Viajaron juntas una década por el espacio hasta llegar al cometa 67P.
Hace dos años se separaron. La nave Rosetta se quedó en
órbita girando alrededor del cometa. La sonda Philae se lanzó para
posarse sobre 67P.
El aterrizaje fue accidentado: los arpones que llevaba
Philae para engancharse en la superficie del cometa no funcionaron y
rebotó a casi un kilómetro de altura (la gravedad en 67P es minúscula).
Finalmente se posó en una zona de acantilados en sombra
casi permanente. Sin luz llegando a sus paneles solares, las baterías de
Philae se agotaron apenas 50 horas después y la sonda se apagó.
La nave Rosetta intentó volver a comunicarse con Philae, pero el silencio era absoluto.
Meses después, en el verano de 2015, cuando el cometa
pasaba por su punto más cercano al sol, Philae recibió la suficiente
energía como para comunicarse con Rosetta durante unos minutos. Pero
nunca supimos el lugar exacto donde había caído.
El misterio ha sido resuelto en un vuelo de Rosetta a sólo
3 kilómetros sobre el cometa. La cercanía de la nave a la superficie ha
permitido tomar imágenes de una resolución extraordinaria: cada pixel
contiene 5 centímetros del cometa.
Philae ha aparecido en una de esas fotos:
Al fin conocemos el lugar exacto donde Philae había caído:
Y también sabemos por qué resultaba tan complicado comunicarnos con
ella. No sólo se encontraba en una zona de acantilados con sombra casi
permanente. Además aterrizó tumbada: dos de sus tres patas no tocan la
superficie del cometa.
Fuente: http://www.principiamarsupia.com/2016/09/05/encuentran-la-sonda-que-se-perdio-en-el-cometa-67p/
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