Una pequeña joya. Rodrigo Rato, año 2003: "No hay burbuja inmobiliaria. Las familias deben sanear sus deudas". No sólo se quedó más ancho que largo, sino que además fue premiado con la dirección del FMI (2004- 2007). Tiene su lógica, y viene a justificar la sensación generalizada de burla permanente que el ciudadano padece cada vez que abre un periódico y lee algo sobre sus gobernantes, banqueros y empresarios.
En esas estamos ahora, cuando el Ayuntamiento de Santander firma un convenio para no pagar a los becarios de la hostelería de cara al verano. Que necesitan mucha formación para hacer bien su trabajo, dicen. "Gratificaciones" a convenir entre el dueño del chiringuito y algún necesitado de 20 años; de aquellos lodos, estos barros.
Como dice la Cospedal que "el fracaso universitario del 30% le cuesta a los españoles 3.000 millones", quizá vaya siendo hora de echar cuentas y hablar de otros costes a fondo perdido, decenas y decenas de miles de millones que han ido a parar al vacío. Resulta que por mucho dinero que demos a los bancos (para "salvar el sistema") los recortes son inevitables. Que por mucho que recortemos, la prima de riesgo sigue a su bola. Que por mucho que no hagamos caso de esa prima, las agencias de rating sí lo hacen e insisten en calificar a España y todos los españoles de basura.
Entonces, ¿qué sistema se está salvando, o se pretende salvar? La más reciente trola se basa en fomentar una especie de comprensión hacia los mercados, o inversores, que ahora dicen que son lo mismo; si tenemos calificación de basura, ¿cómo van a invertir? Los señores de las finanzas son neutrales, pues. Pragmatismo de verdad. Y se van olvidando palabras como especulación, información privilegiada, usura, estafa...
Teniendo en cuenta que no había burbuja inmobiliaria con un incremento del 19% en esos momentos, y que la persona que lo aseguraba ha sido la encargada de transformar las cajas en un banco, sólo queda poner a pastar a todas las vacas en el mismo prado, esto es, puertas giratorias de la política a la empresa, de la empresa al banco, del banco al hotel, del hotel a la fundación y tiro porque me toca. Esta pescadilla que se muerde la cola coincide con el círculo vicioso del agujero negro monetario: sueltan una información por aquí, gobiernan por allí, recortan más allá, hoy dirijen el BCE y mañana el Sporting CF...
Tras una dura jornada de sobornos y adjudicaciones, nada como un copazo servido por un esclavo sin contrato ni salario. El triunfo definitivo del Poder sobre el individuo y un colosal fracaso de la política, que ha terminado por salir tan cara que las declaraciones de la Cospedal sobre las universidades pasan de la burla a la provocación.
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