jueves, 21 de octubre de 2021

«No se puede lograr el objetivo del 1,5 ºC sin la Amazonia»

 Los bosques, que históricamente han actuado como sumideros de carbono, cada vez tienen menor capacidad de retención debido a la deforestación y el cambio climático. A las puertas de la COP 26, el 'think tank' británico Chatham House publica una hoja de ruta para conservar la selva amazónica. 

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La deforestación en la Amazonia brasileña encadena tres años bajo una situación crítica. Foto: LATIN AMERICA NEWS AGENCY

Sobre la COP 26 que se celebrará el próximo mes en Glasgow hay puestas muchas expectativas. Su presidencia –representada por Reino Unido– ha asentado algunos asuntos que deberán abordarse sí o sí en esta cumbre del clima. Uno de ellos es la deforestación, que, junto a medidas como acelerar el fin de los combustibles fósiles o invertir en energías renovables, resulta clave para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.

Este martes, los presidentes de Colombia y Brasil, Iván Duque y Jair Bolsonaro, firmaron, en un encuentro en Brasilia, llegar «unidos» a la COP en defensa de la Amazonia. «Nuestra voz en Glasgow será no solamente la de trabajar por la transición energética, por la reducción de emisiones, sino también la de alcanzar la neutralidad de carbono y hacerlo con una gran protección de los bosques tropicales y nuestra Amazonia», dijo Duque.

En un mensaje similar se apoyó también su homólogo brasileño. Sin embargo, Bolsonaro quiso sacar a su país del Acuerdo de París a su llegada al gobierno y, en los últimos años, sus políticas medioambientales han sido más que cuestionadas. La degradación de la Amazonia brasileña se ha hecho más evidente desde que el ultraderechista llegó al cargo, aunque son múltiples los factores que están llevando a la región a un punto de inflexión. Entre ellos, por ejemplo, está también la actividad del Banco Santander. El aluvión de promesas tiene un motivo: la COP 26 está muy cerca.

A las puertas de estas negociaciones decisivas, el think tank británico Chatham House publica este jueves el plan al que ha tenido acceso en exclusiva Climática Repensar la Amazonia, un análisis de la situación de esta región elaborado tras 18 meses de diálogo con expertos en el tema y numerosos implicados en este territorio. Desde ex gobernadores estatales, ex jefes del Banco Central de Brasil o representantes de empresas hasta movimientos sociales y población indígena.

«Basamos la investigación en la idea de que la Amazonia es extremadamente compleja y, por tanto, hay que profundizar en esa complejidad para tomar medidas sobre su conservación», explica uno de los autores del informe, el biólogo Roberto Waack. Para este experto, el documento no pretende traer verdades absolutas, pero sí trasladar la importancia de no simplificar las diversas realidades de este territorio. Asumirlo, dice Waack, es la base para poder llevar a cabo políticas concretas no solo por parte del gobierno brasileño, sino de toda la comunidad internacional, como las que deberán salir de esta COP 26.

De ser un sumidero de carbono a una fuente de emisiones

Junto a los océanos, los bosques han eliminado, cada año y durante las últimas seis décadas, el 56% de las emisiones de dióxido de carbono procedentes de la actividad humana. Estos datos, extraídos del último informe del IPCC muestran el relevante papel de los bosques tropicales en la crisis climática al actuar como sumideros de carbono. Sin embargo, según un estudio reciente publicado en la revista Nature, esta función se ha degradado por la deforestación y el cambio climático: entre 2010 y 2018, los incendios en la región liberaron 1.500 millones de toneladas de dióxido de carbono por año, a la par que eliminaron solo 500 millones de toneladas de CO2.

Como señala el informe de Chatham House, los altos niveles de deforestación –que han alcanzado niveles récord por tercer año consecutivo– han hecho que la Amazonia pierda su papel como sumidero de carbono y pase a ser una fuente de carbono. Por eso, Waack apunta que «no se puede lograr el objetivo del 1,5 ºC sin la Amazonia: la ambición climática mundial depende del fin de la deforestación». A su vez, el fin de la deforestación necesita, según el biólogo, «de modelos económicos, sociales y ambientales que combinen de la forma más armónica posible la producción con la conservación».

A largo plazo, el estudio valora la relevancia de establecer un sistema eficaz de planificación del uso de la tierra. Pero también insiste en actuar a corto plazo, por ejemplo, financiando organismos de protección del medio ambiente.

Las cuatro caras de la Amazonia

La hoja de ruta de Chatham House empieza por diferenciar los distintos contextos dentro de la propia región, en la que viven 29,3 millones de personas. Allí, algunos derechos básicos, como el saneamiento, la sanidad o la educación, tienen los niveles más bajos de todo Brasil.

«La Amazonia es extremadamente heterogénea, tanto por su población y los pueblos originarios que allí viven como por su vegetación; estamos hablando de un territorio que tiene más o menos las mismas dimensiones que Europa Central«, recuerda Waack. Las actividades económicas también difieren según la zona.

Es por eso que el informe define cuatro caras dentro de la región: la Amazonia conservada –cuyo bosque está intacto–, la Amazonia en transición –Pará, Mato Grosso, Rondônia y Acre–, la Amazonia antropizada –áreas deforestadas hace décadas y transformadas por la actividad humana– y la Amazonia urbana.

Cada una requiere de respuestas diferentes. Para las áreas antropizadas, la investigación propone, en palabras de Waack, «implementar mecanismos de trazabilidad que permitan una clarísima transparencia sobre los efectos ambientales y sociales de todas las cadenas de producción, desde el origen de los productos, el impacto en el bosque, hasta el impacto social». «Es la forma –prosigue– de que el comercio exterior pueda considerar estas cuestiones y eliminar los impactos negativos».

Todavía puede evitarse que la parte en transición llegue a unos niveles más altos de deforestación, algo sobre lo que muestra esperanza Waack, para quien «el tema de la deforestación y de los bosques ha crecido mucho en la conversación preCOP». Para lograr la conservación de esa zona es esencial, por ejemplo, un mayor desarrollo de la producción de alimentos a pequeña escala, porque «solo el control de la deforestación no es suficiente», insiste Waack. Sus expectativas en las negociaciones de la COP son altas. De ellas espera que vayan más allá y tengan en cuenta «nuevos modelos de desarrollo más armónicos en la relación producir-conservar de lo que lo son los modelos tradicionales».

 Fuente: https://www.climatica.lamarea.com/deforestacion-amazonia-objetivo-15/

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