lunes, 29 de noviembre de 2021

Entre la inmoralidad y la estupidez

Ni siquiera en medio de la mayor expansión fiscal que se recuerda desde la Segunda Guerra Mundial los países ricos han sido capaces de encontrar las migajas que permitirían financiar el esfuerzo global de vacunación


 Cuando se escriba la historia de esta pandemia, será difícil decidir si pesó más la inmoralidad de los países ricos o su estupidez. 17 meses después de que la OMS declarase una emergencia global por el virus SARS-Cov2, estimaciones fiables (The Economist) sugieren una cifra real de muertos que triplica los 5,2 millones declarados en las estadísticas oficiales. Muchos de estos muertos, posiblemente la mayoría, han sido enterrados en los países pobres. El coronavirus ha arrasado con sociedades, economías y sistemas de protección, devolviendo los niveles de pobreza a la situación de hace dos décadas y generando una crisis de endeudamiento que dejará la de los ochenta en un resfriado financiero.

 Si las vidas de quienes sufren la pobreza no valen nada, ¿cuánto valen las nuestras? Desde el punto de vista epidemiológico, la estrategia de las economías más desarrolladas ha sido todo un disparo en el pie. Cada una de las advertencias de la comunidad científica acerca de las mutaciones de este tipo de virus y de la imposibilidad de hacerle frente en silos han chocado con el pavor electoral de nuestros gobernantes y el desinterés de nuestras sociedades. Como niños opulentos y caprichosos, el mundo rico acapara diagnósticos, tratamientos y vacunas mientras sus ciudadanos bailan en las discotecas y se manifiestan en las calles reclamando la libertad de vivir contagiados.

La fotografía de la inmunización global es obscena. En el momento de escribir estas líneas, la tasa de población que ha recibido al menos una dosis de alguna vacuna contra la covid-19 es en Estados Unidos del 69%, en la UE del 70% y en África del 11% (Our World in Data). El mecanismo Covax —para la inmunización de los países de renta baja— solo ha logrado financiar hasta ahora 433 de los 2.000 millones de dosis que debían cubrir la vacunación completa del 20% de la población mundial. Únicamente el 4% de los más de 7.000 millones de dosis producidas hasta este momento han llegado a los brazos de la población más pobre.

Ni siquiera en medio de la mayor expansión fiscal que se recuerda desde la Segunda Guerra Mundial los países desarrollados han sido capaces de encontrar las migajas que permitirían financiar el esfuerzo global de vacunación. Peor aún, sus gobiernos han obstaculizado de manera activa las excepciones de la propiedad intelectual y la transferencia de conocimiento que hubiesen permitido escalar la producción de dosis en países de renta media como India, Brasil o Sudáfrica.

Ahora nos enfrentamos a una nueva variante que amenaza con echar por tierra parte del extraordinario esfuerzo realizado hasta este momento. ¿Y quién puede decir que está sorprendido? “Nuestro fracaso para poner vacunas en los brazos de la gente del mundo en desarrollo se está volviendo ahora contra nosotros”, afirmaba este viernes Gordon Brown en un amargo comentario para The Guardian. La variante B.1.1.529 parece ser más contagiosa que las anteriores y todavía ignoramos si nuestra caja de herramientas farmacéutica es efectiva contra ella.

Las certezas científicas tardarán aún algún tiempo, pero eso no ha impedido a Europa apretar el acelerador en medio de la curva. Se vuelve a cortar la relación con el sur de África —que ha informado de manera rápida e impecable sobre la nueva variante— y a culpabilizar a la víctima por su situación. Tal vez alguien debería preguntarse por qué la media de inmunización (una sola dosis) en los siete países apestados está por debajo del 25%. Parecemos cínicos, pero creo que simplemente somos estúpidos.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2021-11-28/entre-la-inmoralidad-y-la-estupidez.html?ssm=TW_CC

domingo, 28 de noviembre de 2021

Aunque tú no lo sepas


 

Tinos Cyclades

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
 Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
 
 Así he vivido yo,
como la luz del sueño,
que no recuerdas cuando te despiertas.
 
Luis García Montero

jueves, 25 de noviembre de 2021

Los tres pasos de los hombres

Día internacional plano dibujado a mano para la eliminación de la violencia contra las mujeres vector gratuito
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Los hombres debemos de dar tres pasos: un paso al frente hacia el feminismo, un paso atrás de nuestros privilegios y un paso al lado para acompañar a las mujeres feministas en el camino hacia la Igualdad. 

El androcentrismo que nos define como cultura significa que todo gira alrededor de lo que los hombres hemos considerado adecuado para nosotros y para el resto de la sociedad, esa referencia hace que nuestra zona de confort no se limite a un determinado territorio o espacio, y que sea la propia realidad la que actúe como tal bajo los criterios y decisiones que en cada momento han situado lo masculino como referente universal.

Los hombres no hemos necesitado lugares ni habitaciones propias porque cualquier lugar era apropiado para ejercer la masculinidad, desde lo público a lo privado, desde lo particular a lo común, pero también para apropiarnos de todo lo que contenía cada uno de esos espacios, por un lado los bienes y las cosas y por otro las personas que los habitaban, especialmente las mujeres por ser el referente de contraste sobre el que levantamos nuestra identidad. No obstante, al ser conscientes de la injusticia que suponía todo ello, para evitar cualquier tipo de conflicto o enfrentamiento abierto, las mujeres han sido presentadas como libres a la hora de decidir lo que la cultura previamente les había impuesto atendiendo a su condición y capacidades, también tasadas por la propia construcción cultural, como de manera muy gráfica recogían las palabras del eurodiputado polaco en el Parlamento Europeo Janusz Korwin Mikke, cuando dijo que debían cobrar menos que los hombres porque eran “más débiles y menos inteligentes”.

De ese modo, durante siglos las niñas no pudieron ir a la escuela, las jóvenes no pudieron entrar en la universidad, las mujeres no pudieron trabajar, después empezaron a hacerlo con el permiso del padre o del marido, y ahora lo hacen libremente, pero con menos oportunidades, más precariedad, menos salario, y siempre con la sobrecarga del trabajo doméstico y los cuidados y responsabilidades a las que los hombres no nos hemos incorporado en igualdad.

Todo ello refleja que mientras que las mujeres han ido dando pasos de la mano del feminismo hacia la igualdad y los Derechos Humanos, los hombres hemos estado dándole vueltas a lo nuestro para mantener los privilegios sobre la injusticia social diseñada desde la normalidad androcéntrica.

Bajo esas referencias sociales, si las mujeres no trabajan no es porque no tengan las mismas oportunidades laborales, sino porque es lo normal; si no ocupan posiciones de poder y responsabilidad no se debe a la falta de reconocimiento y confianza, sino a que es lo normal; si sufren violencia por parte de los hombres en distintos contextos y circunstancias, no es por el machismo y la complicidad llena de justificaciones, mitos y estereotipos que encuentra en la sociedad, sino a que es lo normal.

Por eso las mujeres avanzan decididas con sus pasos y los hombres giramos sobre nosotros mismos con los nuestros. Y por dicha razón, cuando un hombre cambia algo dentro del modelo androcéntrico se dice que “innova”, mientras que cuando quien cambia algo es una mujer se dice que “traiciona” o “ataca”. Algo similar a cuando los hombres proponen una medida y dicen que lo hacen para toda la sociedad, y, en cambio, cuando las mujeres plantean alguna iniciativa se comenta que lo hacen “contra los hombres” y para su “beneficio particular”. 

La visión tan sesgada y limitada que tienen los hombres de la realidad dice muy poco de la inteligencia masculina de la que presumimos. Y lo dice tanto si la incapacidad para tomar conciencia se debe a la imposibilidad de integrar los datos objetivos de las manifestaciones más graves de la desigualdad, como si se debe a la incapacidad para entender que una situación sistemática y repetida año a año no puede ser producto del azar ni de unos pocos hombres, y que tiene que haber un contexto social y elementos comunes que faciliten su continuidad en diferentes momentos y circunstancias.

Porque la realidad es objetiva con las más de 50.000 mujeres asesinadas cada año en el contexto de las relaciones de pareja y familiares (Naciones Unidas, 2019), los 51 millones de mujeres que sufren violencia física en la Unión Europea, los 110 millones que padecen violencia psicológica o los 33 millones de mujeres que sufren violencia sexual (FRA, 2014).

Una realidad definida sobre la desigualdad y toda su injusticia social nunca puede ser buena para el objetivo de una sociedad, que es la convivencia. Ni siquiera para los que disfrutan de privilegios.

