miércoles, 23 de diciembre de 2015

Un asesinato tribal

Primer capítulo del libro ‘Pasolini, asesinato de un poeta’, recién editado en Italia. La investigación sostiene la tesis del atentado político

<p>Un mural de Pasolini con su cadáver, dibujado en las calles de Roma.</p>
Un mural de Pasolini con su cadáver, dibujado en las calles de Roma.
S. Z.
   CTXT publica hoy un largo extracto del libro Pasolini, massacro di un poeta, editado en Italia por la editorial Ponte alle Grazie en octubre de 2015, y aún no traducido en España.

La investigación de la periodista romana Simona Zecchi incluye documentos, entrevistas, testimonios y una serie de fotos inéditas --algunas, de gran crudeza; CTXT ha decidido publicar las menos duras, aunque se pueden encontrar en Internet--. La autora concluye que el crimen del autor de Petróleo fue un asesinato político, colectivo y premeditado, y no, como sentenció en su día la justicia italiana, un homicidio con trasfondo homosexual.

El libro demuestra que Pino Pelosi, menor de edad y ragazzo di vita conocido de Pasolini, no actuó solo. "Pasolini no fue a Ostia para acostarse con un chapero, sino porque le hicieron creer que podía recuperar las bobinas robadas de su filme póstumo Saló o los 120 días de Sodoma", explica la periodista.

Zecchi añade que Pasolini fue víctima de "un asesinato tribal, que solo buscaba hacer callar para siempre al hombre que cada vez que hablaba daba un puñetazo en el estómago de la burguesía y del poder".

El libro reescribe el relato de uno de los crímenes italianos más oscuros, reconstruye los últimos días de vida de uno de los intelectuales más potentes, influyentes y versátiles del siglo XX, y relaciona aquella noche sangrienta del 2 de noviembre de 1975 con la vergonzosa historia política y criminal, nunca aclarada, de los llamados "años de plomo" y "la estrategia de la tensión".  

Capítulo primero. “Me quieren matar”
1. Las amenazas telefónicas
“Recibo llamadas telefónicas de amenaza; estoy preparado, si quieren golpearme. Pero lo importante es que no hablen con mi madre”. (1) Son palabras de Pier Paolo Pasolini --recogidas por la agencia de prensa italiana ANSA en abril de 2010-- a la exactriz italiana de origen eritreo Ines Pellegrini, que en el filme La flor de las Mil y una noches interpreta el papel de una esclava sabia y culta. “Pasolini tenía miedo y algunos meses antes de morir pidió que le cambiaran el número de teléfono de casa porque recibía amenazas”. Y prosigue: “Intentaba llamarlo desde hacía días”, recuerda en una entrevista la actriz, “pero no podía comunicar con él. Empecé a preocuparme. Más tarde, me llamó Pier Paolo y me dijo que había cambiado de número; repito: tenía miedo y yo no lograba entender el porqué y a quién se refería”. Ines Pellegrini también subraya, en un documental de 2012 realizado por el periodista de La Stampa Carlo Grande, que Pasolini “murió mal; si hubiera sido un perro, habrían tenido más piedad”.

La investigación arranca el 2 de noviembre en el Idroscalo de Ostia, el pequeño barrio pesquero donde apareció el cadáver de Pasolini. Como en La carta robada de Edgar Allan Poe, Zecchi dibuja el “esquema perfecto” que arrojó al poeta friulano en brazos de sus verdugos, y trata de deconstruir la gigantesca cortina de humo puesta en pie por las autoridades desde el día siguiente al homicidio.

El libro arranca relatando un extraño atentado previo, cometido a pocos pasos de la casa de Pasolini, revela la presencia de varios coches en el lugar del crimen, y presenta las pruebas del doble atropello del cuerpo agonizante.

La investigación, calificada por La Repubblica como "definitiva", se completa con los testimonios que nadie quiso escuchar; se detiene en la matriz fascista y mafiosa de la emboscada y en la actuación de los servicios secretos; y analiza el papel confuso del enigmático Pelosi y los intentos de algunos periódicos, siempre bien informados, demasiado informados, de transformar a Pasolini en imputado en el proceso que habría debido establecer la identidad de sus asesinos.  

