jueves, 30 de septiembre de 2021

De Afganistán a Australia sin pasar por la UE

Banderas australianas y estadounidenses se sientan sobre la mesa durante una reunión entre el primer ministro de Australia, Scott Morrison, y el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, en el Pentágono el 22 de septiembre de 2021 en Arlington, Virginia.- AFP

 Estados Unidos compensa con submarinos nucleares y una OTAN del Pacífico su descalabro euroasiático. A un lado, el vector de la guerra y la “contención”; al otro, el de la integración comercial

 Estos días se han producido varias noticias importantes. Por ejemplo, se ha sabido que el gobierno de Estados Unidos y la CIA conspiraron para secuestrar y eventualmente asesinar a Julian Assange. El fundador de Wikileaks es uno de nuestros principales disidentes. Para nuestra vergüenza, lleva recluido/encarcelado desde hace una década en Inglaterra por denunciar crímenes de Estados Unidos. Otra noticia importante ha sido el anuncio del presidente chino, Xi Jinping, de que su país, el mayor emisor de CO2 –aunque no el mayor responsable de su contaminación histórica– no construirá más centrales térmicas de carbón en el mundo. Una buena noticia para la calificación de su Nueva Ruta de la Seda (B&RI), como eventual exportadora de contaminación. También ha sido importante el compromiso del presidente de la Autoridad Palestina (léase el impotente gobierno del gueto controlado por Israel), Mahmud Abbas, de llevar la ocupación israelí ante la Corte Penal Internacional si Israel no retira sus asentamientos ilegales en el plazo de un año.

 Al lado de todo esto, las elecciones alemanas y la retirada de Merkel, con las que nuestros medios han venido alimentándonos espiritualmente con gran profusión, es una noticia menor. La hagiografía de Merkel no tiene secretos: más allá de la propaganda, su legado para Alemania y Europa ha sido nefasto. Años perdidos. Para Alemania, para la UE y por la nula contribución al arreglo de la crisis global. Que el país sea gobernado ahora por una nueva “gran coalición” o por cualquier modalidad de tripartito es absolutamente irrelevante. La continuidad del Partido Neoliberal Unificado está garantizada. Nunca en toda su historia Alemania exportó impulsos liberadores a Europa.

“China es nuestro principal socio”

En Afganistán, el tono de la crónica ha continuado centrado en la maldad de los talibán hacia las mujeres, de acuerdo con el relato de que la debacle sufrida por Estados Unidos allá ha sido, fundamentalmente, una mala noticia y la violencia una novedad. Es realmente notable, teniendo en cuenta las decenas de miles de muertos que la ocupación occidental se cobró sin generar el menor escándalo en los últimos veinte años. La simple realidad es que esa gran violencia, con enorme derramamiento de sangre en condiciones de guerra civil, ha cesado con la derrota americana (lo mismo ocurrirá con la gran fábrica de opio) y eso es una excelente noticia para el pueblo afgano. En condiciones normales la crónica debería empezar por allí, así como por la extrema pobreza en la que se encuentra la mayoría de la sociedad,  y no por los más que comprensibles lamentos y denuncias urbanas de los periodistas y las mujeres que sufren los terribles atavismos que la “pátina de los siglos” incrustó en el país y que Joseph Kessel ya describió en los sesenta en su magnífica novela Les Cavaliers. Si no es así, es única y exclusivamente porque los occidentales, dueños del gran aparato mediático, han quedado de momento fuera de la foto de la posguerra, y, seguramente, del futuro afgano: en la conferencia internacional sobre el futuro de Afganistán, celebrada en Dusambé (Tayikistán) el 17 de septiembre, las (im)potencias occidentales no estaban representadas. Estaban, China, Rusia, Irán, los “stán” de Asia Central, Pakistán e India. Todos los vecinos unidos, con la ambigua reserva de India, por un común interés estabilizador.

“China es nuestro socio principal y más importante, representa una oportunidad excepcional para nosotros porque está dispuesta a invertir en la reconstrucción de nuestro país”, declaró a principios de mes a La Repubblica el portavoz talibán, Zabiullah Mujahid. Eso lo determina casi todo informativamente.

No estar en la foto no significa renunciar a seguir haciendo daño. Las reservas de oro y divisas afganas (9.400 millones de dólares) están retenidas en Estados Unidos y la administración podría estar sondeando la posibilidad de hacerse con bases en India desde las que atacar “objetivos terroristas” en Afganistán, “teniendo en cuenta los rumores de apoyo del Estado Islámico a los talibán”, en palabras del congresista Mark Green. Fabricando un escenario adecuado –ahí está el ejemplo de Siria– se puede continuar sangrando a Afganistán, ahora para impedir un éxito de integración euroasiático liderado por China.  La estrategia de Washington es “regresar al teatro afgano de forma que el Pentágono y la CIA puedan continuar la competición estratégica con Rusia y China y desestabilizar Irán” en palabras del exdiplomático indio Bhadrakumar. Si los talibán no brindan esa posibilidad, Washington continuará haciendo la vida imposible a cualquier gobierno afgano.

Australia encadenada al vector de la guerra

Sea como sea, el abrupto anuncio de una nueva alianza militar contra China, el AUKUS con el Reino Unido y Australia, y la llamativa venta de submarinos nucleares a esta última, han sido la forma de desviar la atención hacia la debacle sufrida en Kabul. El propio Biden ha presentado la retirada como un ejercicio de acopio de fuerzas para la batalla fundamental contra China, así que los submarinos están destinados al doble objetivo de olvidar la afrenta y mantener el propósito belicista esencial.

 Más que el agravio contractual de 50.000 millones de euros infringido a Francia en condiciones conspirativas (recordemos a François Hollande prometiendo a Rusia “mantener su palabra” en el contrato de los dos portahelicópteros Mistral, en julio de 2014, para vetar cinco meses después la operación por presiones de Washington), el contrato es significativo porque encadena a Australia, cuyo principal socio comercial es China, como beligerante vasallo de Estados Unidos en la región Asia/Pacífico. La diferencia entre los doce submarinos convencionales franceses y los ocho nucleares del contrato americano es que los segundos, que irán equipados con misiles Tomahawk de largo alcance, son un arma inequívocamente ofensiva por su capacidad de grandes navegaciones alejadas de sus aguas territoriales. Sus características, para las que Australia no está industrialmente preparada por falta de mano de obra cualificada en ese ámbito y por carecer de infraestructuras nucleares, hipotecan técnicamente a ese país con Estados Unidos.

Ocho submarinos de esas características significan que Australia podrá mantener dos o tres de ellos permanentemente “de guardia”, es decir en navegación operativa, mientras el resto está en mantenimiento o formación en un sistema de relevo permanente. Pero todo eso sucederá, con suerte, en diez o veinte años, que es lo que tardarán en construirse los sumergibles.

Desde el punto de vista del régimen de no proliferación nuclear regulado por el correspondiente acuerdo (NPT) este contrato es un desastre. Estados Unidos rompe su principio de no transferir tecnología naval de propulsión nuclear a otros países (excepto Gran Bretaña). Aumentan las posibilidades de que Brasil solicite a Francia lo mismo para sus proyectados submarinos, o que Corea del Sur pida a Washington no ser menos alegando el artificial “peligro” norcoreano que un simple acuerdo de paz con Estados Unidos solucionaría.

Frente a esta estrategia militar de contención a China (que Australia puede haber aceptado por tratarse de una “propuesta que no puede rechazar”, el Padrino dixit) está, como única alternativa no militar, la gran integración comercial euroasiática que Pekín promueve. En ese frente, la mencionada cumbre de Dusambé ha dado un importante paso (esa sería la cuarta noticia ninguneada de los últimos días): la integración de Irán en la Organización de Cooperación de Shanghai como miembro pleno. Comparen propósitos y métodos y llegarán a la alternativa: guerra o paz.

Nuevo incentivo para una UE marginada

Para la Unión Europea, después del agravio de la retirada unilateral de Afganistán sin aviso ni consulta, el contrato australiano es un nuevo incentivo hacia la autonomía en política exterior y de seguridad. En lo inmediato, es una invitación a desmarcarse de Estados Unidos y su perspectiva de conflicto con China, que es el primer socio comercial de la UE. Si la Unión Europea no deja claro su rechazo a esa perspectiva, su marginación internacional continuará profundizándose. De momento, Francia ha hecho su pataleta al constatar, como han dicho sus primeras autoridades, que Biden no es muy diferente de Trump en su trato con los aliados y al retirar sus embajadores de Washington y Camberra, pero el último discurso “sobre el estado de la Unión”, en Estrasburgo el 15 de septiembre, de Ursula von der Leyen ha sido inequívoco al hacer suyos los tres frentes de conflicto (y propaganda) de Estados Unidos hacia China: 1)participación en la militarización del patio trasero marítimo de China, 2) oposición a la integración euroasiática de la Nueva Ruta de la Seda y 3) participación en la campaña de “derechos humanos” lanzada sobre la condición de los uigures de Xinjiang. Von der Leyen no se dejó nada en su discurso. Como muestra estas tres citas:

 Sobre 1:  “La actual estrategia europea para la región indo-pacífica, de nuevo cuño, constituye todo un hito. Dicha estrategia da fe de la cada vez mayor importancia de esa zona geográfica para nuestra prosperidad y seguridad, zona por otro lado atractiva para determinados regímenes autoritarios con ansias de expandir su influencia. Europa ha de estar más presente y ser más activa en la zona. Colaboraremos para profundizar los lazos comerciales, reforzar las cadenas de suministro mundiales y desarrollar nuevos proyectos de inversión en tecnologías ecológicas y digitales”.