Por eso la sociedad avanza cada vez más hacia el logro de la Igualdad y nada ni nadie lo va a evitar, como antes no pudieron impedir alcanzar el actual marco de convivencia a pesar de todo el daño y el dolor infligido. Los hombres tenemos en nuestra mano ser partícipes de este proceso transformador de la cultura para consolidar y ampliar la democracia, o quedarnos al margen de él, y creo que la única opción factible es formar parte de la transformación a favor de la Igualdad.

Por eso tenemos que dar tres pasos: un paso al frente a favor del feminismo, un paso atrás de nuestros privilegios y un paso al lado para acompañar a las mujeres feministas que llevan siglos abriendo el camino de la Igualdad y llamándonos a recorrerlo junto a ellas. 

Fuente: https://www.infolibre.es/opinion/ideas-propias/tres-pasos-hombres-ideas-propias-miguel-lorente_129_1213933.html

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Zakia Khattabi: «No perdáis tiempo en discutir con la ultraderecha»

 Entrevista a Zakia Khattabi, ministra belga del Clima, Medio Ambiente, Desarrollo Sostenible y 'Green Deal': “Necesitamos un cambio de mentalidad y que se comprenda que, si todos nos ponemos de acuerdo, podemos construir una sociedad mejor”. 

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Foto: Zakia Khattabi

 “Intento establecer alianzas con las empresas. He perdido toda la inocencia en ese sentido”. Zakia Khattabi (Saint-Josse-ten-Noode, 1976) lo tiene muy claro: no hay tiempo que perder. Antes de convertirse en la ministra belga del Clima, Medio Ambiente, Desarrollo sostenible y Green Deal, fue activista y presidenta de Los Verdes en su país. Hoy su partido es uno de los siete que integran el actual gobierno de coalición, y ella se está especializando en llegar a acuerdos.

Durante su participación en la Uni Verde, organizada por Equo en Madrid el pasado octubre, Khattabi reconoció que, como líder ecologista, podía ser más asertiva, pero ahora debe conjugar muchos intereses, a menudo opuestos. Pese a todo, cree que las empresas están empezando a cambiar: “No lo hacen por justicia social ni por equidad, por supuesto que no. Pero tenemos que luchar juntos”, afirma, y recuerda que la última encuesta del Grupo AXA concluye que el cambio climático es percibido como la principal amenaza para el planeta. 

En ese contexto, las reconversiones que se avecinan le merecen atención especial. “En Bélgica tenemos una industria puntera, la química. A esas empresas les digo que, igual que hoy están entre las primeras, quiero que lo sigan siendo en 2050, en el nuevo mundo descarbonizado. Para lograrlo, debemos analizar qué se hizo mal en el pasado. En Valonia, donde el sector de la metalurgia era muy potente, se pensó que había que salvar empleos sin hacer ningún tipo de reconversión. Hoy vemos que aquello fracasó. Si queremos salvar a las empresas que tienen que adaptarse al cambio climático, debemos acompañarlas en esa transformación”.

Las negociaciones de Khattabi también son internas. En octubre presentó un plan para implicar a los distintos ministerios en la lucha contra el calentamiento global. Con este fin, han consensuado distintas hojas de ruta que incluyen medidas prácticas, cuantificables y ejemplares. La ministra insiste en este último adjetivo, “las administraciones deben dar ejemplo”. Por ello, hay deberes para todas. A la titular de Defensa, un departamento con muchos edificios a su cargo, le ha propuesto un plan de eficiencia energética que también será evaluado a partir de datos concretos. 

“A lo largo de este primer año, he conseguido trabajar en alianzas internas hasta el punto de que hoy algunos ministros comunican iniciativas que son de mi competencia. Eso me parece muy positivo”, asegura. Otra de las muchas cosas que parece tener claras es que así será más fácil que se cumplan los objetivos comprometidos en el pacto de gobierno, que fue promocionado como el más verde posible. Si no se alcanzan, la responsable de las políticas climáticas será “quien pague los costes”. Sobre eso tampoco alberga dudas.

Límites incomprensibles

Khattabi admite haber vivido varias sorpresas desde que es ministra. Desde sus tiempos de activista, conoce bien las presiones y resistencias para evitar cambios del sistema, pero no esperaba que, al intentar trasponer la directiva europea para prohibir los plásticos de un solo uso, algunos colegas le dijeran que tuviera cuidado con hacer más de lo que exigía la UE. “Europa es mi principal aliada. Sin embargo, cuando mandé la propuesta, la misma Comisión me dijo que estaba haciendo de más. Y eso me resulta un poco raro, no entiendo que se pongan límites”. Por el contrario, pide a los movimientos sociales que presionen para que las exigencias sobre reducción de emisiones sean más ambiciosas que el 55% respecto a 1990 al que ya se ha comprometido su Ejecutivo para 2030.

Algunas resistencias frente a la transición ecológica sí son “legítimas” en opinión de Khattabi. Es normal que la gente tenga miedo a perder sus puestos de trabajo y que cuestione las medidas si estas no se promueven con criterios de justicia y a favor del interés común, argumenta. “Hay que hacer entender que los ecologistas no queremos volver a la sociedad que se alumbraba con velas. Necesitamos un cambio de mentalidad y que se comprenda que, si todos nos ponemos de acuerdo, podemos construir una sociedad mejor”. Se trata de aprovechar la “ventana” que deja abierta el sexto informe del IPCC, cuya primera parte se hizo pública este verano. 

“Yo ya no intento convencer a la gente sobre los peligros de la situación a la que nos enfrentamos. Para eso están los informes científicos. Por desgracia, ya no es necesario ni sirve de nada ponernos catastrofistas. Aquí la gente ya ha experimentado la catástrofe en sus carnes”, añade. Además de la pandemia global, la población belga sufrió el pasado julio las graves inundaciones que golpearon el centro de Europa y que en la región de Valonia provocaron más de 40 víctimas mortales.  

“Hay que cambiar la narrativa”, enfatiza Khattabi. No es cuestión de lanzar mensajes “positivos”, sino de que estos suenen más cercanos. “A mi madre no le hablo del artículo 6 [de la Convención Marco de Nacional Unidas sobre Cambio Climático], sino de su día a día. Ella ha sufrido mucho este verano. Vive en un piso pequeño, pero no podía salir a pasear porque está todo rodeado de hormigón y hacía un calor horrible. El artículo 6 somos nosotros, lo que nos afecta”. Por eso, con la gente que ha sufrido las inundaciones de Valonia hay que reflexionar sobre el modo en que un plan urbanístico puede afectarles y de cómo es necesario desarrollar políticas de adaptación y mitigación.

Para estos diálogos, Khattabi dice que no hay que ahorrar palabras. Sí hay que hacerlo, opina, ante quienes solo persiguen obstruir la acción climática. En este sentido, recuerda al presidente de un partido que participa en la coalición del Gobierno belga que afirma que la crisis climática no se va a solucionar “comiendo quinoa”. Por supuesto, nadie propone que se resuelva comiendo quinoa, sino reformando la fiscalidad, entre otras medidas. ¿Y quién se opone justo a esas reformas? Ese presidente, confirma. 

En cualquier caso, Khattabi cree que apenas nadie en su Ejecutivo se resiste a la acción climática, salvo alguna excepción. Por ello, busca puntos en común con el máximo de opciones políticas, también con los liberales, que siguen proclamando las bondades de futuras soluciones tecnológicas. “Pero no perdáis el tiempo discutiendo con la ultraderecha. Es mejor ir a hablar directamente con su público. Cuando gobernamos a nivel local, la gente deja a un lado los grandes discursos, ve la realidad y comprueba que los cambios son posibles”. Khattabi también aboga por resistir a la tentación de justificarse ante quienes les cuestionan por usar vaqueros o viajar en avión con el único objetivo de enmarañar y postergar debates esenciales. Y, a modo de consejo, reitera su estrategia: “Id vosotros a hablar con las empresas, no las dejéis en manos de la derecha”.

Fuente: https://www.climatica.lamarea.com/entrevista-zakia-khattabi/

domingo, 21 de noviembre de 2021

Robar

Bill Traylor.

 "En realidad, existe un solo pecado: robar. Todos los demás pecados son variaciones. Cuando alguien mata a un hombre le roba la vida. Cuando mientes robas al otro el derecho a la verdad. Y cuando engañas, robas el derecho a la equidad".

"Cometas en el cielo", Khaled Hosseini

La víctima anónima de la frontera polaca que saca los colores a la UE

Todo apunta a que murió de hipotermia tras soportar las condiciones extremas de hambre, invierno gélido e incertidumbre que sobrevuelan el bosque de Bialowieza.

