Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Anatomia-y-valor-del-asco_0_682131795.html
El asco es la Cenicienta de las emociones. Mientras que el miedo, la
tristeza y la ira, las hermanas feas y vistosas, han atraído la atención
deslumbrada de los psicólogos, el pobre asco quedó oculto en un rincón,
perdido entre las cenizas.
Pero no más. El asco está teniendo su
momento de gloria en tanto los científicos descubren que va mucho más
allá de causar una sensación de malestar en el estómago. Por ejemplo,
protege a los seres humanos de las enfermedades y los parásitos, y
afecta prácticamente todos los aspectos de las relaciones humanas, desde
el romanticismo hasta la política.
En varios libros nuevos y en una corriente inagotable de papers
, toda clase de investigadores están analizando la evolución del asco y
su función en las actitudes hacia la comida, la sexualidad y hacia los
demás.
Paul Rozin, un psicólogo que es profesor emérito en la
Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, y pionero en la
investigación moderna sobre el asco, comenzó a investigarlo con algunos
colaboradores en los años 80, cuando el asco estaba lejos de ser un tema
dominante. “Era siempre la emoción que quedaba fuera –dice–. Ahora está
de moda”.
El asco es más que una reacción ante la putrefacción y
excrementos. “El asco está en nuestra vida cotidiana –señaló hace unas
semanas la epidemióloga inglesa Valerie Curtis, de la Escuela de Higiene
Pública y Medicina Tropical de Londres, en una conferencia realizada en
Alemania–. Determina nuestros hábitos de higiene. Determina cuánto nos
acercamos a las personas. Determina si damos un beso, con quién vamos a
tener sexo...Más información
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