Sobre 2: “Sabemos muy bien cómo se financian las obras públicas, pero nos hacemos un flaco favor construyendo carreteras impecables entre, pongamos, una mina de cobre y un puerto, ambos de titularidad china. En lo tocante a este tipo de inversiones, hemos de actuar con mayor tiento, de ahí que en breve vayamos a presentar nuestra nueva estrategia de conectividad llamada ‘Pasarela Mundial’, que estableceremos con países de todo el mundo”.

Sobre 3: “Mientras les hablo, hay 25 millones de personas forzadas a trabajar bajo amenazas o coacciones. Jamás aceptaremos que tengan que fabricar forzosamente productos destinados a su distribución comercial en Europa, razón por la que propondremos que en nuestro mercado se prohíba la comercialización de bienes o mercancías que sean fruto del trabajo forzado. Porque bajo ningún concepto se puede mercadear con los derechos humanos”.

Mientras la Unión Europea sigue en su deriva hacia la irrelevancia internacional, en Asia Oriental la cruzada belicista de Washington contra China no es vista con buenos ojos. El anciano exprimer ministro malayo Mahathir Mohamad (96 años), seguramente el político más respetado en Asia Oriental, ha sido claro al respecto: “Si quieren lanzar cohetes y competir, háganlo, pero no vengan a perjudicar a nuestro mercado en Asia. La cooperación con China es muy importante para nosotros, son un gran mercado y nos aprecian por las materias primas que les vendemos. Somos vecinos y no vamos a confrontar. Australia y Estados Unidos quieren forzar a los países de la ASEAN obligándoles a tomar partido en su favor con el objetivo de confrontarse con China. No podemos hacer algo así”.

Estados Unidos compensa con submarinos nucleares y una ‘OTAN del Pacífico’ su descalabro euroasiático. A un lado el vector de la guerra y la “contención”, al otro el de la integración comercial.

Fuente: https://ctxt.es/es/20210901/Firmas/37318/afganistan-australia-submarinos-nucleares-estados-unidos-rafael-poch.htm

 Aukus: el “anillo de acero” de Estados Unidos alrededor de China en 33 apuntes

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Artistas alemanes engañan a la ultraderechista AfD y destruyen cinco millones de octavillas del partido

 Los activistas del Centro para la Belleza Política crearon una empresa ficticia de reparto y se hicieron con el material electoral, que ahora ofrecen para ser reciclado. 

Alternative für Deutschland
Militantes de Alternative für Deutschland. Imagen de thebureauinvestigates.com

 Meses antes de las elecciones del domingo, la empresa Flyerservice Hahn contactó a decenas de grupos regionales del partido ultra Alternativa por Alemania con una oferta: repartir sus octavillas electorales. La empresa era, al parecer, una tapadera de los artistas activistas del Centro para la Belleza Política que tenían la intención de evitar el reparto de dicha propaganda electoral.

Más de 80 grupos del partido confiaron, según la versión de los activistas, el reparto de unos cinco millones de octavillas con un peso de unas 72 toneladas a la empresa en cuestión. Los artistas justifican su acción con frases como que, a diferencia de la AfD, su empresa ficticia no habría mentido a los electores “sino que no hemos hecho nada, en el sentido más amplio de la palabra”. La empresa se ha autodeclarado “líder mundial en el no-reparto de propaganda nazi”. Al principio de la campaña electoral, aseguran, se acercaron a stands de la AfD y dejaron que sus miembros les repartiesen octavillas, para, según explican, tirarlas a la papelera más cercana. “Es algo que puede hacer cada ciudadano libremente y nosotros solo hemos industrializado ese proceso”.

El pasado viernes, el partido había publicado una nota de prensa en la que acusaban al colectivo de artistas de haberles tendido una trampa, pero sin presentar pruebas, por lo que la noticia no tuvo repercusión. La empresa les habría comunicado que no había sido repartir los flyers y que los podían recoger el sábado. El candidato del partido, Tino Chrupalla, aseguró en la nota de prensa que con la acción se había “dañado de forma muy grave la democracia” en el país. El portavoz Jörg Meuthen aseguró que “todo aquel que impide a un partido mediante actos criminales en su trabajo no está cometiendo solo un delito, sino que atenta directamente contra nuestra democracia liberal”.

Ahora los activistas han abierto un crowdfunding para financiar el proceso al que tendrán que hacer frente. Ahí explican que “por desgracia nuestro único cliente está muy enfadado y no quiere remunerar nuestros honorarios acordados para el reparto, y además pide una compensación económica y nos llevará a juicio”. Con la compra de una “acción popular”, financiarán “la inactividad de nuestra empresa más exitosa”. Los abogados de los activistas defenderán “la libertad artística”.

Los artistas son muy conocidos en Alemania y en 2017 le colocaron al jefe del partido en Turingia y máximo exponente del ala más ultra, Björn Höcke, una reproducción del monumento al holocausto en miniatura delante de su casa, que fue financiado a través de donaciones. Las autoridades comenzaron a investigar el grupo por posible “organización criminal”, aunque no encontraron pruebas en ese sentido. Otros colectivos de artistas como Peng! también han denunciado la persecución de la justicia tras sus acciones artísticas.

El colectivo de artistas lleva realizando acciones de protesta desde hace unas dos décadas. En agosto denunciaron al Ministro de Exteriores Heiko Maas por, según ellos, haber incurrido en omisión de auxilio en el caso de unos 2.000 a 7.000 ciudadanos afganos con derecho a asilo en Alemania por la tardanza en el rescate antes de la llegaba de los talibanes. En 2014 robaron las cruces que recuerdan a algunos de los fallecidos en el muro de Berlín frente al Bundestag para llevarlas a la frontera europea y hacer reflexionar sobre las muertes de inmigrantes que tratan de llegar a Europa.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/arte-politico/artistas-alemanes-enganan-a-la-ultraderechista-afd-y-destruyen-cinco-millones-de-octavillas-del-partido

martes, 28 de septiembre de 2021

Aproximaciones

 
Escribes poemas 
porque necesitas
un lugar
en donde sea lo que no es

Alejandra Pizarnik

lunes, 27 de septiembre de 2021

El insecto que España vendía al mundo y que valía más que el oro y la plata americanos

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5d/Jornalero_de_la_cochinilla_%28Gran_Canaria%29.jpg
Jornalero de la cochinilla con un cuchillo canario al costado, Gran Canaria (1928). Al fondo se aprecian tuneras, como se llaman las chumberas en la isla.

La cochinilla (‘Dactylopius coccus’) es un blanco y regordete pulgón procedente sobre todo de México y de Perú. Un animal parásito (para vivir necesita plantas del género Opuntia) que desde hace más de 2.000 años se usa en América para teñir ropajes y dar color a la comida. En el siglo XVI los españoles comenzaron su exportación a Europa, donde alcanzó un desorbitado precio como colorante para paños y para el uso de los pintores. Posteriormente, los españoles la introdujeron en Canarias, donde su cultivo se convirtió en un importante recurso económico para las islas.

Hasta que la aparición de los colorantes artificiales dio al traste con este comercio, la cochinilla –llamada grana entre los españoles– fue uno de los productos mexicanos de exportación más valiosos, entre 1650 hasta 1860, tan solo superado por el oro. No en vano, su uso como colorante natural se remontaba a las civilizaciones precolombinas. La cultura Paracas, que habitaba la costa del actual Perú hace unos 2.000 años, y los aztecas –en el actual México–, ya conocían las propiedades de este insecto. Cuando los españoles conquistaron México en 1521, vieron a los indígenas recoger insectos de los nopales y no tardaron en darse cuenta de sus excepcionales propiedades como pigmento natural.

Durante toda la Edad Media, en Europa había una gran obsesión por conseguir el pigmento rojo perfecto. Los tintoreros medievales, que estaban organizados en gremios, eran capaces de producir muchos colores ricos, pero el rojo resultaba sumamente difícil de obtener. Las sedas de los ricos color carmesí y escarlata eran teñidas con kermes –un pigmento rojo derivado de los cuerpos deshidratados de las hembras de otro insecto, uno procedente de la familia Coccoidea– en centros ubicados en Italia y Sicilia. Con el descubrimiento de América, la cochinilla desplazó al kermes puesto que producía un rojo más fuerte a menor cantidad.

Rápido aumento de la demanda y la oferta

Para la década de los 1570, la industria textil europea había pasado a depender del uso de la cochinilla. Según las fuentes del periodo, en el año 1580 a nivel de todo el territorio de la Nueva España (la actual zona de México) ya se producían alrededor de 133 toneladas de grana, siendo la región oaxaqueña de Nochixtlán una de las más importantes zonas productoras en esos tiempos. Su crecimiento no dejó de ir en aumento en los siguientes siglos.

Como el insecto de la cochinilla no se podía cultivar en Europa, los rivales de España encontraron otro motivo para procurar apoderarse de las posesiones hispanas. Junto al oro y la plata, el objetivo prioritario de los piratas y de los enemigos de España eran los barcos cargados de insectos secos de cochinilla. En la famosa batalla de Rande de 1702, donde una flota combinada de holandeses e ingleses atacaron una flota procedente de Nueva España, se perdieron casi todos los barcos del bando Borbón y sus mercancías, pero los españoles se cuidaron en desembarcar la plata, oro y cuarenta pequeñas arcas de cochinilla en Redondela, lo cual da cuenta del valor que tenía el insecto.

La Cochinilla de Canarias queda incluida en el PDR 2014-2020. - Agroaldea
https://agroaldea.es/la-cochinilla-de-canarias-queda-incluida-en-el-pdr-2014-2020/

 Las buenas condiciones climáticas de las Islas Canarias permitieron a la Corona española asentar allí las plantas de los nopales donde se cría el insecto de la cochinilla. En la actualidad, pese a que los colorantes artificiales han desplazado al insecto de la cochinilla, las recientes limitaciones para uso alimentario y cosmético de algunos colorantes sintéticos ha vuelto a dar alas a una actividad que todavía se desarrolla minoritariamente al norte de Lanzarote, en Canarias.