Tumba de NN, Bohoniki (Polonia).
Tumba de NN, Bohoniki (Polonia).María G.Zornoza

Los restos de NN (del latín nomen nescio: nombre desconocido) yacen para siempre en la localidad de Bohoniki. Es una víctima más de la crisis política que sacude las conciencias a ambos lados de la frontera polaco-bielorrusa. Pero no es la primera ni será la última. Su tumba se encuentra junto a la del joven sirio de 19 años Ahmad al Hasan, que corrió el mismo destino pocos días antes. NN no tiene nombre. Ni identidad. Ni nacionalidad. Su autopsia estima que murió el 22 de octubre –un mes antes de su entierro- a los 30 años. Solo se sabe que es de "piel oscura". Su cuerpo sin vida fue encontrado por un hombre que recogía setas cerca de este calmado pueblo tártaro próximo a Kuznika, el paso fronterizo que separa a Polonia de Bielorrusia.

La sosegada villa de Bohoniki se está acostumbrando a la fuerza a estos entierros bajo el ritual musulmán. Son tres en los que va de semana. "Que estas muertes no sean en vano. Espero que todos reflexionen", señala el Imam Aleksander Ali, encargado de oficializar la ceremonia. A la cita acuden medios de comunicación de todo el mundo. El cerco del Gobierno polaco a la prensa propicia que cualquier acontecimiento relativo a los refugiados y migrantes se convierta en un evento multitudinario. En su último adiós, a NN le han acompañado los flashes de las cámaras, pero nadie de su familia, que probablemente nunca descubra qué fue de él.

Todo apunta a que murió de hipotermia tras soportar las condiciones extremas de hambre, invierno gélido e incertidumbre que sobrevuelan el bosque de Bialowieza. En esta arbolada de dimensiones estratosféricas para la mente humana se encuentran varadas entre 3.000 y 4.000 personas. Su anhelo es alcanzar la UE. Aunque Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores, lo ha dejado claro en los últimos días: "El destino a Europa no pasa por Bielorrusia". Entretanto, el destino de miles de personas se encuentra a merced de un conflicto geopolítico que azuzó el régimen bielorruso liderado por Alexander Lukashenko para presionar a Bruselas –que le ha impuesto cinco rondas de sanciones- y para ganar reconocimiento internacional.

La última víctima de la crisis fronteriza solo tenía un año de vida. Un bebé sirio murió tras pasar más de un mes y medio en el bosque junto a su familia, que también está herida. "Se rompe el corazón al ver a un niño muriendo de frío a las puertas de la UE. La explotación de migrantes y solicitantes de asilo debe parar. La inhumanidad debe parar", ha reaccionado David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo.

En 2015, la foto del pequeño Aylan Kurdi, ahogado en una playa turca, dio la vuelta al mundo. Y provocó una reacción europea que se tradujo en las cuotas de acogida y reparto de refugiados en la UE. Seis años después, este sistema de reasentamiento ha acabado en fracaso. La UE continúa sin una política de asilo común y las muertes de gente anónima, de niños y de centenares de personas se agolpan en las fronteras terrestres y marítimas del Viejo Continente.

"Lamentamos que los jóvenes hayan ido a otro país en busca de algo nuevo y se hayan encontrado con la muerte", afirma Maciej Szczesnowicz, líder de la comunidad tártara. Esta minoría musulmana se ha volcado con la ayuda a los escasos refugiados y migrantes que conseguían sortear las linternas de la policía polaca. Tras la escalada de la crisis y la declaración del estado de emergencia en Polonia, cruzar la frontera es ya misión casi imposible.

Los habitantes procedentes de esta minoría musulmana que se estableció en la zona en el siglo XVII asisten a los refugiados con víveres, cobijo y mantas. Y también brindan su apoyo a las fuerzas de seguridad polaca, a los que ven como garantes de la seguridad de esta zona que se encuentra a escasos kilómetros de Bielorrusia, la conocida como última dictadura de Europa.

La comunidad ha reservado un lugar en el cementerio del pueblo para los tumbas de los refugiados. Las mantienen en una zona apartada para que las familias puedan exhumarlos si así lo desean. La de NN difícilmente podrá hacerlo. El joven deja otra lápida anónima en suelo europeo. Nada se sabe de su vida, de sus sueños o de su pasado. Y la única certeza es que consiguió llegar a una Europa que se ha tragado su futuro. 

El cuerpo se encuentra en un lugar reservado del cementerio para migrantes.
El cuerpo se encuentra en un lugar reservado del cementerio para migrantes..María G.Zornoza

Fuente: https://www.publico.es/internacional/victima-anonima-frontera-polaca-saca-colores-ue.html

viernes, 19 de noviembre de 2021

Solo en la UE se han perdido 600 millones de aves en 40 años

Los gorriones lideran la lista de especies más afectadas con 247 millones de muertos, según un estudio de la RSPB (Real Sociedad para la Protección de las Aves del Reino Unido), BirdLife International y la Sociedad Checa de Ornitología

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Gorrión común macho (Passer domesticus)

 Un nueva investigación científica advierte que han muerto 247 millones de gorriones y que esta es la especie de ave más afectada por la desaparición masiva de pájaros en la Unión Europea en las últimas cuatro décadas. Le siguen otras aves comunes como la lavandera (con 97 millones de ejemplares menos), el estornino (con 75 millones menos), y la alondra, con 68 millones de ejemplares menos.

Así, este nuevo informe científico demuestra que sólo en los países de la Unión Europea se ha perdido una de cada seis aves desde el año 1980.

En total, han muerto unos 600 millones de aves reproductoras en la UE desde 1980, según advierte esta investigación realizada por un equipo de científicos europeos de la RSPB (Real Sociedad para la Protección de las Aves del Reino Unido), BirdLife International y la Sociedad Checa de Ornitología, que han analizado los datos de 378 de las 445 especies de aves nativas de los países de la UE.

En concreto, entre 1980 y 2017, los autores estiman un descenso global de la población de entre el 17% y el 19% y esto equivale a una pérdida de entre 560 y 620 millones de aves individuales.

Los resultados de este estudio se basan en los datos del sistema paneuropeo de seguimiento de aves comunes del Consejo Europeo del Censo de Aves y los informes obligatorios que los Estados miembros tienen que enviar a la Comisión Europea en virtud de la Directiva de Aves de la UE.

El caso de España

España es uno de los países más afectados, porque el 37% de las especies de aves comunes tienen declives en sus poblaciones y algunas, como el gorrión común, superan ya el 50% de reducción en sus poblaciones en los últimos 25 años.

“Sin duda ahora tenemos considerablemente muchos menos ejemplares de golondrinas, perdices, codornices, vencejos, entre otras, que hace tan solo dos décadas”, afirma Virginia Escandell, técnica de la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife.

Según este estudio, el gorrión común ha sido el más afectado, porque ha perdido el 50% de su población desde 1980, un total de 247 millones de aves.

Las razones de estos descensos tan drásticos son los efectos de la contaminación del aire en las ciudades, la falta de comida por la deforestación o el abandono agrícola y el vertido de productos tóxicos en los campos en forma de insecticidas o abonos.

De hecho, en nuestro país, el conjunto de las poblaciones de aves comunes ligadas a los medios agrícolas (alondras, calandrias, collalbas, perdices, etc.) ha disminuido un 27% en algo menos de tres décadas.

Es importante destacar que la pérdida de especies comunes es preocupante porque implica un daño a los ecosistemas y a su función, y potencialmente a la prestación de servicios ecosistémicos de los que depende la humanidad.

Fiona Burns, científica principal de conservación de la RSPB y autora principal del estudio, explica que "es una llamada de atención sobre la amenaza real de las extinciones y de una Primavera Silenciosa, y necesitamos una acción transformadora en toda la sociedad para afrontar juntos las crisis de la naturaleza y del clima”.
 
 

Europa pierde cerca de 600 millones de aves reproductoras en 40 años, según un informe


La Unión Europea (UE) ha perdido cerca de 600 millones de aves reproductoras desde el año 1980, según un informe realizado por científicos europeos de la Royal Society for the Protection of Birds (RSPB), BirdLife International y la Sociedad Checa de Ornitología en el que se han analizado los datos de 378 de las 445 especies de aves nativas de los países de la UE. Según informa SEO/BirdLife, entre 1980 y 2017 la población global de aves ha disminuido entre un 17 y un 19%, lo que ...

