Groenlandia cuenta con los mayores yacimientos de tierras raras del mundo, pero los votantes han rechazado explotarlos por su coste medioambiental. China, con exigencias ambientales bajas y mano de obra barata, tiene el monopolio mundial
(Jie Zhao / Corbis via Getty Images)
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La explotación minera en Groenlandia tendrá que esperar. Las elecciones generales del pasado 6 de abril en este territorio autónomo danés han dado la victoria al partido socialista Comunidad Inuit por su firme oposición a un proyecto minero que pretendía convertir Groenlandia en el principal productor occidental de tierras raras.
Se trata de unas tierras que contienen 17 elementos químicos (escandio, itrio, neodimio, disprosio, holmio y otros elementos del grupo de los lantánidos) esenciales para la fabricación de aparatos tecnológicos, relacionados con la obtención de energías limpias, como las turbinas eólicas y placas fotovoltaicas y también en tratamientos médicos.
El pueblo de Narsaq, en el sur de la isla, ha sido el gran protagonista de los comicios por su yacimiento mineral Kuannersuit. Muchos vecinos se oponen a la explotación por el miedo a la contaminación radiactiva y los residuos tóxicos en las tierras de cultivo que rodean la mina. Las tierras raras requieren de un proceso de explotación y tratamiento muy costoso y con un elevado coste medioambiental.
Productos cotidianos compuestos de metales rarosLas aplicaciones cotidianas de estos materiales van desde los pequeños motores de las neveras de nuestras casas a las luces led o los motores “miniaturizados” de los coches o patinetes eléctricos que se fabrican gracias a estos imanes, según explica Ricardo Prego, profesor e investigador en asuntos medioambientales del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo y autor del libro Las tierras raras (Ed. Catarata-CSIC).
Las pantallas de los ordenadores y la fibra óptica también los contienen. “Nuestros teléfonos móviles tienen unos siete elementos de las tierras raras, están en la pantalla y en la electrónica”, dice Prego. De lo contrario no sería posible tener micrófonos, aerogeneradores o baterías tan pequeños.
Además, se utilizan en la industria militar y armamentística. “El itrio está presente en los sistemas de guía láser de los misiles inteligentes, en los sistemas individuales de protección contra las balas…”
Groenlandia cuenta con los mayores yacimientos no explotados de metales de tierras raras del mundo. Una zona de alto interés estratégico por su acceso al Ártico. Con una economía basada en la pesca, Groenlandia ha empezado a ver en la minería una oportunidad de desarrollo gracias al deshielo. La periodista medioambiental Rosa Tristán estuvo allí hace unos años y asegura que ya entonces “había licencias de explotación concedidas para zonas que todavía estaban cubiertas de hielo.
Un trabajador en una mina de tierras raras en la provincia de Jiangxi, China, el 20 de octubre de 2010. / Jie Zhao / Corbis via Getty Images |
Así como la Antártida está protegida de la explotación por un tratado internacional, las tierras del Ártico, compartidas por muchos países, suscitan interés por la posibilidad que ofrece el deshielo de abrir nuevas rutas y de explotar estos minerales “que se van a convertir en materiales críticos que pueden cambiar las fuerzas de la geopolítica en las próximas décadas”, explica Tristán. “Suscita muchísimo interés de Estados Unidos, China, Australia...” Un ejemplo de ello fue la propuesta de Donald Trump de comprar Groenlandia.
En la década de 1980 EE.UU. era el principal suministrador de tierras raras, asegura Ricardo Prego, pero la contaminación ambiental, en parte radiactiva, en el desierto de Mojave, obligó a cerrar la explotación y perder el liderazgo mundial en esta materia.
Actualmente China es la principal proveedora de estos minerales con hasta un 98% de la producción mundial. “Su exigencia ambiental es baja, la mano de obra es muy barata y las minas que tienen son de hierro, por lo que obtienen las tierras raras como un subproducto”, explica el profesor, lo que les permite tener unos precios muy competitivos a nivel internacional y mantener el monopolio de estas explotaciones.
“En este momento el 75% de los imanes se fabrican en China”, pone como ejemplo Prego. En caso de cortar su suministro, provocaría una crisis en la industria del automóvil, porque cada coche puede tener un centenar de pequeños imanes. Esto otorga a China un gran poder en las negociaciones a nivel internacional.
A la periodista Rosa Tristán le preocupa también que “la dependencia es absoluta y no sabemos nada de las condiciones en las que se están extrayendo” cuando estamos a las puertas de una revolución energética verde para la que es fundamental contar con estos materiales.
Europa ha cerrado todas las minas por su impacto ecológico, pero eso ha generado una peligrosa dependencia internacional. “La Comisión Europea empieza a tomar algunas medidas, pero son primeros pasos muy leves, y Estados Unidos está apostando por una diplomacia minera de metales raros para asegurarse la fuente de estos recursos que sabe que va a necesitar”, asegura Tristán.
Ante la disyuntiva ecológica por la necesidad de estos minerales y su impacto en el medio ambiente, la periodista apuesta por un consumo más eficiente y una fuerte apuesta por la investigación para reutilizar esos materiales que, por la mínima cantidad en la que se emplean, son muy difíciles de reciclar. El profesor Prego cree que hoy en día existen sistemas para la minería que pueden evitar el daño medioambiental, aunque “la contrapartida son los costes”.
Fuente: https://cadenaser.com/programa/2021/04/09/punto_de_fuga/1618005187_115516.html?ssm=tw
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