 Fuente:https://www.meneame.net/story/insecto-espana-vendia-mundo-valia-mas-oro-plata-americanos

domingo, 26 de septiembre de 2021

El mayor logro de Angela Merkel

El político de la CDU Philipp Amthor, la canciller alemana Angela Merkel, y Armin Laschet, presidente y candidato a canciller del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, participan en una reunión de campaña electoral en Stralsund, noreste de Alemania, el 21 de septiembre de 2021.- John MACDOUGALL / AFP)

 Para quienes se resisten a participar del festival de elogios que acompaña el adiós de Angela Merkel, su despedida tiene algo profundamente incómodo. Hace apenas unos años Merkel personificó la imposición sobre el sur de Europa de un orden de austeridad -implacable, inútil, cruel- cuyos efectos seguimos pagando casi una década después. Fue ella quien articuló aquella fábula moral que distinguía entre santos y pecadores, frugales y derrochadores, austeros e irresponsables, con la que se camufló una gigantesca operación de rescate para los capitales del norte de Europa que habían quedado entrampados en la burbuja especulativa que acababa de estallar. El reverso de aquella falsa caricatura era la asfixia planificada de los países del sur, que terminaron pagando la factura de la crisis con un extraordinario ajuste económico y social y el desbaratamiento de los horizontes de vida de una generación entera. Por encima de la frialdad anónima de la Troika, nadie dudaba quién llevaba los mandos de aquella operación: era Merkel quien llamaba por teléfono para dictar nuestras reformas de la Constitución.

Apenas unos años después, sin embargo, sucede algo extraño. Desde el sur miramos a Merkel con un cierto aturdimiento, como si aquello que ha llegado a representar después difuminara el recuerdo de aquellos días. Seguro que en esa percepción influye una maquinaria hagiográfica que la ha encumbrado mil veces como líder de Occidente. Merkel tiene 17 doctorados honoríficos. "Madre de la patria", la llamaban en una reciente campaña publicitaria para despedirla que firmaba, en un sublime ejercicio metafórico, una empresa de trabajo temporal. Otra compañía alemana ha fabricado un osito de peluche con su aspecto para homenajearla en la hora de su salida. Pero por poderosa que sea esta campaña de idealización, no creo que se trate solo una cuestión de imagen pública. En estos años hemos cambiado también nuestra mirada, y ha cambiado la forma en que la percibimos.

Claro que hay razones para ese cambio, y a menudo se citan tres. La primera tiene que ver con los valores, y es de orden humanitario: mientras Europa se llenaba de alambradas, Merkel abrió las fronteras de Alemania para acoger un millón de refugiados en 2015 (Wir schaffen das! dijo al país, algo así como podemos hacerlo). La segunda es de orden republicano y democrático: mientras los conservadores del continente flirteaban de forma suicida con la extrema derecha, Merkel impuso un aislamiento férreo de AfD, y disciplinó severamente a su partido para evitar cualquier deriva nacionalista o la patrimonialización partidista de los símbolos del país. La tercera razón obedece precisamente a la política europea: en respuesta a la crisis de la pandemia, Merkel se desmarcó nítidamente de, ejem, la Merkel de 2015, para romper el tabú de la mutualización ("no habrá eurobonos mientras yo viva", declaró entonces) y apoyar el plan de recuperación y la emisión de deuda europea.

Cada uno de estos hechos es relevante. También lo es que ninguno sea tan nítido como parece. Merkel acogió a un millón de refugiados en 2015, pero inmediatamente después impulsó un acuerdo con Turquía para transferirle a Erdogan 3.000 millones de euros a cambio de que retuviera a los refugiados en su país, a menudo en condiciones invivibles (es lo mismo que hace la UE con Marruecos, o con Libia, o con tantos otros países: es la política de migraciones europea).  El cierre de la ruta de los Balcanes, además, hizo que el Mediterráneo se convirtiera en la única vía de acceso al continente, lo que ha costado más de 15.000 muertes y la consolidación de la mafia como principal mecanismo de gestión de flujos migratorios en nuestra periferia sur. Recientemente, en unas declaraciones que no sorprenderían en boca de Le Pen, Merkel avisó de que no hay lugar en Alemania para quienes no compartan los valores cristianos. Hay muchos más datos, pero estos bastan como matiz.

Es igualmente loable que Merkel, a diferencia de tantos otros líderes conservadores en Europa, decidiera aislar a las fuerzas de extrema derecha de la política nacional. Se ha revelado además una táctica tremendamente efectiva, que le ha permitido atraerse apoyos parlamentarios y contener primero, y reducir después, el ascenso que parecía meteórico de Afd. Pero nos equivocaríamos si, proyectando nuestro infortunio de aquí en la política de Berlín, concluyéramos que se trata de una posición sin matices. Al tiempo que aislaba a AfD, Merkel ha sido en estos años el principal apoyo de Viktor Orban en la política continental; fue ella quien le mantuvo en el seno del Partido Popular Europeo y de su grupo parlamentario en Estrasburgo, y quien una y otra vez descafeinó o dificultó los intentos de censura o control del gobierno húngaro, hasta que ha sido demasiado tarde. ¿Por qué haría Merkel algo así? Por una razón sencilla: Hungría es una zona productiva a bajo coste de interés esencial para las
grandes industrias alemanas, en especial la automotriz. El papel de Orban en la política europea no se explica sin ello.
 

Esta ambivalencia se extiende también al resto de su política europea. Merkel inclinó la balanza del lado del plan de recuperación, disciplinando al grupo de países ahora llamados "frugales" (sería más preciso llamarlos rentistas, y a alguno de ellos, defraudadores fiscales) para que aceptaran cosas que hace unos años parecían imposibles: la emisión de deuda conjunta, una política de transferencias fiscales a los países del sur, la suspensión de las reglas de estabilidad y del cepo presupuestario heredado de Maastricht. Merkel ha prometido una y mil veces que se trata de una iniciativa excepcional, debida exclusivamente a la crisis de la pandemia, que no perdurará en el tiempo ni dará lugar a una unión fiscal permanente (algo que dependerá de lo que suceda en estas elecciones, y de los equilibrios políticos futuros en Bruselas). A pesar de todas sus limitaciones, de todos los problemas y la incertidumbre que acarrea un plan a todas luces insuficiente, su mera existencia ha sido celebrada como una demostración del pragmatismo y la flexibilidad de la Merkel. Claro que el reverso de esas celebraciones es un diagnóstico ineludible sobre la política macroeconómica impuesta por la canciller en la última década. La austeridad fue un proyecto miope, erróneo e inhumano desde todas las perspectivas salvo una: la del interés económico y político de Alemania. Hoy, incluso desde esa perspectiva es un proyecto fallido.

La austeridadno solo fue un paradigma económico. También fue un proyecto de reforma política de Europa. Detrás de la retórica tecnocrática, detrás del aleccionamiento moral, detrás de la soberbia y los golpes palaciegos para deponer gobiernos democráticamente elegidos, había una visión política de conjunto. Se trataba de utilizar el colapso del sistema financiero primero, y de la unión monetaria después, no para democratizar el proyecto europeo, ni siquiera para corregir los evidentes fallos en el diseño monetario y fiscal de la Unión, sino para disciplinar a las periferias europeas y convertirlas en meros satélites productivos del gran centro financiero e industrial alemán. Desprovistos de soberanía económica, obligados a reformar sus constituciones, los países del sur debían convertirse en market-conforming democracies, una frase repetida hasta la saciedad por Merkel. Como vimos en el caso griego, esto quería decir literalmente: podéis seguir votando y jugando a ser soberanos, pero la economía ya no os pertenece a vosotros.

Este sistema de mando, por supuesto, otorgaba a Alemania una posición hegemónica indiscutible. El problema es que, contra lo que llegamos a interiorizar incluso desde el sur, esa primacía no se debía a las virtudes alemanas, ni a su ética del trabajo, ni a su capacidad de gestión (es exactamente al revés: los bancos alemanes estuvieron entre los máximos responsables de la crisis financiera europea; la principal diferencia con los nuestros es que a los alemanes también los rescatamos nosotros). Alemania se financia casi gratis gracias a la unión monetaria, y se beneficia de un euro barato para abastecer sus exportaciones; las políticas del BCE, la lógica de las reglas de estabilidad y del pacto fiscal, están orientadas a mantener y consolidar un statu quo que ha sido artificialmente sostenido en perjuicio de nuestros intereses. Cuando Merkel impuso a las periferias destrozadas por la crisis un proceso interminable de devaluación interna —sin restructurar deudas, sin transferencias fiscales, sin margen para cualquier tipo de política contracíclica— estaba imponiendo conscientemente el desmantelamiento de sus sistemas sociales para reforzar esa posición de mando. Políticamente, la austeridad era eso.

¿Qué ha pasado para que Merkel haya girado el volante? Ha sucedido que ese proyecto ha fracasado por razones internas y externas. El proyecto del nuevo mercantilismo alemán se reveló desde el principio como una ensoñación: la idea de un mercado sin ciudadanía, de una globalización desprovista de política, crujió bajo el peso de una sucesión de crisis existenciales —el euro, los refugiados, el Brexit, el trumpismo, la pandemia— y ya no existe siquiera en la cabeza de los halcones alemanes (lo intentarán de nuevo, pero tendrán que inventarse otra forma). Como consecuencia de ello, Merkel ha llevado a Alemania a un callejón geopolítico sin salida. Su idea de una Europa tecnocrática gobernada desde Frankfurt y Berlín, férreamente asociada a los Estados Unidos, pero con margen para distribuir juego en las relaciones con Rusia y con Pekín (de nuevo: para mantener la primacía exportadora de Alemania), se ha visto entrampada en esta fase de desorden de la globalización, que le ha reducido los espacios y le ha hecho pagar la poca estatura geopolítica que la UE debía mantener según el propio diseño alemán.