Leer más: https://www.europapress.es/sociedad/medio-ambiente-00647/noticia-europa-pierde-cerca-600-millones-aves-reproductoras-40-anos-informe-20211116000149.html

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jueves, 18 de noviembre de 2021

¡A la mierda el trabajo! (Larga vida a ‘the Big Quit’)

Trabajadores de la planta de Kellogg's en Lancaster (Pensylvania) en huelga en octubre.Justin Harrison / Flickr

 ¡A la mierda el trabajo! No ni ná. A la mierda el job sharing, el coworking, la gig economy, el workation, los salarios emocionales y ya, de paso, a la mierda el coliving, el nesting y el wardrobing. A la mierda los que bautizaron la pobreza en inglés para que pareciera cool. A la mierda los explotadores. A la mierda vivir para trabajar. Y encima malvivir. A la mierda un sistema que te hace pobre aunque te deslomes, de cabeza, cuerpo, alma o pack completo. A la mierda los que permiten que las y los trabajadores solo sobrevivan. Son muchos millones en el mundo. En España 3,2, según la última encuesta de condiciones de vida del INE, y eso sin contar con los que no cuentan. Sin pan, y aún menos rosas.

En abril de este año, casi cuatro millones de personas que trabajaban en Estados Unidos, el 2,7% de toda la fuerza laboral, dejaron sus empleos. Era la cifra más alta desde que se inició el registro en el año 2000. A partir de entonces, el fenómeno se ha ido repitiendo mes a mes hasta llegar al récord de 4,4 millones de abandonos laborales en septiembre. Lo denominaron the Great Resignation o the Big Quit, y se empezó a analizar en primavera. Al principio era más fácil, ya saben, los trabajadores son vagos de fábrica y con ayudas al desempleo se quedan en casa. Pero ya no cuela: muchos estados suprimieron estos beneficios a principios de junio y a nivel nacional se eliminaron en septiembre. Si borramos este argumento de la ecuación, la cosa se pone algo fea para el capitalismo.

El economista Paul Krugman se preguntaba a principios de mes si la gran renuncia no era también un gran replanteamiento (Wonking Out: Is the Great Resignation a Great Rethink?). (Les abro otro paréntesis. Llevo días leyendo sobre el asunto en el Financial Times y evitan entrar en el fondo. Quizá no les guste ese fondo). En un artículo en The New York Times, el Nobel ofrecía los distintos análisis que se manejan para entender los abandonos laborales masivos –para él siguen siendo algo misterioso. “Life is full of surprises. But there are surprises, and then there are surprises”–. Entre esas explicaciones están las grandes ayudas que recibieron las familias durante la pandemia, que dejó a muchos con más dinero en efectivo de lo habitual; el miedo a volver al trabajo en un país que vivió una fuerte ola pandémica en agosto y que aún colea; o la imposibilidad de hacerlo porque hay una grave crisis del cuidado infantil –empleos muy mal pagados y costes que pueden llegar a los 2.500 dólares mensuales– (aquí piensen en las mujeres).

Hay una cuarta opción, que no invalida las anteriores, con la que se queda Krugman y a la que yo me aferro: durante la pandemia, alejadas de sus rutinas, muchas personas fueron conscientes de que sus trabajos eran malos o pésimos y que habían estado soportando mucho más de lo es posible aguantar. Y empezaron a plantearse alternativas que en 2019 ni siquiera atisbaron. Y se convencieron de que el esto es lo que hay ya no era suficiente. Y decidieron dejar sus empleos basura. Y otros muchos se contagiaron e hicieron lo mismo. Parece que los que trabajan en Goldman Sachs tampoco están contentos con las jornadas de más de 90 horas semanales, pero como poco cobran más de 150.000 dólares al año, así que me preocupan menos.

La gran renuncia dejó a Estados Unidos sin trabajadores en restaurantes, hoteles, tiendas, fábricas… Las y los precarios dijeron basta, y las grandes empresas de estos sectores –Starbucks, Costco, Walmart, Amazon– se vieron forzadas a subir los salarios si querían abrir sus puertas. Todas están ya por encima de los 15 dólares la hora que el presidente Biden aprobó en abril para los trabajadores públicos externos y autónomos. Menos da una piedra. Y sí, la inflación en Estados Unidos ha llegado al 6,2%, el peor dato registrado en 30 años, pero los salarios han aumentado un 4,2% de media; en hostelería, un 8,1% en el tercer trimestre respecto al año anterior. De nuevo la piedra.

Mientras muchos trabajadores dejaban sus empleos, otros muchos se quedaban pero ya no se conformaban. Así llegó una ola de huelgas, con un pico en octubre, striketober lo llaman, en la que han participado decenas de miles de personas. Hubo paros en Kellogg’s, una multinacional agroalimentaria con 14.000 trabajadores; en Deere & Co, la mayor fabricante de maquinaria agrícola de Estados Unidos, con 10.000 empleados; paró el personal sanitario en todo el país, y también profesionales de la industria cinematográfica en California. Según la Universidad de Cornell, este año ha habido huelgas contra 178 empresas. Y otro dato: la confianza en los sindicatos es la mayor desde 1965. Entre los que tienen entre 18 y 29 años, alcanza el 78%.

Músicas de subversión llegan también desde otros lugares del mundo. En Italia, los datos de abandonos laborales han hecho saltar algunas alarmas: en el segundo trimestre del año, 484.000 trabajadores dejaron sus empleos, un 37% más que el trimestre anterior, y un 85% más sobre el mismo trimestre del año pasado. Y también está China, donde una pequeña revolución millennial, el movimiento de los tumbados (lying flat), amenaza el paradigma de explotación laboral. La propuesta es sencilla, consiste en hacer solo lo necesario para ir tirando, pero encierra un giro radical: fuera la vida centrada en la producción y el consumo. Esto sería menos importante si el país no tuviera un gravísimo problema de natalidad, la mayor amenaza a medio plazo para la economía. Cómo será que desde este año el gobierno permite que las parejas casadas puedan tener un tercer hijo. Además en China, donde últimamente pasan cosas y las conocemos, un grupo de trabajadores de las principales empresas tecnológicas inició una campaña en internet, Workers Lives Matter, para denunciar la cultura del 996: trabajar 12 horas diarias, seis días a la semana. El Supremo del país dictaminó este verano que el 996 es ilegal y el presidente Xi Jinping dice que está trabajando en ello. Otra vez la piedra.

La adhesión al principio productivo es un riesgo constante para nuestra vida y para el planeta, pero hasta que consigamos ser más allá de lo que trabajamos, y no tener que trabajar para sobrevivir, abracemos the Big Quit, entreguémonos a la Great Resignation, al striketober, al Workers Lives Matter y a todo lo que tambalee al sistema, aunque solo sea un poquito. Y compremos más libros y menos papel higiénico, que los asustaviejas, agoreros de apagones y carestías varias, no se salgan con la suya. ¿A ustedes no les pone pensar en cuatro millones de personas diciéndole a su jefe que no, que así no? A mí, no ni ná. Disfruten de estos rayos de esperanza, que ya conocen lo que ocurre con las alegrías en la casa del pobre.

Justo cuando acabo esta columna escucho en la radio que los trabajadores del metal en Cádiz inician una huelga indefinida por desacuerdos en el nuevo convenio colectivo. Ellos son hoy mi padre. ¡Que viva la lucha de la clase obrera!

Fuente: https://ctxt.es/es/20211101/Firmas/37875/#.YZOIUmWKfP4.twitter

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Teorema de amor

Carmen Laffon
Uno solo y son dos.
Dos y es un corazón.
Mil y es un solo dolor.
Dos y es ninguno de los dos.
¡Oh luna mía!
¡Oh teorema del amor!

Federico García Lorca

En Francia proponen dar asilo político a Assange para evitar su extradición a EE.UU.

Diputados franceses solicitaron al Gobierno que le conceda asilo político al fundador de Wikileaks Julián Assange, para evitar su posible enjuiciamiento en Estados Unidos

Los parlamntarios franceses firmaron el pedido de asilo político para Julian Assange alegando que el australiano es víctima de un ensañamiento judicial de EE. UU.
Los parlamntarios franceses firmaron el pedido de asilo político para Julian Assange alegando que el australiano es víctima de un ensañamiento judicial de EE. UU.

 Un grupo de diputados franceses solicitaron este martes al Gobierno que su país le conceda asilo político al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, para evitar su posible enjuiciamiento en Estados Unidos si es extraditado desde Reino Unido.

Una propuesta de resolución fuefirmada por 40 parlamentarios de todos los sectores para afirmar que "Francia no puede quedarse callada" frente a la suerte del australiano, "víctima de un ensañamiento judicial, pero que en realidad es político" por parte de Washington.

El texto fue firmado por muchos legisladores de la izquierda, pero también de la mayoría gubernamental y algunos de la derecha más conservadora.

