miércoles, 19 de agosto de 2020

Volviéndose viral

Entrevista Las reglas del contagio

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Cuando hacemos clic en un enlace de una página web, a menudo nos convertimos en el sujeto de una subasta que se lleva a velocidad de vértigo. En unos 0,03 segundos, el servidor del sitio web reunirá toda la información que tiene sobre nosotros y la enviará a su proveedor de anuncios. El proveedor mostrará entonces la información a un grupo de comerciales automatizados que actúan en nombre de los anunciantes. En otros 0,07 segundos, los comerciales habrán pujado por el derecho a mostrarnos un anuncio. El proveedor de anuncios selecciona la puja ganadora y envía el anuncio a nuestro navegador, que introduce el anuncio en la página web mientras se descarga en la pantalla.
    La gente no siempre es consciente de que los sitios web funcionan de esta manera. En marzo de 2013, el Partido Laborista británico tuiteó un enlace a una nueva nota de prensa crítica con el entonces secretario de Educación Michael Gove. Un diputado conservador respondio mediante un tuit sobre los anuncios que aparecían en la página web del Partido Laborista. "Ya sé que los laboristas están escasos de fondos, pero no sé si eso justifica un anuncio de "Citas con chicas árabes" en la parte superior de la nota de prensa," escribió. Desgraciadamente para el diputado, otros usuarios señalaron que la página laborista lo que inluía eran anuncios dirigidos a cada usuario: la oferta en pantalla dependía probablemente de la actividad online de ese usuario concreto.
    Algunos de los rastreadores más modernos han surgido donde uno menos se lo espera. Para investigar la magnitud de la propaganda online dirigida a cada usuario específico, el periodista de investigación Jonathan Albright se pasó los primeros meses de 2017 visitando alrededor de un centenar de sitios web de propaganda extremista, el tipo de sitios repletos de teorías de la conspiración, pseudociencia y posiciones políticas de extrema derecha. La mayor parte de los sitios web parecían increíblmente poco profesionales, propios de principiantes. Pero profundizando algo más detrás de esas fachadas, Albright descubrió que ocultaban herramientas de rastreo extremadamente sofisticadas. Esos sitios web staban recopilando datos detallados sobre identidad personal, historial de búsquedas, incluso movimientos del ratón. Esto les permitía seguir a usuarios susceptibles alimentándoles con contenido cada vez más extremista. Lo que hacía que los sitio web fuesen tan influyentes no era lo que los usuarios podían ver, era la recopilación de datos que no podían ver....


Las reglas del contagio
Adam Kucharski

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