Con motivo de la visita de la canciller alemana Angela
Merkel a Grecia consideramos que es nuestro deber recordar, tanto a ella
como al primer ministro griego que:
1.
La grande y poderosa Alemania no tiene derecho a eximirse de sus
deberes, privando a Grecia del suyo sobre la base del Derecho
Internacional, al tiempo que tampoco está permitido que Grecia abdique
de sus derechos.
2. Las violaciones del Derecho Internacional y de los
principios humanos del honor y la moral corren el peligro de ver
repetirse los fenómenos que han sometido a sangre y fuego a Europa.
El reconocimiento de los crímenes nazis constituye una garantía
elemental de que tales monstruosidades no se vuelvan a repetir.
Nuestro pueblo no ha olvidado y no debe olvidar. Hoy, no
demanda venganza sino justicia. Deseamos que los alemanes tampoco hayan
olvidado. Porque los pueblos que no recuerdan su memoria histórica
están condenados a repetir los mismos errores. Y parece que Angela
Merkel conduce a su país, e incluso a la parte más sensible del pueblo, a
la juventud, por ese camino resbaladizo, ya que
dirigiéndose a los jóvenes de su partido ella no ha dudado en decir que
"la ayuda a Grecia debe estar ligada a los deberes de Grecia". ¿Y qué hay de los deberes de Alemania?
Habríamos esperado que la canciller hubiera dado
muestras de una actitud análoga a la de los aliados hacia Alemania
cuando en 1953, con la suspensión de pagos de la deuda y la ayuda
económica que ofrecieron, contribuyeron al desarrollo y a la reconstrucción de Alemania. La Grecia de entonces no estuvo ausente de aquel esfuerzo.
No tenemos la intención de invitar a cenar a la canciller. Pero sí la invitamos a visitar el Campo de Tiro de Kaisariani para que ella vea aún hoy, 67 años después del fin de la guerra, que la hierba sigue sin crecer donde se vertió tanta sangre. La tierra no olvida. Tampoco los hombres tienen derecho a olvidar.
Es el momento de unir nuestra voz a la del presidente
del partido alemán de Izquierdas (Die Linke), B. Rixinger, quien con
motivo de la llegada de Angela Merkel a Grecia le pide que escuche a
aquellos que se resisten a los recortes brutales que amenazan profundizar la polarización del país y le advierte de que Grecia está en peligro de catástrofe humanitaria.
Ya estamos pagando esta polarización en mi país con la
aparición de Amanecer Dorado. ¿Es que nos vamos a quedar de brazos
cruzados, esperando ver también las consecuencias de la catástrofe
humanitaria? Entonces, será demasiado tarde no solo para Grecia, sino
para Europa entera.
Manolis Glezos, 90 años,
es el símbolo viviente de la resistencia contra la ocupación nazi. El 30
de mayo de 1941 fue uno de los dos jóvenes que retiraron la inmensa
bandera nazi que ondeaba en la Acrópolis. Condenado a muerte en
repetidas ocasiones durante y después de la guerra civil, M. Glezos ha
pasado en total más de once años en prisión. Hoy es diputado de Syriza
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