El Parlamento alemán hizo oídos sordos a las advertencias de Turquía y ha aprobado casi por unanimidad una resolución que califica de «genocidio» la masacre perpetrada por el Imperio otomano a los armenios hace 100 años, en un paso que promete tensar la ya difícil relación Berlín y Ankara.
Todos los diputados, con excepción de un voto en
contra y una abstención, apoyaron la resolución consensuada entre el
opositor Los Verdes y las tres fuerzas que forman el Gobierno: la Unión
Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, su versión bávara (CSU) y los socialdemócratas (SPD).
La canciller, que mostró su apoyo a la resolución, no estuvo presente durante la votación en el Bundestag por motivos de agenda.
Tampoco participaron su vicecanciller, Sigmar Gabriel, ni el ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier, de visita en Argentina.
«Nuestra intención no es sentar a Turquía en el
banquillo de los acusados, sino decir que una reconciliación sólo es
posible si se llama a los hechos por su nombre», explicó antes de la
votación el jefe parlamentario de la CDU, Volker Kauder.
El hecho de que Turquía esté «haciendo grandes cosas» apoyando a la Unión Europea
(UE) en la crisis de los refugiados «no cambia el hecho de que se haya
sometido a los armenios a un sufrimiento indescriptible», sostuvo
Kauder, un hombre de confianza de Merkel.
El diputado Cem Özdemir, descendiente de turcos y
miembro del partido Los Verdes, principal impulsor de la resolución,
denunció la complicidad del Imperio alemán como aliado del otomano
durante la Primera Guerra Mundial y consideró «una responsabilidad histórica» para Alemania «reconocer su parte de culpa».
Desde que se conoció el plan del Parlamento alemán,
Turquía advirtió en varias ocasiones sobre las consecuencias que tendría
la resolución.
Tanto el nuevo primer ministro Binali Yildirim como el presidente Recep Tayyip Erdogan
alertaron de que el voto a favor de la resolución perjudicaría «las
relaciones diplomáticas, económicas, sociales, políticas y militares
entre los dos países».
También los representantes de la nutrida comunidad turca en Alemania condenaron la votación como «un espectáculo político».
Armenios en la tribuna del Bundestag agradecen a los parlamentarios alemanes la resolución
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El imperio otomano expulsó y asesinó a hasta 1,5
millones de armenios durante la Primera Guerra Mundial, según las
estimaciones. Turquía, sucesora del imperio, lamentó lo ocurrido, pero
rechazó siempre que denominarlo «genocidio». Sin embargo, una veintena
de Gobiernos, incluyendo los de Francia, Italia y Rusia, designaron oficialmente como «genocidio» las matanzas. El papa Francisco calificó lo ocurrido a los armenios como «el primer genocidio del siglo XX».
La resolución votada hoy en Berlín usa la palabra dos
veces y concluye diciendo que el destino de los armenios «ejemplifica
la historia de exterminios masivos, limpiezas étnicas y genocidios que
el siglo XX registró de forma tan horrenda».
La tensión se suma a diversos roces con Turquía por
la situación de los derechos humanos en el país y llega en un momento en
que la Unión Europea (UE), en parte a instancias de la propia Merkel,
apuesta por Ankara como pieza clave para resolver el drama de los miles
de refugiados que siguen llegando al continente.
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