sábado, 12 de marzo de 2022

Las bacterias devuelven el brillo a los mármoles de Miguel Ángel

Presentan la innovadora técnica de restauración utilizada en las Capillas de los Médici de Florencia

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Tumba de Giuliano de Medici

La noche* que tú ves con tal sosiego
dormir, fue por un Angel esculpida
en esta piedra, pero tiene vida.
Si la despiertas, hablará contigo.

Me place el sueño, y más ser piedra inerte
mientras el daño y la ignomia dura.
No ver, nada sentir, me es gran ventura.
¡Baja la voz! Que nadie me despierte. **
 
 *Epigrama de Giovanni Strozzi elogiando el monumento (la Noche). Michelangelo responde con otro en que "habla" la escultura misma.
 **(De Michelangelo a Giovanni Strozzi)

Con motivo del 545 aniversario del nacimiento de Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, 1475 - Roma, 1564), la Academia de las Artes del Dibujo de Florencia presentó al público la capilla que diseñó como última morada de los Medici en Florencia, cuyos mármoles han sido restaurados con un ingenioso experimento. Para eliminar la mugre acumulada durante siglos en la joya realizada por Miguel Ángel por encargo de los Papas León X y Clemente VII, se han esparcido bacterias sobre el mármol de Carrara, el preferido del genio del Renacimiento, y ellas se han encargado de que las estatuas luzcan blanquísimas.

Tal como contó ABC el pasado junio, un equipo de científicos y restauradores liderado por Monica Bietti, antigua directora del Museo de las Capillas de los Medici, utilizó un tipo concreto de bacteria para esta biolimpieza: la llamada Serratia ficaria SH7, que procede de unos suelos contaminados por materiales pesados de una mina de Cerdeña.

Este tipo de bacterias se alimentan de pegamento, aceite y fosfatos, lo que permite eliminar algunas de las manchas más incrustadas de las estatuas.

El experimento se ha realizado en la Sacristía Nueva en la basílica de San Lorenzo de Florencia, una obra maestra de Miguel Ángel, que inició las obras en 1520 y las continuó durante 14 años, hasta su partida a Roma, donde fue llamado para construir la Cúpula de San Pedro. Pero hay constancia de que ya en 1595 comenzaron a aparecer manchas y decoloración, en particular en uno de los sarcófagos de este complejo que hoy constituye el museo de las Capillas Mediceas. Antes de la pandemia, durante una década se había realizado una limpieza, pero no fue suficiente.

En las esculturas alegóricas, Aurora o Madrugada y Crepúsculo o Atardecer, las manchas negras eran profundas y permanecían en el mármol. La causa de tales manchas se atribuyó al entierro de Alejandro de Medici, asesinado por su primo Lorenzo de Médici en 1537, cuyo cadáver fue introducido en el sarcófago sin haber sido debidamente eviscerado. Su descomposición se habría filtrado hasta producir a lo largo de los siglos manchas en el mármol. «La SH7 se comió a Alessandro», declaró con cierta ironía Monica Bietti hace unos meses al diario 'The New York Times'. Las bacterias SH7, que se alimentaban de pegamento, aceite, también han podido al parecer con los fosfatos de Alessandro.

No ha sido una operación improvisada. Contaba el 'NYT' que en el año 2016 la restauradora Marina Vincenti había asistido a una conferencia organizada por Ana Rosa Asprocati, conocida investigadora del ENEA (Ente para las Nuevas Tecnologías y la Energía), y su equipo de biólogos, titulada 'Una introducción al mundo de los microorganismos'. Mostraron cómo las bacterias habían limpiado algunos residuos de resina en los frescos de obras maestras del Barroco en la Galería Carracci del Palacio Farnesio de Roma. Las cepas aisladas de las aguas de drenaje de las minas de Cerdeña eliminaron las manchas corrosivas de hierro en el mármol de Carrara de la galería. Cuando llegó el momento de limpiar los Miguel Ángel de la Nueva Sacristía, Vincenti insistió en la ayuda de las bacterias. En consecuencia, en noviembre de 2019, el museo llamó a científicos del Consejo Nacional de Investigación de Italia, para analizar la situación.

Los investigadores realizaron una espectroscopia con infrarrojos que reveló restos de calcita, silicato y otros elementos en las esculturas y en dos sarcófagos. No eran peligrosos, pero se concluyó que su eliminación era mejor para la salud, el medio ambiente y, obviamente, para las obras de arte. Eso sí, primero realizaron una prueba.

Comprobada la eficacia, primero introdujeron la bacteria en la tumba realizada por Miguel Ángel para Giuliano di Lorenzo, duque de Nemours. Ese sarcófago está adornado con esculturas alegóricas al Día, una figura masculina corpulenta, y a la Noche, un cuerpo femenino, que Miguel Ángel esculpió delicado para que al recibir la iluminación suave pareciera brillar a la luz de la luna. El equipo usó Pseudomonas stutzeri CONC11 (una bacteria aislada de los residuos de una curtiduría o taller donde se trabajan las pieles) para el pelo de la estatua y Rhodococcus sp. ZCONT (que viene de unos suelos contaminados con diésel) para limpiar las orejas. Para la cara de Noche (la figura femenina) usaron paquetes de microgel de goma xantana, que es un derivado de la Xanthomonas campestris. La cabeza del duque Giuliano, recibió un tratamiento similar.

Ahora, por fin, la Nueva Sacristía ha recobrado su esplendor. La trascendental importancia de esta obra para el Renacimiento radica en que todo el diseño fue realizado por un solo artista: Miguel Ángel Buonarroti se encargó de integrar con el entorno la arquitectura, escultura y decoración en la que la luz jugaba un papel fundamental, como ocurrió en algunas de sus obras, caso de la célebre escultura del Moisés. Con la apertura de las ventanas en la parte superior de la Sacristía, Miguel Ángel permitió la producción de dos tipos de luz, una de las cuales es más constante, mientras que la otra cambia claramente con el paso de las horas y según los cambios de estaciones. Esta restauración de la iluminación se concluyó en el 2019, después de 24 meses, para hacer resplandecer precisamente la arquitectura y las esculturas de Buonarroti –incluida la famosa 'Madonna Medici'– independientemente de la temporada y las condiciones climáticas, eliminando al máximo las sombras y las distorsiones cromáticas provocadas por la luz artificial.

Gracias a una bacteria, los turistas pueden ya admirar la Nueva Sacristía, renacida como en tiempos de Miguel Ángel, con mármol sin manchas, blanquísimo y sin los restos de Alejandro de Medici que un tiempo se filtraron en su tumba.

Fuente: https://www.abc.es/cultura/abci-bacterias-devuelven-brillo-marmoles-miguel-angel-202203111113_noticia.html#vca=rrss-inducido&vmc=abc-es&vso=tw&vli=noticia.foto

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