Es imprescindible partir de aquí, de estas palabras, y solo al final del libro comprenderemos el porqué. A pocas semanas de su muerte, el escritor pide a su compañía telefónica que le cambien el número de casa debido a las amenazas que recibe. Amenazas que se repetirían a todas las horas del día y de la noche. Amenazas duras, explícitas. Amenazas de muerte que retumban de un lado al otro de la línea. Pero, ¿de quién provienen? ¿Y por qué?

Nadie ha intentado leer a contraluz la crónica de esos días convulsos. Pasolini está alarmado, tiene miedo y, de alguna manera, quiere y debe hablar, dar a conocer la verdad. Y por ello esparce aquí y allá fragmentos de respuestas. Fragmentos para ser recogidos y leídos tal cual, siempre que alguien lo deseara. Un episodio muy extraño sazona el escenario de esas semanas: el atentado del 13 de octubre de 1975 contra la central de la compañía telefónica SIP, en la avenida Shakespeare del barrio del Eur, a pocos pasos de la casa del cineasta, (2) a causa del cual Pasolini se ve obligado de nuevo a cambiar de compañía telefónica:


"Sé que me habéis buscado. Os llamo ahora porque mi teléfono no funciona. Mi aparato es uno de los que ha dejado de funcionar por el atentado contra la centralita del Eur hace tres semanas. Me interesa vuestra mesa redonda sobre la censura en televisión. Quiero ir, además, para contestar a los insultos de tanta gente. Por ahora la SIP me ha dado un número provisional y me apaño con él […]. He vuelto a Roma porque he sabido que ya hay dos copias preparadas de mi película Saló y tengo prisa por verlas y discutirlas con los amigos". (3)

De este atentado también se ha sabido poco, demasiado poco si se consideran las tramas bastante más complejas e inquietantes de aquellos años.

Pero he aquí que, del archivo de la secretaría política de la Democracia Cristiana (DC), surge un documento interesantísimo, contenido en una carpeta relativa al Partido Comunista Italiano (PCI), cuyas informaciones, como se indica en el margen del mismo documento, provienen de fuentes reservadas. (4)

 En principio, se considera que la iniciativa debe atribuirse a la izquierda extraparlamentaria a causa de las múltiples y pequeñas acciones iniciales a las que posteriormente se añaden elementos de extrema derecha en el episodio del EUR que ha exigido medios más técnicos y sofisticados".

Imagen inédita del cuerpo de Pasolini en el descampado de Via dell'Idroscalo.
Imagen inédita del cuerpo de Pasolini en el descampado de Via dell'Idroscalo.
  Es el esquema del antagonismo entre rojos y fascistas, con frecuencia manejado en aquellos años desde fuera, aunque por voluntad de ciertos sectores del Estado; en otros casos, por el contrario, es el mismo Estado el que deja que ciertos sucesos se lleven a cabo: se trata de atentados siempre terribles, que por lo que respecta a la derecha, cuando colaboran hábiles manos externas, son más precisos y sofisticados. Para realizar el sabotaje de la SIP, se utilizan tres dispositivos incendiarios y dos bombas de plástico, todo unido a mechas de combustión lenta. En resumen, los “años de plomo” comenzaban a rugir, mientras que la estrategia de la tensión estaba en su apogeo.

¿Qué relación existe entre este atentado y la muerte de Pasolini? Aparentemente ninguna, aunque su función se desvelará más adelante. Lo que despierta más sospechas es que, en el periodo inmediatamente precedente a su muerte, aunque sabía que estaba en peligro por las continuas amenazas que recibía, el poeta se aleja de su entorno, huye de las personas que le son más cercanas y más queridas, se va fuera de Roma repetidas veces, veremos en concreto adónde. Sus amigos intentan en vano contactar con él. Un hecho insólito que Oriana Fallaci, tras el asesinato en el Idroscalo ostiense, recuerda en su Carta a Pier Paolo Pasolini (5), una contra-investigación dirigida por la periodista sobre la muerte del poeta, paralela a la recién iniciada por los instructores.

La vida privada de Pasolini en las semanas que preceden al homicidio sigue estando, por tanto, en la sombra, aunque hasta hoy siga mandando mensajes muy explícitos.