François Ruffin (de Francia Insumisa, extrema izquierda), uno de los patrocinadores de la iniciativa, instó en conferencia de prensa a que "este luchador por la verdad sea liberado"; mientras que Jean Lassalle (centroderecha) destacó el carácter "doloroso y dramático pero también excepcional" de su situación.

Entre los firmantes también se encuentra el líder del Partido Comunista y candidato presidencial, Fabien Roussel, destacó la agencia de noticias AFP.

El líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, candidato a las elecciones presidenciales de 2022 y seguidor de Assange, afirmó que si resultaba electo, "lo haría naturalizarse" francés.

"Solamente Francia puede salvar a Julian", lanzó por su parte, su padre, John Shipton, quien viajó expresamente a París para agradecer "la ayuda y el apoyo" de los diputados franceses.

La abogada Stella Morris, con quien Assange tuvo dos hijos durante su refugio en la embajada de Ecuador en Londres, también viajó para afirmar que la vida del fundador de WikiLeaks "está en peligro".

El fundador de WikiLeaks fue detenido por la policía británica en abril de 2019, tras haber pasado siete años recluido en la sede diplomática, donde se refugió cuando estaba en libertad bajo fianza.

Temía la extradición a Estados Unidos o Suecia, que lo reclamaba por violación, cargos que fueron abandonados desde entonces.

El gobierno de Estados Unidos lo responsabiliza por 18 cargos relacionados con la divulgación por WikiLeaks en 2010 de 500.000 documentos secretos detallando, entre otros, aspectos de las campañas militares en Afganistán e Irak.

Si el fundador de WikiLeaks es enviado al país del Norte y encontrado culpable, enfrentaría hasta 175 años de prisión.

 Fuente: https://www.diariouno.com.ar/mundo/en-francia-proponen-dar-asilo-politico-assange-evitar-su-extradicion-eeuu-n877399

martes, 16 de noviembre de 2021

Just say no

"La responsabilidad individual no es una mala idea si uno quiere cortocircuitar la movilidad social"

https://agqcvcudno.cloudimg.io/v7/https://agqcvcudno.cloudimg.io/v7/https://www.lamarea.com/wp-content/uploads/2021/11/Nancy_Reagan_at_a__Just_Say_No__rally_at_the_White_House-scaled.jpg?w=660&org_if_sml=1
Nancy Reagan en un acto de la campaña en la Casa Blanca, en mayo de 1986. Licencia CC0

 La versión más extendida dice que la campaña surgió durante una visita a un centro de educación infantil en Oakland (California) tras la investidura como presidente de su marido en 1981. Una niña se acercó a Nancy Reagan y le preguntó qué podía hacer si alguien le ofrecía droga. «Di que no» (Just Say no), habría respondido. Aceptemos el mito. En 1982, Nancy Reagan lanzó una potente campaña con ese eslogan que completaba el “di no a las drogas” con un “di sí a la vida”. En uno de los anuncios, aparecía junto a Clint Eastwood.

En 1982, Estados Unidos llevaba ya once años de Guerra contra las Drogas. Nixon había lanzado su campaña en 1971, cuando la heroína comenzaba a ganar terreno a las recreativas, LSD y marihuana. El primer director de la Oficina Especial de Acción para Combatir la Adicción a las Drogas, Jeffrey Donfeld, había presentado en los 70 un plan con tres ideas: presionar a los países productores, quitar el glamour que tenía entonces el consumo y ayudar a los adictos a través, por ejemplo, de los tratamientos con metadona.

Es probable que las buenas intenciones se disolvieran frente al poder que las drogas adquirieron dentro de los equilibrios de poder externos o internos. El gran tráfico como forma de financiar estructuras aliadas dentro de la Guerra Fría, como la Contra nicaragüense, y el pequeño tráfico como sistema para degradar comunidades reivindicativas. Quizá, la realidad se abre paso sin necesidad de ninguna mano negra que la empuje. Lo interesante es el cambio de mentalidad que se produce del enfoque de Donfeld al de Reagan: la responsabilidad individual

Todo es un mercado

La visión de Reagan es maoísmo mercadista: si se acaba la demanda, se acaba la oferta. Chimpum. “Los vendedores tienen que saber que los queremos fuera de nuestras escuelas, de nuestros vecindarios, de nuestras vidas. Y la única manera de hacerlo es manteniendo al cliente alejado del producto”, decía Nancy Reagan. El tono de los anuncios no dista mucho de los actuales libros de autoayuda: “Las drogas roban los sueños de los niños y los reemplazan por pesadillas” o “depende de nosotros cambiar las actitudes”. Es decir, si tienes un problema es que no te has esforzado lo bastante

La campaña realizaba un movimiento que hoy nos parece lógico: transformar un problema social en personal, es decir, que todo depende de tu actitud. Si usted no tiene trabajo, no se ha reinventado; si su hijo tiene problemas en el colegio, no se ha esforzado ni ustedes lo han ayudado. Las situaciones colectivas, como la pobreza, el desempleo o el urbanismo, son irrelevantes. Como sostiene el periodista Michael McGrath, el programa colocaba sobre los hombros de cada individuo el peso de una industria clandestina intratable que manejaba miles de millones de dólares. “Al igual que la educación sexual basada en la abstinencia, el ‘just say no’ difunde el miedo y la ignorancia en lugar de la información, colocando toda la responsabilidad en el individuo y negándole las herramientas que necesita para tomar sus decisiones”. Es decir, sálvese quien pueda. La sociedad ya no es una comunidad, sino la suma de las decisiones individuales cada uno de sus miembros. Es decir, un mercado. 

Los problemas no tienen contexto, sino emoción. El secreto es desear que las cosas sucedan. No importa la situación de los padres, la ratio de alumnado o la situación del barrio. Si uno quiere, puede. Hay decenas de ejemplos inspiradores y sólo necesitas encontrar el tuyo. Da igual que vivas en las casas baratas de Baltimore oeste o en Beverly Hills 90210. Si te drogas, es que has dicho que sí. Si el problema es personal, una buena opción es el castigo. La visión punitivista provocó un aumento exponencial de la población encarcelada o con antecedentes; sobre todo, entre los afroamericanos y los hispanos. La responsabilidad individual no es una mala idea si uno quiere cortocircuitar la movilidad social

La gran epidemia de crack comenzó en 1984, dos años después de la campaña de Nancy Reagan. El crack, una pasta de cocaína barata y sencilla de producir, asumía el excedente de fariña que llegaba a Estados Unidos. Era la gran época de los cárteles colombianos. De hecho, su bajo precio hizo que se multiplicasen los emprendedores con capacidad para entrar en el negocio y, por tanto, las guerras entre los mismos. Entre 1984 y 1994, la tasa de homicidios de varones afroamericanos entre 14 y 24 años se duplicó. También aumentaron los arrestos, la población reclusa, la mortalidad fetal o los niños en régimen de acogida. Pero, tras el cambio de modelo, ya no era una crisis de salud pública, sino un fracaso personal. Cuestiones como el aumento de la segregación escolar o la desindustrialización formaban parte de un contexto irrelevante para ese deseo de superación personal.

No ha habido cambios, salvo la profundización en el modelo individualista y punitivista de sálvese quien pueda. Entre 2006 y 2016, las compañías farmacéuticas de Estados Unidos colocaron en el mercado alrededor de 76.000 millones de analgésicos con opioides. La epidemia llegó a tal punto que, en octubre de 2017, el presidente Trump la calificó de emergencia médica. Y ya. Usted sabe que eso es malo. Si lo consume, es porque quiere. Tiene que hacer frente a su responsabilidad. Es interesante que el esquema no sirva para el sector privado, periódicamente rescatado por el sector público.

Distancia, manos, mascarilla

Siguiendo el modelo de Nancy Reagan, las administraciones también han optado por colocar sobre los hombros de cada individuo el peso de una pandemia intratable que ha matado a millones de personas. Es obvio que el control de una enfermedad necesita de ciertas actitudes individuales, pero no todo puede reducirse a eso, salvo que asumas que la sociedad ya no es una comunidad, sino la suma de decisiones personales; es decir, un mercado. La diferencia entre derecha e izquierda no es estética, no son las guerras culturales, sino un modelo social y económico: redistribución o acumulación, comunidad o dispersión

Tras el discurso inicial de reforzar los servicios públicos, la mayoría de medidas ha ido por otro lado: la responsabilidad individual. Las campañas de las administraciones e incluso sus discursos se centraban en los comportamientos personales: si te saltas las medidas, lo paga quien más quieres. La administración puede cerrar centros de salud, subir las ratios en los colegios, despedir a personal sanitario, no tomar ninguna medida e incluso firmar un protocolo para no hospitalizar a determinados grupos, pero la responsabilidad de enfermar es de cada persona. 