Merkel deja su país en una posición paradójica: doblemente dependiente de China, a la que sus exportaciones de tecnología y bienes de producción han reforzado hasta convertirla en un competidor, y de Rusia, cuyo gas es —por obstinada voluntad de Merkel— esencial para su abastecimiento energético futuro. Desnortada por el repliegue táctico de los EEUU, decididos a abdicar de su mando imperial para reforzar la competición con China, Berlín es hoy líder hegemónico regional pero sin visión geopolítica ni medios para realizarla. Sus múltiples déficits internos —con graves carencias en infraestructuras, digitalización, o transición energética— hacen que su apuesta por el proyecto austeritario se haya revelado, finalmente también para ellos, como una apuesta cortoplacista, contraproducente y fallida.

A la vista de su legado, cabe preguntarse por qué miramos a Merkel así. ¿Por qué tanta gente proyecta ahora en ella una mirada casi melancólica? Sin duda, Merkel aparece en su despedida como representante de unos valores —prudencia, sentido común, orden, normalidad— que se corresponden exactamente con lo que nos falta. Merkel en cierto modo expresa el anhelo de lo que a mucha gente le gustaría tener y no tiene: certidumbre, sosiego, esa especie de previsibilidad que viene de la mano del pragmatismo y de la razón. Es el mismo instinto que hoy lleva a buscar certezas en la nostalgia o en el pasado, aunque ese pasado esté lleno de fantasmas de los que, precisamente, nos queríamos librar. Ese instinto expresa el final de algo, de un futuro imaginable que no se hizo realidad, pero nos vuelve miopes ante lo más importante: un ciclo geopolítico desordenado, que se nos viene encima tan removido como carente de épica. Quizá ese sea el mayor logro del legado político de Merkel: haber asfixiado el anhelo democrático que bajo su mando sacudió Europa.

Fuente: https://blogs.publico.es/dominiopublico/39906/el-mayor-logro-de-angela-merkel/?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=web

En la cárcel de los talibanes por huir del marido

 

 Se puede decir que están en la zona noble de la cárcel de Kabul, porque es un área relativamente nueva, donde las celdas son amplias, están enmoquetadas, entra luz natural a través de las ventanas enrejadas, y hay electricidad y agua. Sin embargo, eso no quita que estén encerradas entre cuatro paredes. Razia, Salima y Mushda son las primeras mujeres encarceladas por el régimen de los talibanes. Hay una cuarta prisionera, pero prefiere no hablar ni dejarse ver. Todas están acusadas más o menos de lo mismo: de escapar de la casa del marido. Dos de ellas habían buscado refugio antes en una casa de acogida para mujeres maltratadas pero, con la llegada de los talibanes al poder, todos esos centros han sido clausurados.   

 La cárcel de Pul-e-charkhi –así se llama el centro penitenciario- está a unos veinte kilómetros a las afueras de Kabul. Es una prisión tristemente conocida porque sirvió como lugar de tortura en los años ochenta y noventa, y sus condiciones también continuaron siendo infrahumanas en las últimas dos décadas. Allí estaban reclusos miles de talibanes. De hecho, cuando los radicales llegaron a Kabul el mes pasado, abrieron de par en par las puertas de la cárcel dejando en libertad a sus correligionarios pero también a miles de criminales.

140 presos en Kabul

“Hace unos veinte días que hemos vuelto a poner en marcha esta cárcel y las del resto del país”, asegura el director general de prisiones, Abdullah Khaqiq, un talibán de turbante negro y barba larga, que se nota que es nuevo en el cargo porque no tiene ni un papel, ni un ordenador, nada, en su despacho. Según dice, en la cárcel de Pul-e-charkhi hay en la actualidad unos 140 reclusos, que han sido detenidos desde que los fundamentalistas llegaron a Kabul el pasado 15 de agosto. “La mayoría son ladrones o traficantes de drogas”. Mujeres, en cambio, sólo hay cuatro presas, no sólo en Kabul sino en todo el país, asegura.

Un talibán es el responsable de la zona de la cárcel donde están las reclusas. Dentro, sin embargo, hay lo que parecen que son dos funcionarias de prisiones: dos mujeres vestidas de negro que no dejan a las reclusas ni a sol ni a sombra durante la entrevista. Razia tiene 25 años y Salima, 21, y las dos estaban antes en una casa de acogida para mujeres maltratadas en la ciudad de Pol-e-Khumri, a unos 160 kilómetros al norte de Kabul. Razia llevaba un año allí, y Salima, cuatro. Más o menos por la misma razón: porque no aguantaban más a sus respectivos maridos y huyeron de casa.

Pero con el tsunami talibán, todas las casas de acogida del país han cerrado. Digamos que sus responsables no tuvieron mucha opción: o las clausuraban o los talibanes las atacaban. Las mujeres fueron enviadas con sus familias. Pero el problema es que ni la familia de Razia ni la de Salima las quisieron de vuelta en casa. Todo lo contrario, no tuvieron miramientos de entregarlas a los talibanes. A ellas y a sus hijos. Los niños, de 5 y 6 años, también están entre rejas.

Eso mismo le pasó a Mushda, que también es jovencísima, tiene 21 años, y mece a un bebé que duerme plácidamente en sus brazos: una niña, Aisha, sólo tiene 13 días. “Me quedé embarazada de mi novio, pero mis padres no querían que me casara con él y me obligaron a casarme con otro hombre”, explica. Según dice, se escapó de la casa del marido y el propio marido es la que la denunció a los talibanes. Ha dado a luz en la cárcel. “Estuve dos días con dolores pero los talibanes no me quisieron llevar a ningún hospital”.  

Con el anterior gobierno, muchas mujeres también eran encarceladas porque sus propios maridos las denunciaban porque habían huido de casa. Pero al menos existía una red de casas de acogida, que gestionaban ONG y financiaba ONU Mujeres. Las que tenían la suerte de ir a parar allí, se libraban de estar entre rejas. Ahora esa opción ya no existe.

Razia, Salima y Mushda se cubren el rostro con un pañuelo, sólo dejan ver sus ojos. No quieren que nadie las reconozca, pero quieren que alguien las ayude. Pero el problema es saber quién lo puede hacer: en Kabul no queda ninguna embajada occidental abierta, ni ninguna de las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres que existía continúa operativa.

Algunos presos que antes estaban entre rejas en Pul-e-charkhi son ahora los vigilantes del centro penitenciario y la zona donde antes estaban encarcelados la mayoría de los talibanes se ha convertido casi en un parque temático: los talibanes pasean a los periodistas extranjeros y les enseñan las celdas donde antes estaban encerrados. La verdad es que muchas eren tremebundas: minúsculas, sin luz ni lavabo.

Este jueves era día de visita. Los familiares de los presos podían ir a verlos. Una mujer mayor caminaba lentamente a media mañana bajo el sol por la larga carretera que lleva hasta la cárcel. Iba cargada con dos grandes bolsas de plástico. “Llevo pan, te y ropa a mi hijo, que está en la cárcel”, decía sin poder reprimir las lágrimas de desesperación. Nadie sabe qué tipo de justicia aplicarán los talibanes. Ni el propio director de prisiones lo aclara: “Eso es algo que tienen que decidir los tribunales según la ley islámica. No queremos cortar la mano a todos los ladrones. Si lo hacemos, será sólo a uno y de forma pública para que sirva de lección a todo el mundo”.

Fuente: https://es.ara.cat/internacional/afganistan/carcel-talibanes-haber-huido-marido_1_4126906.html

sábado, 25 de septiembre de 2021

«Sigo viendo un mundo unipolar: EEUU y sus aliados de la OTAN son los únicos dispuestos a usar la fuerza militar»

 Alejandro Pozo, investigador y vicepresidente del Centre Delàs, reflexiona sobre el origen y el rumbo de la OTAN.

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Alejandro Pozo.

Alejandro Pozo es investigador y vicepresidente del Centre Delàs, organización dedicada a analizar la seguridad, la defensa y el armamento en el mundo. Desde un prisma pacífico y disuasorio de la violencia, documenta e investiga las organizaciones militares del mundo y la industria armamentística y sus relaciones con los Estados. Un mundo complejo, sucio, coto privado de un selecto grupo al atañer la seguridad nacional, en el que sobresale la OTAN.

Pozo descuelga el teléfono y atiende a La Marea durante una hora. Insiste varias veces en la supremacía militar sobre la económica: “Si tenemos un PIB un poco inferior al de Rusia, ¿por qué ella es tan poderosa?”. La respuesta son las armas, incluidas las nucleares, que dotan de capacidad militar. También la voluntad de usarlas. Y este mundo cada día más multipolar en lo económico no tiene su reflejo en la fuerza militar, donde EEUU sigue concentrando el grueso del músculo de la OTAN. En este sentido, subraya, es un mundo unipolar. 

“Es Occidente quien utiliza la fuerza militar más allá de sus fronteras. No verá a China interviniendo militarmente en otro país. Ni siquiera Rusia interviene fuera del antiguo espacio soviético, con la excepción de Siria, país en el que tiene su única base permanente en el exterior más allá del territorio de la antigua URSS. EEUU es quien tiene decenas de bases en otros lugares, muchas rodeando Irán y China. Si ellos hicieran lo mismo, lo veríamos como una declaración de guerra. No voy a apoyar a Xi Jinping, pero él no bombardea otros países. La OTAN no contribuye a un mundo más pacífico. Yo sigo viendo un mundo unipolar: con alguna excepción significativa, EEUU y sus aliados de la OTAN son los únicos actores dispuestos a utilizar la fuerza militar”, considera Pozo.