2. El interés y las agresiones en torno a Saló
En el mismo periodo en el que se produce el atentado contra la SIP, durante una entrevista concedida en Suecia al periodista Francesco Saverio Alonzo, antes de volver a Roma para visionar las copias acabadas de Saló o los 120 días de Sodoma, a la pregunta de si temía alguna represalia por parte de los fascistas, Pasolini responde: ”Me sorprende que todavía no lo hayan intentado de una vez por todas”.

A lo largo de su vida, en efecto, Pasolini sufrió muchas agresiones de carácter fascista, tanto en Italia como en el extranjero. Como la que se produjo en París, en noviembre de 1974, durante un seminario sobre el fascismo europeo dirigido por Maria Antonietta Macciocchi, (6), autora, entre otras publicaciones, de un libro titulado Pasolini para la editorial Grasset. Macciocchi, exponente del PCI en un primer momento y, posteriormente, del Partido Radical, que se había trasladado a la capital francesa en 1972 y que, en 1979, se había convertido en miembro de la Comisión de Justicia del Parlamento Europeo, contó cómo ese volumen no se tradujo nunca al italiano debido al rechazo de los editores; y no fueron los únicos.

“¿Sigue dando miedo Pier Paolo Pasolini? Sí, él y su muerte siguen provocando escándalo y lo puedo probar”. Y prosigue: “Propuse la traducción italiana del libro que yo había dirigido inmediatamente después de su publicación en Francia pero ya entonces solo recibí silencios embarazosos. He pensado volver a proponérselo a algunos editores con motivo del aniversario de la muerte de Pier Paolo [2 de noviembre de 1975, n.d.a.]. Todos me han dicho que el libro es interesante y bello, pero que consideraban que no era el momento adecuado para publicarlo”, declarará a la agencia de prensa Adnkronos.

No es el único episodio incómodo que le sucedió a Macciocchi. En efecto, cuando dirigía el semanal Vie Nuove, Togliatti le pidió que suprimiera una tribuna de opinión escrita por Pasolini, una colaboración que le había pedido la misma Macciocchi, y por la que el autor no recibía ninguna compensación económica. Macciocchi se negó y Togliatti la relevó de su puesto.

Con ocasión del encuentro de 1974 en la universidad parisina, se proyectó el filme Fascista de Nico Naldini, producido por Pasolini y Alberto Grimaldi. La película, construida con retazos de documentales del Instituto Luce, recibió aplausos pero también insultos. Una parte del público, formado por una muchedumbre de rojos y fascistas, franceses e italianos, tilda de asesino al escritor. El episodio confirma una convicción que, con el tiempo, se afianza cada vez más en él: que el nuevo fascismo era un fenómeno cultural, que había entrado de lleno en la mente y en la cultura de los italianos, como ya había advertido en su primer artículo publicado en Il Corriere Della Sera. (7)

En 2005, al comienzo de la apertura de una nueva investigación, el abogado Nino Marazzita, que es quien presenta la petición de reapertura, declara al diario L'Unità que, pocos meses antes de ser asesinado, Pasolini había sido agredido por un grupo de fascistas: “Lo quisieron tirar desde el puente Garibaldi, pero se paró un coche y algunas personas acudieron a ayudarle”. Se trata de un episodio poco conocido y significativo por la cercanía temporal al homicidio.

Remontándose un poco más en el tiempo, nos topamos con otro episodio relevante para el desarrollo de esta historia. El 23 de septiembre de 1962, al final de la proyección del estreno de Mamma Roma, en el cine Quattro Fontane, Pasolini es agredido. El primero que se lanza contra el cineasta es Flavio Campo (uno de los jóvenes más cercanos al fascista Stefano delle Chiaie). Para ayudar a Campo interviene Serafino Di Luia, uno de los fundadores de la organización nazimaoísta Lotta di Popolo, (8) que creará poco después el movimiento juvenil Avanguardia Nazionale junto con su hermano Bruno, actor y extra en muchas películas de los años 70. .... Continuar leyendo: http://ctxt.es/es/20151118/Culturas/3015/Pasolini-Asesinato-Idroscalo-Ostia-a%C3%B1os-de-Plomo-Artes-y-letras-Pasolini.htm#.VnnS7KS5bao.twitter

No hay comentarios:

Publicar un comentario