La clave es asumir esta última parte. El resto viene solo. Si las soluciones para un problema público y colectivo son privadas e individuales, sólo queda aplaudir a Nancy Reagan y a su esposo. Una vez que se asume que el mundo se construye con decisiones individuales, es más fácil acabar con los servicios públicos porque pertenecen a otro mundo. Si la solución para la movilidad son peajes o la solución para un desastre natural son donaciones es que la sociedad ya no existe. Todo es un mercado. Y, en los mercados, no hay política, sino gestión. 

Fuente: https://www.lamarea.com/2021/11/16/just-say-no/

lunes, 15 de noviembre de 2021

Cambio climático: el 'lobby' de los combustibles fósiles muestra su poder en Glasgow

Funeral simbólico por la COP26 organizado en Glasgow por Extinction Rebellion.- Guillermo Garrido / EFE
Funeral simbólico por la COP26 organizado en Glasgow por Extinction Rebellion.- Guillermo Garrido / EFE

 Comentábamos durante las largas jornadas de la COP26 en Glasgow que detrás de la imagen de las COP lo que hay es una lucha titánica entre las poderosas corporaciones de los combustibles fósiles, los gobiernos que las defienden (y, en cierto modo, representan) y quienes defienden (defendemos) la urgencia de actuar para frenar el cambio climático. Poco nos imaginábamos que finalmente esta lucha iba a emerger de forma tan visible en esta Cumbre. En las últimas horas la batalla central de la Cumbre de Glasgow se ha dado en torno a los combustibles fósiles. Las lágrimas del presidente de la COP, Alok Sharma, reconociendo la profunda decepción de los resultados finales, después de que "le colaran" una última enmienda a favor del carbón, ha sido la imagen más explícita de esta guerra.

Quizás esta batalla ponga blanco sobre negro para qué sirven las COP. Si fueran esfuerzos inútiles, como algunos aseguran, la industria no se batiría hasta el último suspiro para eludir cualquier referencia al final de su negocio en los documentos. Pero el lobby de los combustibles fósiles sabe muy bien que en las COP se va marcando una hoja de ruta global para salir de la actual dependencia de los combustibles fósiles. El problema es que el proceso va demasiado lento. El esfuerzo por alcanzar consensos es titánico, y siempre se rompe por el mismo lado: son los defensores de los combustibles fósiles los que acaban imponiendo sus tesis, y los países más vulnerables al cambio climático se ven obligados a ceder ante la amenaza de que todo vuele por los aires.

De la reunión de Glasgow esperábamos tres cosas: compromisos de los gobiernos para garantizar que permitieran garantizar que las temperaturas no superarían 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales; un fondo de 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a la transición energética de los países en desarrollo, y que se cerrara el 'rulebook' del Acuerdo de París, fundamentalmente con un acuerdo sobre los mercados de carbono (artículo 6). Aunque, sin lugar a dudas, lo más relevante es el asunto de la ambición para evitar superar esos 1,5ºC.

Aunque el ambiente en Glasgow permitía presagiar un cierto optimismo por el grado de preocupación creciente sobre los efectos del cambio climático, lo cierto es que los compromisos nacionales no han estado a la altura. La suma de los planes de mitigación de los gobiernos nos deja, según Naciones Unidas, en un aumento de temperaturas del 2,7ºC, muy alejados de ese ansiado 1,5ºC que se viene repitiendo desde el Acuerdo de París. Es cierto que el documento final insiste en ese objetivo, y ese es un dato positivo, pero los compromisos nacionales no acaban de llegar. A la vista de la situación, se ha adoptado diciembre de 2022 como nueva fecha para la adopción de nuevos compromisos con una ambición aumentada. Esta decisión tiene de positivo que da un nuevo plazo a la espera de que los países avancen, pero nuevamente es un pelotazo hacia delante, un nuevo retraso en el cumplimiento de los objetivos.

Desde que en Copenhague se tumbó el carácter de vinculantes de los acuerdos, el peso de la responsabilidad queda en su totalidad en el tejado de los gobiernos nacionales. Esto es una debilidad de las COP, que tras unos procesos políticos tremendamente complejos, llega a acuerdos cuyo cumplimiento difícilmente puede hacer cumplir. En ese sentido deberían cobrar un peso mucho mayor en la lucha contra el cambio climático los parlamentos nacionales y la acción legislativa. Como muestra un dato: solo ocho de los 200 países presentes en Glasgow (entre ellos, España) tienen sus compromisos de reducción de emisiones plasmados en una ley.

En la adopción de acuerdos voluntarios sí ha sido prolija la Cumbre de Glasgow. Quizás el más destacado ha sido el de reducir un 30% global las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero que hasta ahora no ha sido regulado. Este acuerdo contra el metano ha sido firmado por más de 100 países. Otro acuerdo que ha levantado buenas expectativas es el que compromete el final de la destrucción forestal en 2030, si bien no se entiende por qué hay que esperar una década para acabar con ella.

La movilidad ha estado muy presente en la COP26. No en vano el sector transporte sigue siendo el que más crece en cuanto a emisiones. En este aspecto lo más destacado ha sido el acuerdo de varios países y empresas automovilísticas de adelantar la eliminación de los coches de combustión a 2035. Sin duda, un acuerdo que pone horizonte al final de los motores de combustión.

No hay que olvidar que la mayor delegación en la COP26 fue la de los combustibles fósiles. Una ONG contabilizó más de 500 representantes acreditados de estas industrias. Su papel ha sido en esta ocasión bien visible, y tienen mucha responsabilidad en que no se haya avanzado mucho más. Al menos en esta ocasión, se ha puesto cara a quien mueve los hilos para impedir avances. El negacionismo político que todavía queda hace el trabajo sucio a estos intereses corporativos.

Lo mejor que podemos concluir de la Cumbre de Glasgow es que el proceso global contra el cambio climático sigue vivo, y el objetivo de 1,5ºC se mantiene. Pero eso no es lo que esperábamos, ni puede ser un consuelo. El proceso va demasiado lento, y cada día que pasa sin avances estamos más alejados de poder evitar un cambio climático catastrófico. Es necesario que, más allá del marco global, otras administraciones tomen en sus manos la responsabilidad de adoptar medidas ambiciosas para reducir las emisiones. El papel de los parlamentos nacionales y regionales, y los gobiernos municipales en la lucha climática debe cobrar mucho mayor protagonismo.

Pienso que la frustración de los resultados no debe llevar al desánimo y el abandono, sino a la indignación y a la lucha. La esperanza para el clima y para nuestro futuro está en la movilización social y política que afortunadamente crece en todos los rincones del Planeta. Estoy convencido que ese es el único camino.

 Fuente: https://blogs.publico.es/ecologismo-de-emergencia/2021/11/14/cambio-climatico-el-lobby-de-los-combustibles-fosiles-muestra-su-poder-en-glasgow/?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=web

sábado, 13 de noviembre de 2021

Así se fabrica la UE una transparencia a medida: borrado masivo de documentos y archivos ocultos en carpetas personales

La Comisión asegura que sólo se conservan los documentos “importantes”, pero considera “imposible” elaborar una lista “con reglas claras e inequívocas”, según los documentos obtenidos por Der Spiegel y compartidos con el periódico sueco Dagens Nyheter y la red de medios European Investigative Collaborations (EIC), a la que pertenece infoLibre
Los funcionarios deciden lo que se borra cada seis meses y lo que se conserva trasladándolo a sus carpetas personales
El Código de Conducta deniega el acceso público a sus documentos de trabajo aduciendo que la fiscalidad es un tema “delicado”, de competencia exclusiva de los Estados miembros
La Comisión tampoco conserva los SMS o whatsapps de sus miembros, pese a que sus propias normas la obligan

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.EP

Cuando el eurodiputado alemán Sven Giegold consiguió autorización para leer las actas de las reuniones del Grupo Código de Conducta, el órgano encargado de impedir que los gobiernos vulneren la competencia leal en el seno de la UE aprobando regímenes fiscales abusivos, le metieron en una cámara blindada después de quitarle el móvil. Y, al salir, se le incautó el cuaderno donde había tomado notas. Las que pudo, porque buena parte de los documentos que le pusieron sobre la mesa estaban tachados.

