China frena la producción de un mineral esencial para la fabricación de aluminio
No hay tregua en el mercado de las materias primas. La alarma esta vez procede del magnesio. El mineral es esencial para mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios del cuerpo humano, pero en la industria es un componente esencial para la fabricación de hojas de aluminio o de titanio, con lo que la salud de la economía también depende de él.
Los primeros síntomas se vivieron a finales de septiembre, cuando los precios repuntaron un 80% en un solo día. Las cotizaciones, que acostumbraban a estar entre los 2.200-2.700 dólares, se dispararon hasta casi 10.000. Desde entonces se han quedado arriba y no parece que vayan a bajar a corto plazo. El origen del problema es China, donde se produce el 87% del magnesio mundial. Allí las autoridades locales han impuesto restricciones al consumo de energía. Extraer este mineral supone un elevado consumo energético (35 megavatios la hora) y el país asiático, que sufre carencias de suministro eléctrico, necesita poner coto a los excesos. Unos 35 productores han sido obligados a parar la extracción hasta finales de año.
“Preocupados por la continua escasez de suministro de magnesio este año y en el primer semestre (2022), algunos clientes extranjeros tienen la intención de aumentar la adquisición de existencias”, subrayaba en un comunicado Dong Chunming, de Sunlight Metal Consulting.
“No hay sustitutos para el magnesio en la producción de aluminio. Si el suministro se para, el sector de la automoción podría verse obligado a interrumpirse”, afirmaba al Financial Times un analista de Barclays. En Seat, donde ya están padeciendo las consecuencias de la carencia de suministros, de momento no han notado alteraciones por este motivo.
El magnesio es un componente de difícil conservación, porque al cabo de tres meses da señales de oxidación. Europa importa el 45% de todo el magnesio producido en China y el 95% de lo que necesita. Una dependencia total.
El silicio golpea a los paneles solares
Nadie está a salvo de la crisis energética. Ayer se supo que los precios de la energía solar en Arabia Saudí se disparan por la escasez de silicio. Este componente clave para la fabricación de paneles solares ha subido a los niveles más altos desde abril del 2019, también debido a cierres provisionales de la producción china. Antes de la pandemia, en el 2017, la Comisión Europea ya empezaba a estar preocupada por la dependencia de Europa de los minerales. Lanzó una iniciativa titulada “Resiliencia de las materias primas críticas: trazando un camino hacia una mayor seguridad y sostenibilidad” para recoger opiniones al respecto.
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