“No es que el resto del mundo sea muy diferente y que todo el mal provenga de la OTAN, pero cabe preguntarse quién es el que al final acaba tirando las bombas. Se puede discutir hasta qué punto lo que han hecho China o Rusia en Libia o Iraq ha mejorado la situación en esos países, pero es indudable que lo hecho por EEUU y la OTAN los ha convertido en peores lugares para vivir”, añade. 

El siglo XXI ha devuelto la multipolaridad al mundo y, así, se evidencia poco a poco la falta de consenso entre los miembros de la OTAN. Algunos ejemplos son las disputas entre Grecia y Turquía, la reticencia de Macron a catalogar a China como “peligro sistémico” o las buenas relaciones económicas de Alemania con Rusia y China. Los miembros de la OTAN difieren. ¿Esta ambigüedad qué nos dice? 

En el mundo se supone que mandan las relaciones comerciales, pero solo es así de manera parcial: prepondera la fuerza militar. El PIB de Rusia y el de España son parecidos (el per cápita español es bastante superior), pero Rusia es mucho más importante en el ámbito internacional que España. Ocurre por la capacidad militar, que sigue determinando las relaciones internacionales. La defensa de Europa está subordinada a la OTAN, que marca objetivos en función de los intereses de EEUU. En su momento, Margaret Thatcher dijo que cualquier idea tiene que pasar por la tres “no D”: decouple [no separar la estrategia de defensa de Europa de la de EEUU)], duplicate [no habrá duplicidad en las estrategias y estructuras de la OTAN] y discrimination [no habrá discriminación a los miembros de la OTAN que no formen parte de la UE]. Es importante saber que Europa no es plenamente soberana militarmente porque está dentro de la OTAN. Y al igual que antes, Reino Unido sigue estando en este club y no le ha afectado el Brexit. Además, la OTAN suma cuatro aliados clave: Israel, Australia, Corea del Sur y Japón. 

Los tres últimos actores son importantes, sobre todo si se refrenda en 2022 la estrategia anti-China. 

Así es. Tener a Japón o Corea del Sur como aliados de la OTAN no gusta a China, tampoco que lo sean países como Filipinas, Tailandia y, sobre todo, Taiwán. Además, en esos países o en islas del Océano Pacífico hay bases militares de EEUU, algunas construidas bajo la excusa de contener a los japoneses, pero que continúan ahí 76 años después de acabar la II Guerra Mundial. Esto tampoco gusta a China y, de hacer este país lo mismo, sería considerado como inaceptable por EEUU o Europa. 

Tampoco le hace gracia la deriva prooccidental de Uzbekistán. 

Las repúblicas exsoviéticas tienen una alianza con Rusia. Si un país tiene presencia militar permanente en Asia central es porque Rusia lo permite. En el caso de Uzbekistán, dejó la Organización del Tratado para la Seguridad Colectiva en 2012 pero no creo que se haya salido de la órbita rusa tanto como se sugiere. Es su patio trasero. Existen cambios y acercamientos, pero cuentan con el beneplácito de Rusia. No es una situación comparable a la de los países bálticos o las repúblicas de Europa del Este. 

Si el artículo 5 del tratado de la Alianza refrenda la ayuda mutua entre los miembros en caso de sufrir un ataque injustificado, ¿qué aporta la OTAN a un país como España? ¿Tendríamos que socorrer a Estados Unidos?

Sobre el papel sí, pero en realidad no ocurrirá. EEUU no tiene interés alguno en la ayuda militar de España más allá de la cesión de su espacio aéreo y marítimo y las bases en Morón y Rota. Aquí es importante el año 1999, cuando intervino la OTAN por primera vez haciendo una diferenciación explícita entre lo legal y lo legítimo. Hasta entonces, ambos conceptos iban de la mano, pero la OTAN sentó un precedente en el que se arrogaba abiertamente el derecho de intervenir militarmente contra un Estado soberano sin el acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU. Ese mismo año la OTAN también extendió su campo de operaciones del Atlántico Norte al mundo entero. Cuando en 2001 intervinieron en Afganistán, los aliados ofrecieron a EEUU activar el artículo 5 de la OTAN, pero EEUU dijo que no, para ir por libre y no tener que acordar nada con unos socios que no necesita en cuanto a músculo militar. EEUU usa el paraguas legitimador de la OTAN, pero si EEUU es atacado, no responderá con la OTAN, sino unilateralmente. En Afganistán se vio: quien ha llevado la batuta ha sido la operación Libertad Duradera de EEUU (apoyada por otros países), aunque ha contado con la colaboración de la OTAN. Lo último que habría querido EEUU tras el 11-S sería consensuar sus decisiones con otros países, como tuvo que hacer en Kosovo, con manifiesta incomodidad. Y lo mismo digo de Francia o Reino Unido, que prefieren ir por libre en aquellos contextos en los que sus grandes intereses están en juego. Pero hablamos de casos hipotéticos: en la realidad, es altamente improbable que ocurra nada parecido a un ataque militar contra un país miembro de la OTAN. 

La OTAN fue fundada para defender a sus miembros del comunismo, aunque se reservó el derecho de intervención en situaciones manifiestas de peligro para el ser humano. Es decir: puede actuar donde quiera. Se demostró en Kosovo: allí era necesaria su intervención y en el Kurdistán turco no. ¿Esta situación legitima a cualquier organización militar a poder intervenir a su antojo? 

La OTAN siempre ha dejado claro que es un instrumento militar para defender los intereses de los Estados miembros. El humanitarismo es parte del bloque legitimador, la razón que se esgrime y justifica para llevar a cabo una guerra. Se supone que es la ONU la organización que puede actuar militarmente cuando existe una amenaza para la paz y la estabilidad, pero en la práctica solo puede suceder en contextos de escaso interés geopolítico, por el posible bloqueo de algún miembro del Consejo de Seguridad. Entonces, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) podría estar legitimada a intervenir en cualquier parte del mundo. Si quisiera sí, no legitimada sino autolegitimada, pero no quiere. La OCS aglutina a India, China, Pakistán y Rusia, lo que supone buena parte de la población y del arsenal nuclear del mundo. No se define como un bloque militar, como sí hace la OTAN, dice ser una organización de seguridad con tres objetivos: atajar el extremismo, el terrorismo y el secesionismo. Al final, es una unión contra quienes molestan a cada miembro. En el Cáucaso norte, todos apoyan a Rusia. En el Tíbet, a China. Pero la OCS es mucho menos operativa militarmente que la OTAN. 

La OTAN suele venderse como un sinónimo de estabilidad. ¿Qué aporta a países pequeños de identidad comprometida como Macedonia? 

Por distintas razones, la OTAN no debería existir. Además, tenemos alternativas no militares para gestionar los conflictos. También organismos internacionales como la ONU, aunque no funcione siempre como debería. Quien entra en la OTAN entiende que algo gana, y en algún país puede aumentar la percepción interna de seguridad. La entrada en la OTAN implica derechos y obligaciones, como un gasto militar importante, adquisiciones de armamento, establecimiento de compromisos, etc. A no ser que seas Islandia, que paga no con un ejército sino con su ubicación estratégica. La OTAN es como un club, selecto, y la participación en ese club implica poder. Hay personas y entidades que se benefician, sobre todo aquellas que se lucran con material y lógica militar. Algunos podrán decir que la pertenencia a la OTAN genera empleo y riqueza localizada, también otros beneficios, pero cabe considerar que la existencia y la actividad de la OTAN contribuye a un mundo más hostil, militarizado y violento del que podemos permitirnos. 

¿Tiene cifras del porcentaje de tecnología producida en EEUU que usan los 30 Estados de la OTAN? 

No creo que sea posible dar una cifra. Se puede saber el lugar que ocupa EEUU como importador y exportador de armamento en cada país, pero muchas empresas están deslocalizadas y no es fácil saber con exactitud de dónde son. Por ejemplo, en España una de las empresas más importantes de fabricación de tanques o municiones es Santa Bárbara Sistemas, que fue adquirida por la estadounidense General Dynamics, la quinta o sexta empresa mundial en venta de armamento. ¿Es Santa Bárbara española? Además, en este mundo global cada vez se producen menos productos acabados y se exportan más componentes y chips. Esto lleva a la paradoja de que, por ejemplo, determinados países árabes sin relaciones diplomáticas con Israel acaben adquiriendo tecnología israelí integrada en equipos comprados a través de terceros países. También España y otros países arman una parte de sus equipos militares en otros países que ofrecen condiciones ventajosas desde su perspectiva. Por eso no hay una cifra. Se puede decir que España compra sobre todo a tres países: Francia, EEUU y Alemania. Una parte de esas compras va a empresas mixtas con esos países. Respondiendo: le compramos mucho a EEUU, pero es imposible decir una cifra exacta. 

¿La creación de un ejército de la UE supondría el final de la OTAN?. 

Al igual que sucede con la ONU o la UE, la OTAN no tiene su propio ejército: son los países quienes aportan las tropas, cuya cuantía depende de los intereses y circunstancias de cada país. Pero la creación de un ejército de la UE no va a ocurrir: en Europa existen países con diferentes intereses. 

Ese disenso ocurre también en la OTAN. 

Pero aquí manda EEUU. La OTAN sigue sus intereses. Tiene el grueso de la capacidad militar y todas las acciones de importancia han sido dirigidas por EEUU, sobre todo si pueden condicionar la opinión pública estadounidense. Francia es la potencia más beligerante, tras EEUU, y cuando interviene en África no lo hace bajo bandera de la OTAN: lo hace de forma unilateral y, a veces, con la ayuda de la UE. En función de necesidades e intereses, los países poderosos militarmente realizan operaciones armadas unilaterales o conjuntas, sean EEUU, Francia, Inglaterra o Rusia. 

Quisiera volver al principio. Suena usted optimista, sobre todo teniendo en cuenta la multipolaridad del mundo. Se estima que en 2030 China será la primera potencia económica del mundo. ¿Lo permitirá EEUU? 