No ocurre sólo con este grupo, puesto que el Consejo Europeo dispone de un protocolo de acceso a toda información clasificada como confidencial que incluye las medidas aplicadas al europarlamentario de Los Verdes. Pero el celo a que fue sometido Giegold sí es paradójicamente revelador de la opacidad con la que ha trabajado el Código de Conducta en sus 24 años de existencia. Su actividad tiene carácter confidencial como parte de su propia naturaleza: es un cuerpo de carácter diplomático, no ejecutivo. Al menos ésa es la razón que esgrimen tanto la Comisión Europea, que le hace los trabajos preparatorios y le proporciona la asesoría técnica necesaria, como el Consejo, que lo creó en 1997, para mantener lejos de la opinión pública e incluso del Parlamento Europeo lo que el grupo discute.

Sin embargo, los documentos obtenidos por la revista alemana Der Spiegel y compartidos con el periódico sueco Dagens Nyheter y la red de medios European Investigative Collaborations (EIC) , a la que pertenece infoLibre, demuestran que el secretismo del Código de Conducta va mucho más allá. Y que la Comisión puede estar incumpliendo sus propias normas sobre tratamiento de la información, excluyendo miles de archivos del sistema europeo de gestión de documentos y borrando de forma masiva y automática miles de correos electrónicos.

“El Código de Conducta es posiblemente el grupo de trabajo más opaco del Consejo de la UE”, critica el eurodiputado de Los Verdes Ernest Urtasun. Los Estados miembros, advierte, “se escudan en el hecho de que las cuestiones tributarias son competencias exclusivas suyas para evitar el escrutinio, pero esto no tiene ningún sentido, ya hemos visto la naturaleza transnacional y europea de los esquemas de evasión fiscal más comunes”.

En efecto, los impuestos siempre son material sensible y los Estados miembros se muestran especialmente celosos de su soberanía fiscal, por lo que la tarea del Código de Conducta resulta muy “delicada”, argumenta la Comisión Europea cuando se le reclama acceso a los documentos que ponen negro sobre blanco cómo funciona el grupo. Para que los Estados miembros puedan evaluar las leyes fiscales de otros Estados miembros, éstos deben proporcionar a sus socios “información relevante” sobre normas y actos administrativos internos. Y las decisiones del grupo, que se toman por consenso –unanimidad menos uno, el país implicado–, pueden suponer su derogación o modificación. Son leyes que a veces determinan el establecimiento de las empresas en uno u otro país.

Según los documentos obtenidos por EIC, para evaluar esos regímenes fiscales, tomar decisiones y que los Estados miembros las cumplan, es necesaria la “cooperación leal” entre los gobiernos. Porque, además, esas decisiones no son vinculantes: que se pongan en práctica depende únicamente de la “buena voluntad” de los países. El éxito del trabajo del grupo se basa, pues, en un enfoque “colaborativo”, en la “presión entre pares” y en el compromiso político de los gobiernos. La Comisión aduce que la necesaria “atmósfera de confianza mutua” sólo puede construirse sobre la base de la confidencialidad de las deliberaciones. “La divulgación de documentos sobre los trabajos preliminares [del grupo] que tratan sobre asuntos a debate dañaría seriamente el proceso de toma de decisiones y afectaría negativamente de modo previsible a la confianza mutua y a los intercambios francos entre los Estados miembros, y a la Comisión Europea en el futuro”.

Todo debe ser accesible al público, con excepciones

Según el reglamento de 2001 que regula este asunto, “todos los documentos” de las instituciones europeas deben ser, “en principio”, accesibles al público. Un derecho que debe ser garantizado “de la manera más completa posible”. Ese “todos los documentos” incluye tanto los que obren en poder de la Comisión Europea como los elaborados o recibidos por ella “en todos los ámbitos de actividad de la UE”. Da igual que sean papeles o tengan soporte electrónico, o se trate de grabaciones sonoras, visuales o audiovisuales, con tal de que se refieran a “políticas, acciones y decisiones que sean competencia de la institución”.

Pero cuando Martjin Nouwen, profesor de Derecho Fiscal en la Universidad de Leiden (Países Bajos), comenzó a pedir las actas de las reuniones, los documentos de trabajo y los correos electrónicos que daban cuenta de algunos de las evaluaciones realizadas por el Código de Conducta, se encontró con el no de la Comisión, y de algunos gobiernos. El reglamento regula las excepciones que justifican ese “en principio” con que se matiza el acceso universal a la información comunitaria. Las instituciones de la UE pueden denegar la entrega de un documento si pone en peligro el interés público o la intimidad e integridad de las personas. Como interés público se entiende, por ejemplo, la seguridad pública, pero también la política financiera, monetaria o económica de la UE. Además, puede rechazar el acceso a un documento si su divulgación pone en riesgo los intereses comerciales de particulares y empresas, salvo que exista “un interés público superior”.

Cuando el fiscalista holandés pidió a la Comisión todos los documentos sobre cómo los gobiernos están cumpliendo el acuerdo del Código de Conducta para hacer públicos los tax rulings –acuerdos fiscales ventajosos que firman con multinacionales–, la institución le contestó que no había “identificado” ningún correo electrónico relacionado con este asunto: ni con origen en la propia Comisión, ni enviados desde el Consejo ni desde los Estados miembros. ¿Cómo es posible, si los gobiernos enviaron por correo electrónico sus respuestas a un cuestionario remitido previamente por el grupo para hacer el seguimiento? Pues porque, le explicó la Comisión, sólo se conservan y registran en los sistemas de gestión de documentos los correos electrónicos que contienen información “importante”, definida sólo como aquélla que “no es efímera y puede implicar acción o seguimiento”.

Es decir, alguien había decidido que esa información no era relevante. ¿Quién? A tenor de los documentos a los que ha tenido acceso EIC, los propios funcionarios son quienes determinan qué archivos se registran en Ares, el sistema de gestión de documentos de la UE y cuáles no. Además, desde el 1 de julio de 2015 la red informática de la Comisión cuenta con un sistema de borrado automático de archivos de correo, que elimina todos los documentos a los seis meses de haber sido creados o recibidos y que se encuentren en las carpetas de Recibidos y Enviados del programa Outlook de Microsoft. Para evitar su destrucción, los funcionarios sólo tienen que trasladarlos a sus carpetas personales o de borradores. Entonces escapan al control del sistema Ares; por tanto, salen también del alcance de la Comisión cuando un ciudadano los pide: de ahí que la institución diga que no los “identifica”. Cuando se le pregunta, la Comisión ni siquiera es capaz de calcular cuántos documentos han desaparecido en ese limbo informático. Según explica la propia institución, sus empleados recibieron casi 75 millones de correos electrónicos sólo en octubre.

Lo efímero y lo trivial

El resultado de este sistema de registro es que, por ejemplo, la Comisión dice que no tiene en su poder los correos electrónicos que los Estados miembros enviaron al Código de Conducta explicando si estaban publicando o no los mencionados tax rulings. Estos polémicos acuerdos fueron desvelados en 2014 gracias a Luxleaks, la filtración periodística de los que firmó Luxemburgo con 343 grandes empresas cuando Jean-Claude Juncker, entonces recién nombrado presidente de la Comisión, era ministro de Finanza y primer ministro del Gran Ducado.

Pues bien, ateniéndose a las explicaciones que la Comisión dio a Martjin Nouwen, alguien consideró que esos correos no eran “importantes” y los borró o fueron eliminados automáticamente a los seis meses. ¿Cómo sabe un funcionario si un documento es relevante o no? Según la guía que se facilitó a los empleados al instalarse el sistema de borrado automático, una información es “trivial y efímera” únicamente si perderla “no tiene un efecto legal o administrativo negativo para la Comisión”. Por el contrario, un documento que requiere acción o seguimiento o implica la responsabilidad de la institución es importante. Es revelador también que la propia guía considere “imposible” elaborar una lista o tipología definitiva de documentos “con reglas claras e inequívocas” para lo que debe registrarse y lo que no. La cuestión de si un documento debe conservarse, añade, “sólo puede ser respondida analizándolo en su contexto”.

En cualquier caso, pone como ejemplo de lo que debe eliminarse los borradores y correos con intercambios informales de puntos de vista entre colegas. En cambio, considera dignos de conservación los documentos informales, incluidos los correos electrónicos, que “confirmen situaciones o acontecimientos, justifiquen decisiones o expliquen el desarrollo de acciones oficiales”. Obviamente, los correos enviados por los gobiernos al Código de Conducta explicando su grado de cumplimiento de un acuerdo del propio grupo no es ni un borrador ni un intercambio informal de punto de vista entre colegas que pudiera ser borrado.

Por el contrario, no hay manera de impedir que un funcionario traslade a sus carpetas personales documentos oficiales confidenciales que quedan fuera del sistema de gestión Ares y, por tanto, del escrutinio del Parlamento Europeo o del público en general.

