viernes, 4 de febrero de 2022

La Tierra humana

 
https://www.publico.es/ciencias/trilobites-marchaban-fila-480-millones-anos.html
 
  Los geólogos se refieren a nuestra época, cada vez más, como el Antropoceno, subrayando así la enorme influencia de los seres humanos en el mundo que nos rodea y su diferencia repecto a todo lo que sucedió antes. Se me antoja probable que los geólogos y paleontólogos del futuro echen una mirada atrás, a nuestro mundo, reconozcan el presente como algo inusual, afectado por unos ritmos poco frecuentes de cambio ambiental y una reducción de la biodiversidad similar a la de las extinciones más modestas del pasado o inlcuso (esperemos que no) a las extinciones masivas que pusieron fin al Paleozoico y al Mesozoico. Sin embargo, de todos los fenómenos asociados con el cambio global antropogénico, tal vez el más sorprendente sea la respuesta humana, que hasta la fecha ha sido muy leve. Ya en 1957, el oceanógrafo Roger Revelle expresó con claridad que el aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera modificaría el clima y, como consecuencia, los ecosistemas de todo el mundo. Con cada década que ha transcurrido desde entonces, el mensaje de los científicos se ha vuelto más y más claro, y también más y más aterrador. A la gente le cuesta ponerse en marcha por cambios muy lentos que solo se manifiestan a lo largo de décadas, pero esta escala temporal es engañosa. Si tienes veinte años, estamos hablado de cambios profundos durante tu vida; si tienes sesenta, se trata del mundo al que se enfrentarán tus nietos. Incendios, huracanes, sequías, colapso de caladeros... si ya son retos complejos hoy en día, solo harán que empeorar a medida que avance el siglo.
    Está claro que, como siempre, hay gente que propaga desinformación acerca del cambio global, porque se beneficia económicamente de la situación actual. El debate sobre el cáncer y el tabaco de hace décadas nos ha abierto los ojos acerca de todos aquellos que dan prioridad al dinero de hoy por encima de un mundo mejor para el día de mañana. Los argumentos económicos para cruzarse de brazos son a la vez egoístas y engañosos, porque no toman en consideraión los costes de no hacer nada. Las estimaciones recientes sugieren que cada euro gastado hoy para modificar nuestro modo de vida y de trabajo dará un beneficio de cinco euros a finales de siglo.
    Las predicciones sobre el clima futuro y sus consecuencias están sometidas a incertezas, sin duda. Se dice que el gran físico Niels Bohr bromeó un día diciendo que "hacer prediciones es difícil, sobre todo si son acerca del futuro", y tanto si fue Bohr como alguna otra persona quien realmente lo dijo, la afirmación es cierta por completo. En el pasado, algunas de las predicciones científicas sobre el cambio climático del siglo XXI han sido erróneas, pero en su mayoría porque han subestimado la velocidad de los cambios. Los cientificos suelen ser conservadores en su trabajo y aún continuamos aprendiendo cosas sobre ciclos de retroalimentacion, hasta el momento no identificados, que aceleran el calentamiento global y exacerban sus consecuencias. Así pues, tal vez las mejores predicciones que podemos hacer sean que :a)"sin cambios" es el resultado menos probable de las actividades humanas durante este siglo; b) puede que los cambios sean más rápidos y más profundos de lo que predicen los modelos actuales.
     Sin duda, el reto de salvaguardar nuestro futuro como sociedad conservando, a la vez, un mundo natural moldeado por cuatro mil millones de años de evolución es abrumador, y con cada año que pasa sin hacer nada al respecto la tarea se vuelva más complicada y más urgente. Ahora bien, mediante un compromiso mundial tendremos la capacidad de legar un mundo sano y seguro a nuestros hijos. [...]
    Aquí estamos, pues, en un legado físico y biológico de cuatro mil millones de años. Caminamos por los fondos marinos donde antaño medraban trilobites, por antiguas colinas llenas de ginkgos por las que los dinosaurios se movían pesadamente, por heladas llanuras dominadas por mamuts. Era su mundo; ahora es el nuestro. Pero la diferencia entre los dinosaurios y nosotros es que podemos apreciar el pasado y concebir el futuro. El mundo que hemos heredado no es solo nuestro, también somos responsables de él. Lo que pase a continuación dependerá de nosotros. 

Breve historia de la Tierra
Andrew H. Knoll

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