Optimismo, en un mundo en el que las relaciones internacionales continúan militarizadas, poco. Con todo, en 2030 China no será la primera potencia militar. 

¿Y cómo detendrá a China?

Si China incrementa su presupuesto militar, EEUU lo hará también. Es el concepto de carrera armamentística. EEUU tiene cada día menos porcentaje de la capacidad militar del mundo porque otros países están subiendo sus presupuestos, pero eso no quiere decir que EEUU no esté aumentando también su gasto militar. Con todo, lo que determina, además de la voluntad guerrera, es el armamento nuclear. Y EEUU y Rusia tienen miles de artefactos; China, Francia y Reino Unido, algunos pocos centenares. Existe una gran diferencia en las cifras. Por cierto, resulta paradójico que sean precisamente esos cinco países los que pueden destruirlo todo, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, el organismo que vela por la paz y la estabilidad internacionales.

Fuente: https://www.lamarea.com/2021/09/20/sigo-viendo-un-mundo-unipolar-eeuu-y-sus-aliados-de-la-otan-son-los-unicos-dispuestos-a-usar-la-fuerza-militar/

Ingresa en prisión la funcionaria que destapó cómo los bancos blanquearon billones mientras los banqueros culpables siguen en la calle

Natalie Edwards, acompañada por su marido, en el momento de ingresar en prisión. Foto: Mark Trent para BuzzFeed News

 Natalie Mayflower Edwards ya ha ingresado en prisión después de haber filtrado más de 50.000 documentos que mostraban cómo los principales del banco del mundo, algunos españoles, participaron en operaciones de blanqueo de más de 2 billones de dólares

Natalie Edwards, la funcionaria del Departamento del Tesoro que filtró miles de documentos que revelaban cómo los principales bancos del mundo blanquearon más de dos billones de dólares, ingresó en prisión el pasado 3 de septiembre. Tal y como publicamos en Diario16, Edwards fue condenada a 6 meses de cárcel por, precisamente, filtrar documentos bancarios confidenciales a un periodista. Esto provocó una investigación mundial sobre los flujos de dinero ilícito: los Archivos FinCEN que fueron publicados por BuzzFeed News y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés). 

Edwards filtró los llamados informes de actividades sospechosas, documentos altamente confidenciales que los bancos deben presentar a FinCEN cuando sospechan que un cliente está cometiendo un delito o moviendo dinero robado. La oficina y los datos financieros que recopila desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el blanqueo de capitales

Además de los seis meses de cárcel, la sentencia, dictada por el juez Gregory Woods del Distrito Sur de Nueva York, condena Natalie a tres años de libertad vigilada

Ben Smith, actual columnista del New York Times y ex editor de BuzzFeed News, criticó duramente en un tuit la condena: «Esta mujer va a ir a prisión durante seis meses por su papel en revelar la corrupción financiera global sistémica e inspirar cambios legales en todo el mundo».

Según la sentencia, a Edwards se la condenó porque, según el juez, «ella abusó de una posición de confianza y violó una ley que estaba diseñada para detener a los criminales».

Antes de entrar en prisión, Natalie Edwards declaró en una entrevista concedida a BuzzFeed News que estaba «emocionalmente preparada en cuanto a entrar en las instalaciones y conocer a las otras personas. No estoy emocionalmente preparada para ser separada de mi hija, mi esposo y mi familia».

Esto demuestra cómo la sociedad, los Estados, defienden a los poderosos, a los banqueros porque, mientras a esta mujer, una verdadera heroína, es separada de su familia durante seis meses, los banqueros culpables de blanquear billones de dólares para organizaciones de narcotraficantes, estafadores, traficantes de armas.

Natalie Edwards, la honestidad del ser humano

Sin embargo, gracias a la valentía Natalie, más de 100 medios de comunicación de todo el mundo pudieron publicar los Archivos FinCEN que revelaron la corrupción de la banca a escala global. Esa investigación ha sido tan importante que ha servido para que se implementen reformas muy importantes y acciones legales en los Estados Unidos, la Unión Europea y países de todo el mundo.

En su declaración en el juicio, Edwards se describió a sí misma como una denunciante de corrupción que recurrió a los medios de comunicación para exponer las malas conductas dentro de su oficina

Ella creyó que los funcionarios del Departamento del Tesoro habían almacenado ilegalmente datos financieros confidenciales sobre ciudadanos estadounidenses y que es posible que FinCEN no hubiera brindado información completa al Congreso de los Estados Unidos para investigar, por ejemplo, la injerencia rusa en las elecciones de 2016.

Edwards se convirtió en fuente de un periodista porque creía que era imperativo exponer las irregularidades y ya había agotado todos los canales internos de denuncia de irregularidades.

Además, señaló que, antes de entregar la documentación a los medios de comunicación, había notificado a varias oficinas del gobierno federal sus revelaciones, sin que nadie hiciera ningún caso. 

Sin embargo, el juez afirmó que, aunque Edwards pareció inicialmente estar impulsada por la denuncia de irregularidades, los registros que proporcionó a los medios cubrieron un alcance mucho más allá de sus preocupaciones iniciales. ¿Y qué importa si gracias a esos documentos se ha descubierto la mayor trama de corrupción bancaria de la historia? La Justicia, en demasiadas ocasiones, vive en un idilio tan permanente con las élites que se olvida de que una de sus máximas responsabilidades es la de acabar con la corrupción, venga de donde venga y tenga el dinero que tenga. 

Natalie Edwards desveló una realidad permitida

Natalie Mayflower Sours Edwards es una denunciante valiente. Luchó para advertir al público sobre los graves riesgos para la seguridad nacional de Estados Unidos, primero a través de los canales oficial de denuncia de irregularidades y luego a través de la prensa. Lo hizo, porque su conciencia así se lo dictaba, a pesar del tremendo riesgo personal y profesional, porque creía que se lo debía a su país y al resto del mundo.

Los Archivos FinCEN filtrados por Natalie revelaron por primera vez, con detalles forenses, cómo los poderosos bancos globales se benefician a sabiendas de la corrupción y cómo las autoridades de todo el mundo permiten que florezca la economía oscura.

Edwards vio pruebas de irregularidades masivas a nivel mundial y arriesgó su libertad para concienciar tanto de la mala conducta como de los numerosos fracasos para frustrarla. Sus acciones y la publicación de dichos informes han provocado una reforma internacional sin precedentes.

Bancos españoles

Los documentos filtrados, hechos públicos por BuzzFeed News y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), eran millones de Reportes de Actividades Sospechosas (SAR, por sus siglas en inglés) que las entidades entregaron a la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN).

La documentación señala, principalmente, a 5 grandes bancos mundiales como responsables de este tipo de transacciones: JP Morgan Chase, Deutsche Bank, HSBC, Standard Chartered Bank y Bank of New York Mellon.

Nada impidió que estos bancos siguieran actuando con activos procedentes de actividades ilícitas, ni siquiera la dura legislación norteamericana contra el blanqueo de capitales. Estas grandes entidades siguieron moviendo fondos ilícitos incluso después de que funcionarios estadounidenses les advirtieran que enfrentarían procesos penales si no dejaban de hacer negocios con mafiosos, estafadores o regímenes corruptos.

El análisis de los documentos indica que se movieron más de 2 billones de dólares en transacciones en el periodo 1999-2017 que fueron identificadas como posibles apuntes de blanqueo de capitales procedente de actividades ilícitas.

Del total de operaciones sospechosas, 25 fueron canalizadas o tuvieron como destino final a las entidades españolas ubicadas en España, no a sus filiales en el resto del mundo. El monto total fue de 895 millones de dólares, según los SAR entregados por Natalie Edwards, dinero procedente de movimientos que partieron de Deutsche Bank, The Bank of New York Mellon, JP Morgan Chase y China Investment Corporation (CIC).

Entre todos los SAR en los que tuvieron participación entidades españolas, destacan 3 operaciones realizadas desde el New York Mellon, canalizadas a través del alemán Isbank AG y que terminaron en las oficinas del Banco Santander en España. El valor conjunto de los 3 movimientos fue de 787 millones de dólares

CaixaBank, por su parte, fue el destino final de una operación de 2,2 millones de dólares iniciada en JP Morgan, que fue canalizada a través de la Banque Privee Edmond De Rothschild.

Banco Sabadell canalizó dos operaciones de más de 75 millones de dólares con origen en el New York Mellon y que tuvo como destino el Wirecard Bank AG de Alemania. Bankinter participó en 4 operaciones por un valor cercano a los 30 millones de dólares que tuvo el mismo origen que la anterior y finalizó en el AS LHV Pank de Letonia.  

Otras entidades que aparecen entre los SAR analizados por ICIJ son AbancaCitibak España o ING España, con operaciones con origen en Deutsche Bank, New York Mellon, JP Morgan o China Investment Corporation.

Otras operaciones del Santander

El banco cántabro también participó, según los SAR filtrados por Edwards, en otras 30 operaciones. En concreto, desde esta entidad financiera, se ejecutaron 2 operaciones: la primera, en junio de 2016, por un valor de 454.89 millones de dólares. Este movimiento se inició en el New York Mellon Bank, pasó por la oficina del Santander en las Islas Caimán y terminó en la Winterbotham Trust Company Limited de Bahamas.

Respecto a la segunda, realizada en enero de 2013 y un valor de 550.000 dólares, tuvo el mismo origen, pasó por Santander España, para finalizar en el Caledonian Bank Limited de las Islas Caimán. Otras operaciones que aparecen en los documentos filtrados por Natalie Edwards se canalizaron desde el New York Mellon y utilizaron al Santander en Portugal y Uruguay.