Suecia y Austria piden más secreto

Pero no sólo la Comisión pone límites a la transparencia del Código de Conducta. También lo hacen los Estados miembros. Fue igualmente lo que ocurrió con los tax rulings. Suecia y Austria pidieron expresamente a la Comisión que denegara la divulgación de sus respuestas al cuestionario, incluidas las que pudieran constar en las actas de las reuniones donde se trató el asunto. Los argumentos de ambos países eran similares. Según el Gobierno austriaco, la información solicitada contenía documentos internos que revelan “detalles del sistema financiero [del país]” cuya difusión socavaría la toma de decisiones en el seno del grupo, del Consejo y de la Comisión. Suecia también decía que los procedimientos internos detallados en los documentos eran para uso exclusivo de los funcionarios de la Agencia Tributaria nacional.

Pero el Gobierno de Estocolmo va más allá y pide a la Comisión que deje de incluir las posiciones de los diferentes Estados miembros en las actas de las reuniones del Código de Conducta, sobre todo si se refieren a asuntos que aún están en fase de discusión y no han quedado cerrados. La Comisión estaba de acuerdo con ambos e incluso sostuvo que divulgar los debates preliminares en el Código de Conducta sobre el comportamiento de Austria respecto a los tax rulings podía afectar negativamente a la disposición de su gobierno a discutir “asuntos sensibles” o a informar en el futuro sobre prácticas potencialmente perjudiciales para la competencia fiscal dentro de la UE. Tampoco veía que existiera ningún “interés público superior” que justificara la divulgación del grado de transparencia de Austria y Suecia en materia de tax rulings.

Los SMS no son importantes

Otro tanto sucede con los SMS. En teoría, su tratamiento es el mismo que para los correos electrónicos. Si contienen información importante, deben copiarse en un correo o registrarse en Ares. Pero no siempre se procede según el reglamento. Por ejemplo, un periodista solicitó recientemente la publicación de los mensajes de texto que se cruzaron Ursula von der Leyen y el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla. Según publicó The New York Times, ambos habían intercambiado llamadas y SMS durante más de un mes antes de llegar a un acuerdo sobre la vacuna contra el coronavirus.

Sin embargo, la Comisión denegó el acceso a esos archivos: “Un mensaje de texto u otro tipo de mensajería instantánea es por su naturaleza un documento de corta duración que no contiene en principio información importante sobre asuntos relacionados con políticas, actividades y decisiones de la Comisión”, argumentó la secretaria general, la lituana Ilze Juhansone. Por tanto, añadió, el sistema de gestión de documentos de la Comisión “excluiría en principio la mensajería instantánea”. 

Este principio todavía se aplica ahora, como ha confirmado una portavoz de la Comisión a Der Spiegel. Asegura incluso que actualmente “no existen posibilidades técnicas para grabar mensajes cortos” y que, en cualquier caso, este tipo de comunicaciones “no son frecuentes en la Comisión”. Pero en sus normas internas de 2015, la propia Comisión establecía que los SMS importantes y mensajes similares deberían copiarse en un correo o registrarse de alguna otra manera.

Alexander Thiele, profesor de Derecho Constitucional y Europeo en la Business & Law School de Berlín, no está de acuerdo: “Si las áreas centrales de la comunicación política y no puramente privada tienen lugar a través de SMS y otros servicios de mensajería, no pueden considerarse como ‘efímeros’ en todos los ámbitos”. “Por tanto”, explica a Der Spiegel, “negar la relevancia política o legal de los mensajes de texto es más que cuestionable desde un punto de vista legal”.

Pero, a la vista del criterio que exhiben las instituciones europeas, si la Comisión quiere trabajar en secreto, sólo tiene que comunicarse por WhatsApp en lugar de utilizar el correo electrónico.

Esfuerzos de transparencia... a medias

En los últimos años, no obstante, el Código de Conducta ha hecho esfuerzos por ser más transparente. Las críticas del Parlamento Europeo, los parlamentos nacionales y los medios de comunicación han forzado una mayor apertura en la confidencialidad que el grupo considera inherente al carácter político de sus deliberaciones. Así, cuelga algunos documentos internos en su página web, publica un informe de actividad cada seis meses, así como las evaluaciones finales de los regímenes fiscales que son considerados perniciosos. En abril de 2018 Países Bajos presentó una propuesta para aumentar aún más la transparencia del Código de Conducta, en la que planteaba informar sobre las reuniones y publicar más documentos en la web del grupo. Pero el resto de los Estados miembros no secundó la iniciativa holandesa.

Sin embargo, al mismo tiempo que intentaba abrirse a la opinión pública, el Código de Conducta restringía el uso de una herramienta básica de transparencia: la redacción de las actas de sus reuniones. Las que ha podido ver infoLibre y el resto de los medios de EIC eran más o menos extensas y solían mostrar las posiciones de los Estados miembros sobre cada una de las cuestiones fiscales a debate, incluidas las más delicadas. Casi se podían seguir las conversaciones mantenidas en cada reunión. Pero en los últimos años se han convertido en documentos cada vez más breves, apenas unas notas con enunciados generales de los puntos del orden del día: un Estado miembro “hace un resumen de las características principales del nuevo régimen”, otra delegación “informa” sobre una reunión, la Comisión “resume las respuestas recibidas”. Pero sin incluir detalle alguno sobre los contenidos tratados. Es decir, si algún día llegan a publicarse las actas, éstas no permitirán conocer qué se discute en el grupo.

Más información: https://www.infolibre.es/noticias/economia/2021/11/10/asi_fabrica_comision_europea_una_transparencia_medida_borrado_masivo_documentos_archivos_ocultos_carpetas_personales_126565_1011.html

jueves, 11 de noviembre de 2021

El testimonio de los muertos

foto: Zahara Gómez Lucini
 ... A raíz de la guerra contra el narcotráfico, México camina sobre fosas comunes: se calculan más de 250.000 asesinatos y alrededor de 60.000 desaparecidos. En un contexto de violenca e impunidad extrema, la vieja exclusividad de la práctica e investigación forense ha sido expropiada al Estado y devenido en una forma de activismo legal. La imagen de la lucha contra la barbarie la forman esas madres y esos padres y antropólogos físicos que salen a explorar el desierto juntos, como improvisados peritos, durante extensísimas jornadas.
   Son cientos los familiares de víctimas que se han visto obligados a convertirse en forenses autodidactas para poder identificar los cuerpos de los sacrificados del siglo XXI. Colectivos de buscadores recorren con palas y picos los campos de Sinaloa, Guerrero, Veracruz, Chihuahua o Coahuila ante la omisión o la complicidad del Estado con los perpetradores. Esas mujeres y hombres han aprendido a crear bases de datos para clasificar a los familiares desaparecidos; a dibujar en sus cuadernos tatuajes, vestimentas u otras señas particulares que faciliten la identificación. A usar "ante mortem",  "post mortem", "exhumación y una batería de tecnicismos propios del lenguaje forense que antropólogos han compartido con ellos.
   España está muy lejos de ser ejemplar en este terreno. A partir de la transición democrática, son numerosos los testimonios de víctimas y familiares que han permitido localizar los restos de miles de republicanos asesinados, "paseados" y desaparecidos durante la Guerra Civil y la posterior represión franquista. Según datos del Ministerios de Justicia, se han hallado casi 2.600 fosas comunes y se ha exhumado alrededor de 120.000 restos de víctimas en todo el territorio español. Los cálculos de las asociaciones de Memoria Histórica apuntan que los restos sin identificar podrían ser el doble porque los datos no se ha actualizado desde el año 2011.
Fosas del franquismo https://desmemoria.eldiario.es/mapa-fosas/
    El informe de Francisco Etxeberria, un arqueólogo forense que desde hace algunos años encabeza una investigación sobre las fosas franquistas en colaboración con un grupo de expertos, es desolador. El mapeo de las fosas muestra la magnitud del número de víctimas y la dificultad de recuperar cientos de cuerpos no solo enterrados en montes, descampados o cunetas de difícil acceso, sino también bajo lugares que hoy se han convertido en carreteras o urbanizaciones. En casi veinte años, en España solo se han abierto 740 fosas de la Guerra Civil y la dictadura. Etxeberria calcula que, con algo de voluntad política, en los próximos años se podrían localizar hasta 25.000 cadáveres para identificarlos. 
   La política de olvido ha hecho mella en una sociedad a la que no parece importarle demasiado que las exhumaciones sean convenientemente lentas y se posterguen cada vez que la derecha vuelve al poder. En la que se alza a la vista de todos el Valle de los Caídos, un monumento que se sustenta -literalmente pisa encima- de cuerpos de hombres y mujeres sin reconocer....

Enrique Díaz Álvarez
La palabra que aparece
El testimonio como acto de supervivencia