Llevo pintando medio siglo, y pronto habré superado los sesenta y nueve años, pero, lejos de disminuir, mi sensiblidad se ha agudizado con la edad. Mientras el contacto constante con el mundo exterior pueda mantener el ardor de mi curiosidad y mi mano siga siendo la esclava rápida y fiel de mi percepción, no tengo nada que temer a la vejez. Sólo deseo una estrecha unión con la naturaleza, y no anhelo otro destino que el de haber trabajado y vivido en armonía con sus leyes. Comparada con su grandiosidad, su poder y su inmoralidad, la criatura humana no parece sino un átomo miserable.
Claude Monet
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