Deutsche Bank es el que más operaciones realizó con o a través de Santander. En total 22. Estos movimientos se ejecutaron en las oficinas en Argentina (2), Brasil (11), Hong Kong (2), España (3), Suiza (3) y Uruguay (1). Lo mismo ocurre con JP Morgan, con una operación a través de Santander Totta (Portugal). Respecto al Standard Chartered, según los datos de la documentación del FinCEN filtrada por Edwards, realizó con Santander operaciones a través de Brasil y España.

Fuente: https://diario16.com/ingresa-en-prision-la-funcionaria-que-destapo-la-mayor-trama-de-blanqueo-de-la-historia-mientras-los-banqueros-siguen-en-la-calle/

El Ártico es una bomba climática y las compañías fósiles, bancos e inversores quieren que estalle

https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rtico

 Los bancos comerciales, entre ellos el Santander, han concedido 267.552 millones de euros para proyectos de expansión en el Ártico entre 2016 y 2020. Un dinero clave para la industria fósil, dispuesta a aumentar su producción un 20% en los próximos cinco

El Ártico lleva años con un gran letrero gigante que dice que no puede más, que experimentará situaciones nunca vistas, y que esto tendrá efectos en otras zonas del planeta. Aun así, a los grandes responsables de esta situación parece no importarles demasiado comprometer la vida presente y futura. Según un nuevo informe de la ONG Reclaim Finance, las empresas petroleras y de gas están dispuestas a aumentar la producción en el Ártico en un 20% en los próximos cinco años, es decir, de 11,5 millones de barriles equivalentes de petróleo al día en 2020 a 13,7 millones al día en 2026. Y lo harán gracias a los cientos de miles de millones de dólares de apoyo de bancos e inversores, entre ellos el Banco Santander.

Para 2030, la gasista rusa Gazprom tiene previsto aumentar su producción en un 14%, la empresa internacional de energía con sede en Houston, ConocoPhillips, en un 36%, y el grupo empresarial francés Total Energies en un 28%. Estas cifras podrían ser mayores si se explotan todos sus activos, apunta el informe.

Entre 2016 y 2020, 120 bancos comerciales proporcionaron más de 314.000 millones de dólares (unos 267.552 millones de euros) para proyectos de expansión en el Ártico. Aproximadamente el 34% fueron a través de préstamos y el 66% a través de la emisión de bonos y acciones. A la cabeza de la lista está, una vez más, el estadounidense JPMorgan Chase, con 18.600 millones de dólares (unos 15.847 millones de euros). Le siguen VTB Group, Sberbank, Barclays y Gazprombank.

El Banco Santander ocupa el puesto número 30. A pesar de ser uno los bancos que se comprometió a aplicar las llamadas políticas de restricción del Ártico, de 2016 a 2020, la entidad presidida por Ana Botín proporcionó aproximadamente 3.800 millones de dólares (3.238 millones de euros) a empresas que están desarrollando nuevos proyectos de combustibles fósiles en el Ártico. Shell, Total Energies y Repsol son las tres compañías que han recibido la mayor parte del dinero. Preguntados por Climática, Banco Santander no ha querido hacer ningún comentario al respecto y se ha limitado a adjuntar la Política de Gestión de Riesgos Medioambientales, Sociales y de Cambio Climático.

Como señala el informe, actualmente el 28% de los yacimientos de petróleo y gas del Ártico se encuentran fuera del ámbito de exclusión geográfica del banco. El Santander, explican, utiliza una definición restrictiva del Ártico: el Círculo Polar Ártico. Esto significa que el banco aún puede proporcionar apoyo directo a nuevos proyectos de petróleo y gas en toda la región.

Los inversores también están facilitando el dañino auge del petróleo y el gas al poseer alrededor de 272.000 millones de dólares en proyectos fósiles en el Ártico hasta marzo de 2021. BlackRock, habitual en este tipo de listas, encabeza la clasificación, con 28.500 millones de dólares invertidos en proyectos de petróleo y gas en la zona, seguido de Vanguard y Credit Agricole (a través de Amundi). Ninguno de estos tres tiene políticas de exclusión en el Ártico.

«La lucha contra la crisis climática requiere que dejemos de construir infraestructuras que permitan seguir extrayendo energía de los combustibles fósiles –como el gasoducto de GNL del Ártico– y que, en cambio, centremos nuestros recursos en obtener energía de fuentes renovables», pide Jennifer Francis, científica principal del Centro de Investigación Climática de Woodwell que ejerce como subdirectora en funciones.

Lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico

Este análisis se produce poco después del mayor informe sobre el estado del planeta a consecuencia del calentamiento global de la atmósfera. En él, el IPCC alertaba de que el Ártico, que se calienta tres veces más rápido que el planeta, ha experimentado en las últimas décadas una disminución récord de su capa de hielo. Es más: durante la década que acaba de terminar, la superficie media anual de hielo marino del Ártico alcanzó su nivel más bajo desde al menos 1850. El principal causante: las actividades humanas.

Un deshielo, además, que tiene efectos en otras partes del mundo. Por ejemplo, las grandes nevadas del pasado invierno en Europa estarían impulsadas por la pérdida de hielo marino en el Ártico, según una investigación publicada en la revista Nature Geoscience.

Y no hay vuelta atrás. Para antes de 2050, acorde a las estimaciones del IPCC, “es probable” que el Ártico esté prácticamente libre de hielo marino en septiembre al menos una vez, independientemente del nivel de emisiones actuales y futuras. Que este no se convierta en un evento recurrente dependerá de no alcanzar niveles de calentamiento más altos, avisaban los especialistas en su último informe.

Además, no es la única consecuencia que se cierne sobre el Ártico: cada vez hay menos animales. Un informe reciente del Consejo Ártico ha registrado una drástica caída en las poblaciones de renos y aves de la tundra a causa del cambio climático.

«El Ártico es una bomba climática, y nuestra investigación demuestra que la industria del petróleo y el gas está empeñada en hacerla estallar, echando por tierra nuestras posibilidades de evitar un colapso climático galopante», apunta Alix Mazounie, una de las autoras del informe. Eso sí, no son los únicos culpables: «Las instituciones financieras han financiado a estas empresas, burlándose de sus propios compromisos climáticos».

El informe corrobora así la hipocresía de muchas de las instituciones financieras señaladas. Y es que, aunque 20 de los 30 principales bancos que impulsan la expansión de los combustibles fósiles en la región del Ártico cuentan con las llamadas políticas de restricción del Ártico, ni una excluye el apoyo a las empresas que desarrollan nuevos proyectos de petróleo y gas en la región. En el caso de los inversores es peor: solo dos de los 30 principales cuentan con una política al respecto.

Fuente: https://www.climatica.lamarea.com/artico-bancos-santader-industria-fosil/

viernes, 24 de septiembre de 2021

Tambora, el volcán que cambió el mundo

La gigantesca erupción en Indonesia causó un brusco cambio del clima en 1816, un descenso de las temperaturas y la última gran hambruna en Europa

El cráter del volcán Tambora, en Indonesia
El cráter del volcán Tambora, en Indonesia

  Algunos autores culpan de la derrota de Napoleón en Waterloo a la lluvia torrencial y al lodo acumulado aquel día de mediados de junio de 1815. Unas tropas agotadas tras años de guerras no pudieron resistir a los ejércitos de la Coalición combinados con las infernales condiciones meteorológicas. Algunas tesis, vinculan ese mal tiempo a un fenómeno extraordinario a 12.000 kilómetros, en la isla de Sumbawa (Indonesia), donde un par de meses antes había entrado en erupción el volcán Tambora, un suceso de una magnitud infinitamente mayor a la del volcán de La Palma y que cambió el mundo durante unos años.

No hay consenso en torno a la relación entre la erupción y la derrota del ejército francés, pero lo que sí es seguro es que, al año siguiente, el Tambora cambió la vida de millones de personas. “En realidad, no fue un cambio climático, sino una alteración, una anomalía corta”, asegura Mariano Barriendos, investigador de la historia del clima, pero, en cualquier caso, una alteración que tuvo un impacto devastador en forma de hambre, enfermedad y violencia en un periodo de entre seis meses y tres años, según el punto del planeta del que se tratara.

A primeros de abril 1815, un estruendo procedente del volcán había sacudido la isla de Sumbawa, aunque la calma pareció volver al cabo de unas horas. Sin embargo, el incidente había sido lo suficientemente preocupante para que la administración colonial enviara un representante a evaluar la situación. El celo del funcionario le llevó a la cima del volcán el fatídico 10 de abril y le convirtió en la primera víctima de una de las mayores erupciones volcánicas de la que existen registros.

Decenas de pueblos y aldeas desaparecieron en pocas horas y miles de personas quedaron enterradas por la lava y las cenizas. La columna de humo llegó a medir 44 kilómetros y la montaña, de 4.300 metros de altura, se redujo en una tercera parte cuando las paredes del cráter se hundieron. Las explosiones se oyeron a cientos de kilómetros. En el 2004 los arqueológos desenterraron alguna de las poblaciones sepultadas y quedó al descubierto lo que el profesor Gillen Wood, autor de Tambora: The eruption that changed de world (Tambora: La erupción que cambió el mundo), llama la “Pompeya de Oriente”.

El volcán arrojó unos 100 kilómetros cúbicos de material, parte del cual fue a parar a la atmósfera en forma de partículas en suspensión. Ya en la misma primavera de 1815 en varios puntos de Norteamérica se pudo observar una persistente y densa niebla que hoy los especialistas identifican como resultado de la erupción, pero la peor parte se la llevó Asia donde los cultivos se resintieron de inmediato, no solo por la disminución de la luz solar, sino también por los componentes tóxicos emitidos a la atmósfera y la sequía. Las hambrunas no tardarían en llegar en meses siguientes a todo el globo; en el Reino Unido 1816 fue conocido como “el año sin verano”.

