domingo, 4 de marzo de 2012

Aprecio por lo antiguo y aprecio por lo nuevo

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Cuando en la temprana Edad Media se mostraban ante los tribunales dos documentos reales que se contradecían acerca de un asunto en litigio y el más antiguo era generalmente el vigente, en este hecho seguramente influía menos la convicción de que el más antiguo era más justo, sino el sentimiento de que, debido a su existencia más larga, la determinación de lo que sería justo se había extendido y consolidado en un radio más amplio de lo que había podido hacerlo la del documento más reciente. Se lo aprecia más porque su existencia más larga es la causa real de que corresponde al sentimiento de justicia de la mayoría. Pero si se supone en general -lo que sin duda hay que hacer pese a todas las excepciones admitidas-que lo más antiguo es lo más simple, menos especializado y menos articulado, resulta que no sólo en función de esto está accesible a una generalidad mayor, sino que ya lo es también puramente por ser el más antiguo, o sea que es el que con mayor seguridad se ha transmitido exterior e interiormente a cada individuo y por eso resulta más obviamente legítimo y depositario de valor.
  Pero el mismo presupuesto también hace comprensible la apreciación inversa. La afirmación de Lessing: "los primeros pensamientos son los pensamientos de todos" sólo significa que los pensamientos que emergen institivamente, es decir, de los estratos más consolidados -por vivir más tiempo dentro de nosotros- son los que por esta razón son los más generalmente extendidos. Y esto justifica su tono despreciativo frente a tales pensamientos, más allá de los cuales parece que comenzarían, en su opinión, los más valiosos, en los que se muestra la individualidad y la novedad, inseparables en sus efectos recíprocos. En la India encontramos órdenes sociales jerárquicos de los oficios que dependen de la edad: generalmente se tienen  en más alta estima a los jóvenes, probablemente porque serán los oficios más complicados, finos, difíciles y por esto sólo accesibles al talento individual. La razón del aprecio por lo nuevo y raro se halla en la "sensibilidad por las diferencias" de nuestra consitución anímica. Lo que pretende atraer nuestra atención, despertar nuestro interés, intensificar nuestra emoción interior, debe destacar de alguna manera de lo evidente, lo cotidiano, lo que interior y exteriormente nos es habitual.
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Cuestiones fundamentales de sociología
Georg Simmel

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