En ocasiones,
el corazón se siente abrumado por la melancolía,
y al pensamiento llegan
viejas palabras leídas en libros olvidados:
felicidad, misterio, alma, infinito.
¿Es la tarde que mete sus uñas venenosas
en el sombrío cuerpo del olvido
y huye hacia la noche llevándose en la boca
algún gesto borroso,
una canción perdida,
la desteñida cinta que no pudo
atar tantos recuerdos?...
Ángel González
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