“Tuve un sueño, que no era del todo un sueño. El brillante sol se apagaba, y los astros vagaban diluyéndose en el espacio eterno”, escribía entonces Lord Byron. Las pinturas de William Turner o Caspar David Friedrich reflejan la extraña luz de los cielos en aquellos meses.

 Byron, formaba parte de la clase de aristócratas que aprovechó el fin de las guerras napoleónicas para visitar Europa. Él, junto a Mary y Percey Shilley, pasaron aquel verano en Suiza. Fue allí, donde ella concibió Frankenstein, una novela que, según Gillen Wood, estuvo fuertemente influida por las terribles imágenes de pobreza y hambre que debió presenciar su círculo durante su estancia en tierras helvéticas.

Si los países anglosajones llaman a 1816 “el año sin verano”, en Alemania, en cambio, se lo conoce como “el año de los mendigos”. Europa había vivido décadas de penalidades provocadas por la guerra y ahora, en tiempos de desmovilización de miles de soldados, las cosechas resultaban ser las peores en mucho tiempo por la disminución de la luz solar y el descenso de las temperaturas. Los desplazamientos masivos de población, los disturbios y las protestas se extendieron por gran parte del continente. Se considera la de 1816-17 como la peor hambruna europea, y la última, del siglo XIX. Luego, la expansión del ferrocarril facilitó que en situaciones similares los alimentos pudieran llegar con más facilidad donde fueran necesarios.

https://es.wikipedia.org/wiki/Tambora#/media/Archivo:Tambora_volc.jpg

 Las fuertes nevadas en Escocia, las terribles condiciones para la población en Irlanda, los motines en Inglaterra o las nefastas cosechas en Alemania, Francia y Bélgica, constituyen distintas manifestaciones de la misma brusca anomalía. Con una caída de la producción agraria que en algunas zonas alcanzó el 75%, los precios se doblaron; “la Europa rural de aquellos años se convirtió en una tierra de muertos vivientes”, asegura Wood. Aunque es imposible conocer los datos exactos, algunas estimaciones sitúan en al menos 90.000 los muertos causados por el hambre, pero otros muchos miles de personas emigraron. Numerosas comunidades germanohablantes de Estados Unidos datan precisamente de la década de 1820.

Las malas condiciones también tuvieron consecuencias en la Península Ibérica. Barriendos explica que en el primer cuarto de siglo se registraron otras dos importantes erupciones volcánicas, una antes y otra después del Tambora, que aunque no fueron de la misma magnitud, sí tuvieron un impacto en el clima. El resultado fue un largo periodo de sequía entre 1812 y 1824.

Como en otras partes de Europa, 1816 fue el momento en que el impacto fue más intenso. En Barcelona, el verano fue ese año el más frío desde 1780, fecha de la que datan los primeros registros, con una temperatura hasta cuatro grados más baja de lo habitual. El Baró de Maldà, que durante décadas registró la vida cotidiana de la ciudad en su Calaix de Sastre, destacó el impacto en cosechas de cereales y uva, y dejó constancia de las nevadas anormales para la época cerca de la capital catalana. En Madrid, las temperaturas descendieron algunas tardes de julio y agosto hasta los trece grados.

Como recuerda Kyle Harper, autor de El fatal destino de Roma: Cambio climático y enfermedad en el fin de un imperio (Crítica), los cambios medioambientales guardan una íntima relación con las epidemias. Así ocurrió en varios momentos de la historia romana y, así sucedió también en el siglo XIV, cuando las malas cosechas provocadas por la llegada de un clima más frío dejaron a la población europea en una situación de malnutrición que la hacía muy vulnerable a la peste negra.

De la misma manera, los investigadores vinculan el Tambora con el estallido, en 1817, de la primera gran epidemia de cólera en la India, coincidiendo con la alteración de los monzones causada por la erupción. Una población ya debilitada por la malnutrición habría sido campo abonado para una enfermedad que luego se manifestaría en sucesivas oleadas durante el siglo XIX e incluso el XX.

Vista de un puerto, de Caspar David Friedrich

Vista de un puerto, de Caspar David Friedrich, donde se aprecian los peculiares colores del cielo de 1815  wikimedia

 El mundo de hace 200 años tenía muy poco que ver con el actual. Hasta que se desarrollaron las tecnologías relacionadas con la observación de la atmósfera durante la Guerra Fría no se pudieron empezar a establecer científicamente las interrelaciones entre los diversos factores que determinan el clima. A pesar de la enorme trascendencia del Tambora, ni los Shelley, ni lord Byron, ni el Baró de Maldà ni los millones de personas que sufrieron sus consecuencias, tuvieron forma de saber que el origen de lo que habían experimentado estaba a 12.000 kilómetros de distancia.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20210922/7736979/tambora-volcan-cambio-mundo.amp.html

 

miércoles, 22 de septiembre de 2021

El "importante" anuncio del presidente de China en la ONU con posibles implicaciones para el destino del planeta

Xi Jinping
Getty Images

 Es una decisión que puede tener implicaciones para todo el planeta.

Xi Jinping, presidente de China, anunció este martes que su país dejará de participar en la construcción de plantas de carbón en el extranjero.

El líder chino dio la noticia durante la Asamblea General de Naciones Unidas.

"China intensificará el apoyo a otros países en desarrollo de energía verde y baja en carbono, y no construirá nuevos proyectos de energía a carbón en el extranjero", dijo Xi en un video pregrabado.


 Este año ya hubo indicios de este giro: China ha financiado centrales eléctricas de carbón en otros países a través de su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda y en estos seis primeros meses del año no financió ninguno, la primera vez que ocurre, según el portal Bloomberg.

La medida podría obstaculizar el desarrollo futuro del carbón en el mundo: más del 70% de todas las plantas de carbón del mundo construidas actualmente dependen de fondos chinos, según datos del Instituto Internacional de Financiación Verde, con sede en Pekín, citados por Bloomberg.

En 2020, el mandatario chino ya había anunciado que planeaba convertir a China en un país carbono-neutral para 2060, y en su discurso este miércoles ante la ONU prometió acelerar los esfuerzos para lograrlo.

"Esto requiere un tremendo trabajo duro y haremos todo el esfuerzo para lograr estos objetivos", enfatizó.

El compromiso de China llega a pocas semanas de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP26) que se celebrará en noviembre en Glasgow y que buscará ampliar los objetivos del Acuerdo Climático de París.

Las declaraciones de Xi fueron celebradas por distintas organizaciones ambientales, si bien insistieron en la necesidad de medidas en el propio país asiático, el principal contaminante del mundo.

Reacciones

El anuncio de China se produce después de otras promesas similares de Corea del Sur y Japón y tras las presiones por parte de la comunidad internacional.

La organización climática 350.org dijo, según la agencia AFP, que el anuncio de Xi era "enorme" y que podría significar un "cambio radical"

Helen Mountford, vicepresidenta de clima y economía del Instituto de Recursos Mundiales, consideró que era "un punto de inflexión histórico para alejarse del combustible fósil más sucio del mundo", de acuerdo a AFP.

"La promesa de China muestra que se está apagando la manguera del financiamiento público internacional para el carbón", consideró.

Manish Bapna, presidente del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), dijo en un comunicado que "es un gran paso adelante en la larga marcha global hacia un mundo más saludable, seguro y próspero".

"Al cancelar los planes para construir decenas de centrales eléctricas de carbón, China está tomando una decisión fuerte hacia un futuro más limpio en el extranjero. Esto abre la puerta a una ambición climática más audaz de China y otros países clave, en el país y en el extranjero", agregó.

Incógnitas

Pese a la buena acogida al mensaje de Xi, no queda claro qué pasará con los proyectos ya en proceso o acordados.

Xi tampoco se refirió a las plantas de carbón dentro del país asiático, otra gran preocupación en cuanto a la salud del planeta.

BBC

El carbón ha sido la principal fuente de energía del país durante décadas y su uso está aumentando.

De hecho, hasta agosto, el gobierno chino estaba construyendo nuevas plantas en más de 60 puntos en todo el país. Muchas localidades incluso tienen más de una planta.

El enviado de EE.UU. para el cambio climático, John Kerry, dijo durante una visita reciente a China que la construcción de más plantas de carbón "representa un desafío significativo a los esfuerzos del mundo para hacer frente a la crisis climática".

China ha argumentado anteriormente que tiene derecho a hacer lo que los países occidentales han hecho en el pasado: liberar CO2 para desarrollar su economía y reducir la pobreza.

Como resultado de este consumo, las emisiones de carbono del gigante asiático no solo son enormes y están creciendo, sino que eclipsan a las de otros países.

Las emisiones por persona en el país asiático son aproximadamente la mitad de las de EE.UU., pero su enorme población de 1.400 millones y su explosivo crecimiento económico lo han llevado muy por delante de cualquier otro país.

China se convirtió en el mayor emisor de CO2 del mundo en 2006 y ahora es responsable de más de una cuarta parte de la producción global de gases de efecto invernadero para el planeta.

Los expertos coinciden en que si China no hace grandes reducciones en la liberación de contaminantes al ambiente, el mundo no puede ganar la lucha contra el cambio climático.

Otros anuncios

Mientras tanto, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, prometió duplicar el financiamiento de su país para aquellos estados más afectados por el cambio climático.

"Esto hará de Estados Unidos un líder en financiamiento climático público", dijo Biden en su primer discurso como presidente de EE.UU. en la Asamblea de la ONU.

Según expertos citados por AFP, el anuncio significaría una contribución de US$11.400 millones anuales.

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El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que estaba "animado" por los "importantes" anuncios de China y EE.UU., pero que se necesita mucho más para combatir el cambio climático.

Según un informe de la ONU sobre el cambio climático publicado en agosto, el más completo hasta la fecha, las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían quebrar un límite clave de la temperatura global en poco más de una década.

Además de las noticias de China y EE.UU. el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que su país ratificaría el Acuerdo Climático de Paris.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58647261