las líneas de investigación a las que se les ha dado prioridad han sido: o un conflicto interno de la propia organización, o un crimen pasional. El derecho internacional establece, obviamente, que cuando un activista es asesinado, la primera línea de investigación a agotar es la que tiene que ver con su trabajo. ¡Aquí la empresa fue investigada once días después! Tuvieron todo el tiempo del mundo para eliminar pruebas.
¿Quién creen ustedes que son los responsables del crimen de Berta? La empresa DESA fue la fuente principal de las amenazas. Desde el año 2013 tenía un conflicto con la organización y con Berta como coordinadora general, a la que criminalizó y señaló en varias ocasiones, que ha pagado a sicarios en varias oportunidades para matarla, que ha chantajeado y sobornado a las autoridades municipales, judiciales y también a personas en las comunidades que participan rechazando el proyecto. Señalamos como responsable a la empresa DESA (Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima) que fue financiada por el FMO (Banco de Desarrollo Holandés).
Esa es una de las razones por la que están hoy en Bruselas, para pedir que se retire la financiación de estas entidades al proyecto de Aguazarca… ¿Qué respuesta han tenido?
Nosotros queremos que se cancele la financiación. Hemos tenido una recepción buena y conseguido el compromiso de algunos parlamentarios en la búsqueda de justicia y en que se cancelen estos préstamos.
También están reclamando una investigación independiente. ¿Creen que el Gobierno terminará colaborando? Ante la presión internacional el Gobierno empezó a hacer varias cosas para desentenderse de nuestras demandas sin hablar con nosotros. Pero ninguna de las instancias a las que ellos apelan tiene el mandato para hacer una investigación del tipo que nosotros pedimos. Quien lo tiene es la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El Gobierno ha evadido totalmente esta cuestión. La Comisión se reunió con el canciller de la República pero este dijo que era mejor esperar a que se cerrara la investigación.
¿Se sienten amenazados?
Bueno, el asesinato de mi mami marca un antes y un después. Ella era una líder, una persona reconocida nacional e internacionalmente, con premios importantes, y aún así fue asesinada, lo que nos dice que en realidad ahora en Honduras puede pasar cualquier cosa. Pero también yo creo que el objetivo de su asesinato, además de intimidar y paralizar el movimiento social, era destruir a su organización, que tenía una trayectoria importante y que incluso tenía procesos judiciales contra cada uno de los proyectos hidroeléctricos en la región Lenca. No negamos que hay una persecución, que la organización está siendo perseguida, vigilada, y que uno de los objetivos era ese, destruir su organización, que era su proyecto político.
Honduras es el país más peligroso para los defensores del medio ambiente, donde se han disparado las cifras de activistas asesinados en los últimos años. ¿Cómo ha influido el golpe de Estado de 2009 en esta situación?
El Golpe de Estado es el punto de inflexión en el que la historia de nuestro país empieza a cambiar y a ser más represivo y más violento. Honduras tiene una de las tasas de muertes violentas más altas del mundo y esto pasa justamente después del Golpe de Estado que crea una situación de conflictividad en los territorios de las comunidades indígenas y campesinas. Son asesinatos dirigidos a activistas, defensores de la tierra y del tema de los bienes comunes. Yo creo que es evidente cómo el golpe de Estado marca un antes y un después.
¿Qué papel está jugando EEUU?
Es ambiguo. La responsabilidad de EEUU en el apoyo al golpe de Estado es evidente. Y el apoyo también a la militarización del país, que han sido las fuerzas represivas que han cuidado los intereses de las empresas privadas. Por otro lado han mostrado un fuerte interés en apoyar una investigación sobre el asesinato de mi madre. Digamos que el Departamento de Estado sí tiene una postura muy aliada a la del Gobierno de Honduras, pero existe presión de la sociedad civil estadounidense y de algunos parlamentarios estadounidenses que ya han criticado no sólo el asesinato, sino los procedimientos que se están siguiendo en la investigación.
Hay quienes ven en su lucha una pelea por un pedazo de tierra. Su madre defendía que se trataba de una lucha por los seres humanos y por la supervivencia del planeta. ¿Qué significado tiene el río en su comunidad?
Yo creo que todos los elementos que componen la territorialidad de los pueblos indígenas son muy importantes porque hay una visión y un entendimiento y una relación distinta que la del mundo occidental, que no puede entender cómo nos oponemos a proyectos que ellos llaman de desarrollo sostenible. La instalación de estos proyectos no afecta sólo al río, sino que significa el despojo territorial. Acaparan territorios importantes y crean conflictos dentro de las comunidades. Son empresas con dinero que pagan a las personas para ponerlas a favor del proyecto. Incluso están vinculadas al sicariato, contratan personas para asesinar. El tema del agua forma parte del hábitat funcional de los pueblos indígenas. Y la funcionalidad es muy importante, pero también la sacralidad. Las comunidades creen que en los ríos habitan espíritus. Al eliminarlos, se crea un conflicto con la ancestralidad y la espiritualidad y eso es algo que no entienden ni las empresas ni los bancos financiadores.
Usted va a seguir con la lucha que comenzó su madre. ¿Qué aprendió de ella?
De mi madre aprendí muchas cosas. Ella nos enseñó a luchar desde siempre, no lo hacemos desde ahorita. Lo hemos hecho siempre, una práctica constante y coherente que ella nos inculcó. Desde su asesinato pretendemos continuar con más fuerza y tener una doble lucha: por un lado la lucha histórica del pueblo Lenca y por otra la lucha en la búsqueda de la justicia. Las enseñanzas fundamentales de mi vida han estado bastante influenciadas por ella, pero el hecho de la coherencia entre lo que se dice y se hace es algo fundamental que ella nos dejó, así como la búsqueda de una justicia profunda y verdadera que va más allá de lo que la institucionalidad hondureña nos pueda ofrecer. En este sentido nosotros no nos vamos a conformar con que se investigue y se dé con los responsables del asesinato, sino que vamos a luchar por parar los proyectos que han significado la muerte de varias personas en nuestro país. Y esa es una lucha de toda la vida, no es de un día para otro.
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